BADAJOZ
Triunfa José Garrido con una notable ‘victorinada’ en Herrera del Duque
El diestro pacense paseó dos orejas de un festejo marcado por el interesante juego de la corrida de Victorino Martín. Escribano y Juanito, de vacío por la espada.
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En este 15 de agosto tan atípico, fue una bocanada de aire fresco poder ver toros en una plaza como Herrera del Duque. Apostó el empresario por una corrida de toros de Victorino Martín como reclamo para los aficionados y una terna de toreros que de no haber fallado a espadas hubiesen ampliado el marcador final más allá de las dos orejas que paseó José Garrido del quinto, un toro que fue premiado con la vuelta al ruedo.
Abrió plaza un toro cuajado y serio que fue ovacionado de salida. Manuel Escribano se mostró solvente con él en todos los tercios pese a que perdió pie a la salida del tercer par de banderillas cobrado al violín. La faena de muleta fue un continuo toma y daca entre toro y torero. Las asperezas y la viveza del toro las fue aminorando el sevillano a base de oficio y firmeza. Nunca perdieron interés ni la faena ni el toro. Con la espada se torció lo hecho por Escribano.
El cuarto fue otro cantar. Un toro bravo en el caballo y que derrochó clase y temple en su ralentizada embestida. Escribano se acopló con él por el pitón diestro, aunque sobraron algunas rigideces. Una tanda en redondo alumbró un cambio de mano como remate de la serie, que fue lo más jaleado del conjunto. Pero un pinchazo hondo y dos golpes de descabellos volvieron a dejar a Escribano sin premio tangible. La vuelta al ruedo final compensó lo realizado.
José Garrido tuvo enfrente como primer oponente a un toro de Victorino vareado de carnes pero muy astifino. Toro encastado y exigente al que recibió con un notable saludo de capa el extremeño. Con la muleta, Garrido puso mando y obligó al toro mucho por el pitón derecho, por donde llegaron los mejores pasajes del conjunto. Al natural el toro pasaba más agrio y solo hubo una tanda por este pitón. Volvió a recobrarse la intensidad cuando retomó la diestra, pero el reiterado fallo a espadas se llevó cualquier atisbo de premio.
No gustó la fea conformación de pitones del quinto, un toro que fue a más durante su lidia y al que entendió perfectamente Garrido. Tras un inicio de tanteo, todo rompió en el toreo al natural. Muy entregado el torero, haciendo romper poco a poco al toro. Y despúes, cuando volvió al lado derecho. Muy a compás todo y dando los tiempos que el toro requería. Media estocada tendida fue suficiente para que el toro doblase. Las dos orejas cayeron por mayoría de pañuelos y la vuelta al ruedo para el ‘victorino’ fue aclamada desde los tendidos.
Para Juanito ésta era su primera corrida de Victorino Martín. Y no lo pareció. Porque a su primero le cogió pronto el aire por el notable pitón derecho que tuvo. Lo llevó muy tapado y largo por este lado, dando dimensión a los muletazos. Pero todo se enfrió entre el percance que sufrió el subalterno Alfonso Gómez y el apagón que sufrió Juanito con la espada. Una ovación recompensó lo hecho.
El sexto fue un astado exigente con el que se vieron las carencias aún de oficio de Juanito. Pedía sitio el de Victorino porque si no te comía en sus embestidas. Tardó en verlo claro el torero portugués, que de nuevo corrió la mano con más prestancia por el pitón derecho. Media estocada y dos golpes de verduguillo rebajaron el premio final a una cariñosa vuelta al ruedo.
Herrera del Duque (Badajoz), sábado 15 de agosto de 2020. Casi tres cuartos del aforo permitido.
Toros de
, cinqueños, muy bien presentados, ovacionados todos de salida y en el arrastre. Exigente el primero; encastado y de buen pitón derecho el segundo; un tercero con temple y humillación por el pitón derecho; bravo, noble y con clase el cuarto; un quinto siempre a más que fue recompensado con la vuelta al ruedo; exigente el sexto.
Manuel Escribano, saludos y vuelta al ruedo.
José Garrido, saludos tras aviso y dos orejas.
Juanito, saludos y vuelta al ruedo.