CORONAVIRUS

El silencio de las bandas de música en las plazas de toros

Otro sector afectado por culpa de la pandemia en el mundo del toro han sido el de las bandas de música.

La Banda del Maestro Tejera en el ruedo de la Real Maestranza de Sevilla

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

3 min lectura

Las bandas de música forman parte de la memoria sentimental y son la banda sonora de las primaveras en forma de marchas de Semana Santa y de pasodobles taurinos que este año no se han oído ni en las calles sevillanas ni en los toros a causa del coronavirus, aunque la del Maestro Tejera se ha encargado de recordar desde las casas de sus componentes que siguen ahí y que volverán cuando las circunstancias lo permitan.

La banda de Tejera es parte principal de un amplio elenco de otras que ponen música a la Semana Santa de Sevilla y que este año no han podido acompañar a sus imágenes en sus versiones de cornetas y tambores, las que van tras los pasos de Cristo, Nazarenos y Crucificados, y de los palios de las Dolorosas en sus múltiples advocaciones: Cruz Roja, Oliva y el Carmen de Salteras, la Victoria de las Cigarreras, Cristo de las Tres Caídas, entre otras muchas agrupaciones.

La vinculación centenaria de la banda de Tejera con la ciudad de Sevilla se ha cimentado, además de por su aportación a la Semana Santa, por su presencia en La Maestranza en todos los festejos taurinos, no sólo los de relumbrón de la Feria de Abril, sino también en las novilladas con y sin picadores de todo el año y en el ciclo de San Miguel de septiembre.

Esta banda, fundada en 1910 por Manuel Pérez Tejera, se ha quedado este año sin Semana Santa y, en el día que cambiaba los sones procesionales por los taurinos, el sevillanísimo Domingo de Resurrección, ha brindado a los aficionados a los toros y a la música un vídeo en el que interpreta el pasodoble Plaza de La Maestranza, el que acompaña a todos los paseíllos en la plaza de toros de Sevilla.

Tejera, no hace falta decir mucho más para identificarla, es sinónimo de clasicismo en Sevilla en su repertorio y en las cofradías en las que acompaña en la calle, o lo uno por lo otro, ya que 'Jesús de las Penas', 'Soleá dame la mano', 'Ione', 'Virgen del Valle', 'Amarguras', 'Margot' o 'Rocío' suenan en la Semana Santa de Sevilla en sus acompañamientos a las cofradías de La Cena, Las Penas de San Vicente, El Valle, Santa Cruz, Cristo de Burgos o Monserrat.

Sin solución de continuidad, la banda de Tejera cambiaba la seda por el percal y las marchas procesionales por el pasodoble el Domingo de Resurrección, cuando tradicionalmente se abre la temporada de toros en Sevilla y que los componentes de la agrupación solían empezar con su cita en los alrededores de la plaza, en la boca del callejón llamado Circo antes de ocupar su grada del Once.

Por ello, en este año de confinamiento, los componentes de esta formación han editado y hecho público un vídeo en la misma hora en la que comienza el paseíllo en La Maestranza y con el pasodoble que los acompaña a todos sin excepción, que los veinte miembros de la banda interpretan desde sus casas con el fondo de imágenes del coso del Baratillo, del monumento a Curro Romero en sus exteriores y del Palco del Príncipe exornado con el pendón de la Real Maestranza de Caballería, la corporación propietaria de la plaza.

La banda de Tejera no es sólo acompañamiento musical, sino que tiene un peso fundamental en la labor de los toreros y en los estados de ánimo de los tendidos de La Maestranza, ya que sólo arranca a tocar cuando lo que está sucediendo en el albero es bueno y corta cuando, pese a los afanes y perseverancia de muchos, la cosa pierde gas.

Y ello es así desde que en 1942, tras los años en los que José Gómez 'Gallito' la contrató para la efímera Monumental que auspició como alternativa popular a La Maestranza, sentó sus reales en el Coso del Baratillo, donde aún se recuerda la sapiencia taurina de Pepín Tristán, sobrino del fundador y sucesor suyo desde 1971, cuando se levantaba y con su batuta ordenaba que atacara el pasodoble porque lo de allí abajo era bueno, desde un lance, a un par de banderillas, un puyazo o un puntillazo: en 2007, le sucedió su hijo, José Manuel Tristán.

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