EL ALBERO

El sueño del novillero catalán Hugo Casado: Superando las adversidades para triunfar en los ruedos

En 'La Historia del Albero', conocemos la incipiente trayectoria de un joven novillero catalán y su vinculación con el capítulo de Granada de la FTL y el diestro Manuel Escribano.

La historia del novillero catalán Hugo Casado, en El Albero
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La historia del novillero catalán Hugo Casado, en El Albero

Redacción Toros

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En la sección "Las historias del Albero", esta semana hemos conocido la inspiradora historia de Hugo Casado, un joven novillero catalán que, a pesar de las dificultades que enfrenta en su región, ha logrado abrirse camino en el mundo de la tauromaquia. Casado, cuya pasión por los toros le viene de familia, ha encontrado apoyo en la Fundación Toro de Lidia, que le ha brindado la oportunidad de demostrar su talento en los tentaderos de Granada.

"La tauromaquia no puede ser localista, no puede ser egoísta, no puede ser egocéntrica, no puede quedarse limitada a una zona concreta", afirma Fernando Navarro, coordinador del capítulo granadino de la Fundación Toro de Lidia. Fue esta filosofía la que llevó a la organización a invitar a Casado a participar en sus eventos, con el objetivo de apoyar a aquellos novilleros que enfrentan dificultades en sus regiones.

Según Navarro, la Escuela Taurina de Cataluña, de la que Casado es alumno, se enfrenta a una "represión total hacia el mundo del toro", lo que dificulta la preparación de los jóvenes aspirantes a toreros. "Creíamos que son valores éticos que hay que transmitir", señala Navarro, refiriéndose a la decisión de dar una oportunidad a Casado.

"La Fundación me dio la oportunidad de torear en el tentadero de Alcudia  de Guadix y estuve bien, estuve digno", comenta Casado a El Albero, mostrando su agradecimiento por la oportunidad que le brindó la Fundación Toro de Lidia. Gracias a su destacada actuación, el joven novillero catalán también pudo hacer el paseíllo en una novillada sin picadores celebrada el pasado fin de semana en la plaza granadina de Atarfe.

"Cuando yo era pequeño, a los menores se les prohibía la entrada a los toros. Y yo no pude ni ver a mi padre torear en Barcelona", explica Casado, quien, a pesar de estas adversidades, se considera "muy diferente a los demás" y está decidido a seguir los pasos de su padre, el matador de toros Alfonso Casado.

El matador de toros Manuel Escribano, quien acogió a Casado durante el pasado invierno para que pudiera entrenar, resalta "el valor que hay que echarle para querer ser torero en un lugar que ahora es territorio de censura". Escribano espera que pronto se pueda hablar de un "nuevo torero catalán" que logre romper con las barreras impuestas en su región.

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