MÉRIDA

Talavante y Roca Rey, a hombros en Mérida en una tarde en la que se cortaron siete orejas

Pese a las siete orejas cortadas por la terna, la ganadería de El Pilar, muy mal presentada y blanda, deslució la tarde.

Alejandro Talavante y Roca Rey, a hombros este sábado en Mérida

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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Se pasearon siete orejas, premio a todas luces excesivo. Alejandro Talavante hizo lo mejor ante el quinto toro, un animal chiquito pero bravo, y Roca Rey empató con el extremeño al pasear tres orejas. Morante cortó una al cuarto con un lote muy poco propicio.

Ese quinto toro, muy pobre de presencia, galopó de salida y tomó una vara. Se le midió en el caballo pues flotaba en el ambiente la blandura de sus hermanos lidiados anteriormente, mas el animal se fue por su cuenta dos veces al caballo. Era bravo. Muy inspirado Talavante, lo cuajó con la muleta en una faena que tuvo mando, ligazón y belleza.

Tandas muy rematadas por ambos pitones, con mucha comunión con los tendidos. Estocada, muerte de bravo del de El Pilar, que se resistía a doblar, y dos orejas.

Antes sorteó un astado que tuvo muy pocas fuerzas, al que hizo una faena de enfermero, toda a media altura, del que paseó un trofeo.

Se corrió turno porque el tercero fue devuelto. Roca Rey entendió muy bien a ese toro, pues tenía nobleza y seguía la muleta, al principio sin obligarlo. Series en redondo templadas y al final en la corta distancia. Dos orejas.

El sexto, que fue el sobrero, era feo como sus hermanos y, aunque noble, embestía rebrincado y se quedaba corto, le faltaba profundidad. Faena del peruano con limpieza en los muletazos, larga, que culminó con un bajonazo y cortó otro apendice.

Chispazos de Morante de la Puebla ante un lote muy deslucido. Le cortó una oreja al cuarto, un burel muy justo de fuerzas, que pronto se vino a menos. Una verónica y la media para el recuerdo, el inicio de faena por hermosos ayudados por alto, y una tanda en redondo fue el selló que dejó el sevillano.

El que abrió plaza fue un inválido total, tanto que se echó al comienzo de faena y tuvo que ser apuntillado.