TOLEDO
El momento de Adame y el concepto sin fisuras de Fortes en Illescas
Joselito Adame y Fortes han salido a hombros este viernes en Illescas ante un buen encierro de Valdefresno.
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El cartel programado en Illescas este viernes con motivo de las fiestas de la Virgen de la Caridad era de esos que transmitían buen ‘feelling’ a priori. Toros y toreros. Y la verdad es que no ha defraudado. El encierro de Valdefresno, a excepción de la presentación del primero y del deslucido cuarto, ha tenido buen fondo con un segundo toro de soberbia clase. Y los tres toreros, cada uno en con su concepto, han ofrecido argumentos para disfrutar de una tarde más que entretenida
Las buenas hechuras que traía el primer toro de Valdefresno se vieron empañadas al salir escobillado de chiqueros. Tampoco estuvo sobrado de fuerzas el animal, por lo que fue fundamental al administración de alturas y tiempos que le dispensó Curro Diaz. Tras un inicio de faena a media altura, el de Linares cuajó varias tandas en redondo de gran temple y expresión. Al natural el toro se desplazó menos. Un pinchazo y más de media estocada dieron paso a una oreja que tuvo una petición más que justa.
El cuarto tapaba su vareada anatomía con dos puntas por delante. Sin embargo, éste de Valdefresno fue el garbanzo negro del envío del hierro salmantino. Un animal desrazado y deslucido con el que Curro se pegó un arrimón sincero en busca de un lucimiento que nunca llegó por culpa del toro.
El primero del lote de Joselito Adame fue un animal de una gran clase. Un puntito más de fuerza y hubiese sido de lío gordo. Aún así, el mexicano apuró las magníficas embestidas del 'valdefresno' y mostró su versión más reposada. La faena rezumó despaciosidad y gusto, en especial a derechas, por donde el toro tuvo un tranco más en su embestida. Las trincherillas y los pases del desprecio fueron bellos colofones de cada tanda. Atacó en la suerte de recibir y cobró una estocada en lo alto del que salió el toro rodado. Las dos orejas cayeron por aclamación popular.
Dos orejas más paseó del quinto, un animal muy en Lisarso que tuvo nobleza pero escasa correa. Adame estuvo solvente con él aunque menos comprometido que en el anterior toro. Lo mejor, en volapié de libro con el que tumbó al toro y sirvió para que se desatase la petición del doble trofeo.
Se sintió Fortes con el capote tanto en el saludo a la verónica, colocando al toro al caballo y en un posterior quite por ajustadas chicuelinas. Apostó desde el principio el malagueño en un inicio de faena de rodillas con la muleta echada a la zurda. Todo lo que hizo Fortes estuvo impregnado por el sello de la pureza. En los cites y en los embroques. Al de los Hermanos Fraile Mazas se le fue acabando la gasolina y fue el torero quien a base de firmeza y toque sutiles fue sosteniendo la largura de los muletazos. Pese a que la espada viajó baja, el público le recompensó con un trofeo.
Pareció quedar descoordinado el sexto tras un volantín en el primer lance de capote. Lo afianzó Fortes a base de temple. De nuevo muy asentado, fue desgranando series de creciente intensidad. Con el toro más apagado, el arrimón final fue de una sinceridad brutal. Pero un valor puesto al servicio del toreo con los pitones rozando la taleguilla y vaciando los muletazos hasta el final. Pese a un pinchazo y a una estocada atravesada que necesitó de un golpe de descabello, Fortes cortó la oreja que necesitaba para salir a hombros.
Illescas (Toledo), viernes 1 de septiembre de 2017. Media plaza.
Cinco toros de
y uno de
(3º), bien presentados a excepción del primero, con los pitones escobillados. De armónicas hechuras y distintos tipos. Conjunto de buen juego en líneas generales. Destacó el notable segundo, de gran nobleza y clase. El más deslucido, el cuarto.
Curro Díaz, oreja y saludos.
Joselito Adame, dos orejas y dos orejas.
Fortes, oreja y oreja.