5ª FERIA DE FALLAS

Orejas para la estadística, que no para el recuerdo

Alberto López Simón salió a hombros cortando dos orejas en el quinto festejo de Fallas. Oreja para Fandi y corrida carente de casta y emoción de Zalduendo.

Alberto López Simón en su salida a hombros este jueves en Valencia

Sixto Naranjo Sanchidrian

Publicado el - Actualizado

4 min lectura

No comenzó con buen pie el quinto festejo de Fallas. El primero de Zalduendo no hubo por dónde cogerlo. Ni trapío, ni casta, ni fuerza… Esto último ya lo apuntó cuando Antonio Ferrera se abrió de capote. Pese a su suavidad, el toro perdió las manos antes de que llegase el remate en forma de media. El extremeño quiso imprimir temple y mimo para conducir las febles embestidas de su oponente. Pero el animal iba y venía tambaleante siempre. Complicada la ligazón. Al natural llegaron los pasajes más reseñables de un trasteo que nunca rompió por la condición del toro. Una estocada deprendida tumbó con eficacia al de Zalduendo y el público recompensó con una ovación a Ferrera.

El Fandi estuvo en El Fandi durante toda su primera actuación. Todo bajo un guión ya conocido, pero no por ello menos efectivo en plazas como Valencia. Variado con el capote, explosivo en banderillas y hábil muletero. La faena del granadino fue abundante en cantidad al aprovechar la pajuna nobleza del toro de Zalduendo que tuvo enfrente. Faltó reposo y más mando en algunas ocasiones, pero el festivo público fallero le reconoció con una ovación tras liquidar al toro de una buena estocada que vino precedida de un pinchazo previo.

La primera oreja llegó en el tercero, un toro cinqueño pero sin exageraciones en sus armónicas hechuras que también adoleció de fuerzas. Aún así, tuvo movilidad y ella la aprovechó Alberto López Simón para firmar una actuación de más a menos, al igual que el juego del toro. Las primeras tandas tuvieron temple, ligazón y ese concepto vertical tan de Alberto. Después la faena cayó en un bache cuando al animal se le fue vaciando el depósito de la gasolina. Un arrimón postrero y la estocada final, de efectos rápidos, elevaron al conjunto a la generosa oreja que paseó el madrileño.

El cuarto resultó lo más opuesto a lo que debe ser un toro de lidia bravo y codicioso. El de Zalduendo fue un semoviente carente de casta y emoción. Ferrera se empeñó en un trasteo largo e insustancial entre los pitos de protesta de los tendidos, que le pedían de forma constante que abreviase ante semejante animal. No se entendió por ello la absurda insistencia del torero. Después llegaron varios pinchazos y un infame bajonazo para empeorar todo aún más.

El Fandi banderilleó hasta en cuatro ocasiones en el quinto toro. Más desigual el tercio en esta ocasión. El de Zalduendo sacó movilidad en la faena de muleta. Nos quedamos con la duda de saber si la falta de entrega fue por condición suya o por la forma en la que utilizó la muleta el granadino. Desbordado a veces, sin cogerle el ritmo nunca al toro, la labor de David fue tan larga como nula en calidad. Pases a granel sin orden ni concierto. También se llevó algún pito desaprobatorio en el tramo final de la faena.  Una estocada trasera y tendida dio paso a una oreja con olor a traca fallera.

El sexto también tuvo su movilidad y en este caso, acompañada de mayores ganas de coger con más celo los engaños. Lo ayudó mucho López Simón en el inicio de faena llevándolo por abajo. Después, el quehacer del torero de Barajas estuvo presidida por el intento de llevar siempre templado al astado del hierro extremeño. Mejor resuelto en redondo que al natural, donde hubo más enganchones. A derechas se retomó la intensidad con un par de tandas donde llevó largo y muy tapado al toro. Quiso insistir López Simón pero el toro ya dijo nones. El epílogo fue por bernadinas un tanto embarulladas. La espada viajó entera pero cayó contraria, lo que ralentizó la muerte del toro. Dos avisos cayeron por la decisión de Alberto de no descabellar. Pero la oreja cayó para abrir una alegre puerta grande.

Valencia, jueves 14 de marzo de 2019. 5ª de Feria. Media plaza.

Toros de 

, de correcta presentación y desiguales hechuras. Conjunto muy bajo de raza, con nobleza en distintos grados pero carentes de emoción. Con movilidad y duración el quinto. El mejor, el sexto.

Antonio Ferrera, saludos y silencio tras aviso.

David Fandila ‘El Fandi’, saludos y oreja tras aviso.

Alberto López Simón, oreja y oreja tras dos avisos.