BILBAO

Paco Ureña, látigo y seda para cortar dos orejas en Bilbao

El diestro murciano cortó una oreja de cada uno de sus toros mostrando las dos versiones de su tauromaquia. Un trofeo paseó Talavante.

Ureña durante su faena al toro de La Ventana del Puerto al que cortó una oreja

Sixto Naranjo Sanchidrian

Publicado el - Actualizado

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A las seis y trece minutos rompió el paseíllo. A penas dos minutos antes había llegado al coso de Vista Alegre Alejandro Talavante. Las cosas de llegar a última hora a sustituir a Andrés Roca Rey. El coloso peruano, en el lecho del dolor, no había podido cumplir con su segundo paseíllo en estas Corridas Generales. Su titánica tarde ayer en este coso habían pasado factura a Andrés.

Sin embargo, la tarde tuvo un nombre propio. El de Paco Ureña, que regresaba a la capital vizcaína tras su histórico triunfo de cuatro orejas en la última feria de Bilbao allá por el 2019 pre-pandémico. Dos orejas con dos versiones de su toreo que le supieron a gloria en una temporada complicada para el murciano.

Manseó de lo lindo el ‘domecq’ de La Ventana del Puerto que hizo tercero. No quiso caballo y después puso en un aprieto a Azuquita a la salida del segundo par de banderillas. Un derrote seco en un arreón de manso hacia los adentros le sacó el aire al subalterno, que tuvo que poner rumbo a la enfermería. El toro del segundo hierro de la familia Fraile tuvo temperamento y nervio cuando se movió después en el inicio de faena de Paco Ureña. Y mando también tuvo la muleta de Ureña, limando asperezas y llevando muy toreado al de La Ventana. Muy firme y atalonado el de Lorca, que fue sacando lo que tenía el toro. Siempre a más la faena con dos tandas a derechas que rezumaron emoción y sinceridad. Se volcó al irse tras de la espada, recibiendo un pitonazo en la parte alta del muslo derecho, aunque no caló milagrosamente. Se pidieron las dos orejas, pero el palco dejó todo en un trofeo justo y meritorio.

Si el látigo y el mando fueron las notas de la primera faena de Ureña, con el grandón sexto el arma fueron el temple y la suavidad. El del Puerto, de 615 kilos, tuvo nobleza y buen son, pero le faltaron revoluciones en el motor para mover tanto tonelaje. Aun así, el murciano y el buen trato que le dispensó al toro obraron que las tandas surgieran con limpieza y dimensión. La espada cayó desprendida pero no fue óbice para la petición y la concesión de un nuevo apéndice.

Seis años llevaba Morante sin torear en Vista Alegre. Y para el reencuentro, se las vio con un primer toro del Puerto de amplio cuajo, con 610 kilos. Un animal que pasó sin decir nada en los primeros tercios y con el que se salió de forma muy torera hasta el tercio el diestro sevillano. Muy dispuesto Morante ante un toro que nunca rompió a bueno y se movió de forma desclasada. Una tanda al natural mediado el trasteo, más abundante en número de muletazos, y después otra a derechas con ajuste y expresión, fueron las cotas artísticas más altas del conjunto. Hasta ahí llego el del Puerto y con ello la faena. Una estocada casi entera cobrada con habilidad fue suficiente para liquidar al toro.

Con el cuarto de La Ventana del Puerto hubo menos historia. El toro no tenía ganas de embestir y Morante de estar delante. Buena combinación para abreviar y tumbarlo de media en buen sitio.

En su regreso al Botxo, Talavante se las vio con un primer toro de su lote con la tendencia siempre a salirse suelto de las suertes. Ese puntito de mansedumbre que le hacía abrirse en demasía y que dificultaba la ligazón de las series. Tampoco descolgó, yendo con la cara a media altura cuando tomaba el engaño. El trasteo del extremeño navegó con desigualdades y solo una tanda en redondo tuvo la continuidad y el ajuste necesario para calar en los tendidos. Pero como la espada viajó certera al primer envita y lo despenó después con un certero golpe de verduguillo, se desató una petición de oreja que Matías consideró mayoritaria. Otra cuestión fueron el peso y los méritos del trofeo paseado por Talavante. Demasiado escaso, la verdad.

Menos historia tuvo la faena al descastado y apagado que hizo quinto. Hubo algún muletazo suelto de notable trazo, pero sin continuidad en tandas que dijeron poco. Lo avió con prontitud de una estocada caída.

Bilbao, viernes 26 de agosto de 2022. 7ª de Feria. Dos tercios.

Cuatro toros del

, bien presentados, entipados. Bajos de raza y manejables en distinto grado. Destacaron segundo y sexto. Dos más de

(3º y 4º), bien presentados y de buenas hechuras. Manso encastado el tercero y sin opciones el cuarto.

Morante de la Puebla, saludos y leves pitos.

Alejandro Talavante, que sustituía a Roca Rey, oreja y silencio.

Paco Ureña, oreja con petición de la segunda y oreja.