ECUADOR
Los niños disfrutan de una clase en la Plaza Belmonte de Quito
Numerosos toreros de ambos lados del Atlántico comparten una jornada taurina con los más jóvenes.
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La Plaza Belmonte de Quito volvió a ser escenario de una clase con niños por parte de grandes toreros internacionales, en un evento organizado por el Club de Aficionados Taurinos de la capital ecuatoriana.
Entre 50 y 60 niños, de edades comprendidas entre los 3 y 10 años, asistieron a una clase práctica de toreo de la mano de los matadores españoles David Fandila El Fandi, Antonio Ferrera y Rafaelillo, el peruano Andrés Roca Rey, el venezolano Jesús Enrique Colombo y los locales Álvaro Samper y José Andrés Morcillo, quienes les trasladaron sus secretos en la lidia y trataron de inculcarles la vocación taurina.
El encuentro tuvo lugar en una iniciativa en la que también participaron el empresario ecuatoriano José Luis Cobo y el programa español "Víctor Barrio", destinado a fomentar el toreo desde la infancia y la participación activa de menores en la tauromaquia.
Con capotes, muletas y carretones los niños pudieron aprender las bases del toreo en compañía de figuras del escalafón mundial, algunos de los cuales se encuentran en Quito con motivo de las fiestas de fundación de la ciudad.
El evento, el primero de este tipo en seis años, se llevó a cabo con total normalidad a pesar de la oposición de parte de los grupos antitaurinos, dado que la legislación local prohíbe la participación de menores de edad en actos de este tipo.
En los últimos años el anterior gobierno ecuatoriano encabezado por Rafael Correa impuso limitaciones al toreo, pero ahora, el sector taurino quiteño quiere revertir la situación aprovechando que el actual mandatario, Lenín Moreno, es aparentemente aficionado a los toros.
El próximo 6 de diciembre, fecha de la fundación de Quito, los aficionados tienen previsto realizar un acto en la plaza Monumental, con aforo para 15.000 espectadores, para pedir que se vuelva a autorizar el tercio de espadas en la ciudad.
En 2011 -por consulta popular- se prohibieron en la ciudad las corridas de toros que incluían matar al animal, lo que derivó en la suspensión de la Feria de Jesús del Gran Poder, de las más famosas del continente americano.