BALANCE

Albacete, trapío en el tendido y desigualdad en el albero

Nuestro compañero Lorenzo del Rey de COPE Albacete hace balance de la última Feria de la Virgen de los Llanos.

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Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

8 min lectura

Cuando la actual empresa arrendataria de la plaza de toros de Albacete “lataurinomanchega2” presentó la cartelería para la recién finalizada Feria de Albacete, el titular “Un abono con pocas fisuras” pareció acertado. Una composición equilibrada, con varios carteles con alma, presencia de figuras, emergentes, novedades de la temporada y, en general, casi todos los contratados tenían interés en mayor o menor medida. Además, a priori, el apartado ganadero cumplía los requisitos exigidos por el pliego de condiciones ya que los hierros anunciados tenían su parte del torismo con Miura y La Quinta y el resto pues no desentonaban. Así, tras diez días de toros, el aspecto de los tendidos ha sido bastante notable, con más de 2/3 de entrada de media, lo que confirma que los carteles fueron del agrado de gran parte de la afición y que eso, unido al mantenimiento de una política de precios atractiva (abonos de 48 euros) y un coste de localidades menor que en cosos de similar categoría, pues apuntalaron que se haya visto más gente en la plaza este año. Trapío en el tendido, lo que nos permite seguir sacando pecho acerca de la especial idiosincrasia de esta ciudad y provincia.

Entrando en el apartado de toros y toreros, ahí es donde llega la desigualdad. Y desigualdad que se veía venir. Había nombres que no invitaban al optimismo desde el principio, extremo éste que se ha confirmado posteriormente. Así, la inclusión de Alcurrucén, “El Cortijillo” y Juan Pedro –finalmente Parladé- ha sido un total y rotundo fracaso. Lo del hierro de la empresa ya es casi para tomárselo a broma, no sólo por el juego visto, que fue un desastre una vez más, sino porque la presentación, especialmente de la corrida de Alcurrucén, fue una auténtica escalera que daba una sensación a limpieza de cercados inadmisible y totalmente innecesaria. No es de recibo y resulta sangrante que la Casa Lozano reseñe esa corrida para su plaza. La afición y el abonado no merecen ese trato. El descanso se antoja necesario y más que obligatorio. Lo de Parladé, por momento actual, tampoco pintaba bien. Aunque la presentación fue correcta, su mansa, descastada y floja condición también le hacen ser merecedora del destierro el próximo año en Albacete. Idéntica valoración para la corrida de Domingo Hernáncez y “Garcigrande”, donde si bien es cierto que salió un tercer toro con grandes opciones de triunfo (desorejado por Diego Carretero) el resto del encierro también fue una decepción.

En cuanto al resto de hierros, “La Quinta” merece la calificación de notable al sacar la media entre su sobresaliente presentación y su buen juego, lo que le ha hecho ser declarada con todo merecimiento como triunfadora de este abono 2018. Aprueba con creces Miura, aprobado para “Torrealta”, Criado Holgado en novilladas y también merece volver el hierro de Ángel Sánchez para rejones por su buen juego los cuatro toros que se lidiaron hasta la suspensión del festejo. Por eso, la desigualdad ha sido patente en el ruedo, con hierros reseñados de trapío incuestionable con otros donde parecían de tardes distintas. Albacete merece de lo bueno, lo mejor, y de lo mejor, lo superior. Corridas parejas y de buena presencia es lo que se demanda, y ya se sabe que el cliente tiene siempre la razón. Cuidemos el toro y la afición se cuidará sola.

Capítulo y párrafo aparte merece todo lo sucedido con la corrida del día 13 de septiembre, siendo el hierro del albaceteño Daniel Ruiz el protagonista. El propio ganadero declinó responder a lo sucedido cuando tuvo ocasión de hacerlo en los micrófonos de COPE “a esa pregunta no te voy a contestar” –en referencia a explicar las razones de porqué sus toros no estaban 24 horas antes en los corrales de nuestra plaza de toros-, hasta la empresa y autoridades que tampoco colaboraron para aclarar la cuestión y atajar de raíz los rumores que se expandían como la pólvora por todos los mentideros taurinos de la ciudad. ¿Acaso no merece explicaciones que se incumpla el reglamento por no estar en los corrales los toros de Daniel 24 horas antes? Si hay todo ese revuelo en los corrales, con desembarque a las 11 horas de esta misma mañana debido a medidas sanitarias establecidas por protocolo “exclusivamente para esta tarde” debido a un posible brote de tuberculosis, ¿la categoría de la plaza, la afición, la ciudad, no merece explicaciones? Se hubiese evitado el ambiente enrarecido, las carreras y dimes y diretes en corrales por la mañana y la sensación generalizada de querer silenciarlo todo. Sin transparencia, sin contar lo que realmente sucede, la confianza de los aficionados se ve resentida, y con razón. De la corrida lidiada, poco que decir. Un único toro potable y el resto con poco que destacar. Y la presentación, deficiente. Dejémoslo ahí.

En cuanto a los toreros, primero hablaremos de los de casa. Rubén Pinar, flamante triunfador del abono, logró dos puertas grandes –ya van seis consecutivas- y esto ya no es casualidad. Ojalá le obtenga más rédito profesional del logrado hasta la fecha, tanto en Albacete como fuera del mismo. Sergio Serrano, Andrés Palacios, Diego Carretero, José Fernando Molina y Sergio Felipe han lucido en mayor o menor grado pero, además, no han pasado de puntillas por nuestro abono, lo que siempre es digno de ser destacado. En un tono menor quedan Cristian Pérez y Adrián Villalba aunque su ilusión, y la nuestra, siguen intactas. Ánimo para todos.

En cuanto a los foráneos, Pepe Moral, Roca Rey, Enrique Ponce, Talavante salieron a hombros, destacando los naturales de Moral y Talavante, lo aguerrido de Roca y el pundonor del incombustible Ponce aunque en doble trofeo un punto exagerado. “El Juli” logró una oreja de oficio e inteligencia en una faena con una superioridad absoluta aunque el resto fuesen sin nada para el recuerdo sino para el olvido, condicionado negativamente por el factor toro, o su ausencia de casta, mejor dicho. Los toreros revelación, jóvenes y emergentes, no han terminado de brillar por unas u otras circunstancias. Octavio Chacón no tuvo lote propicio, Álvaro Lorenzo marró con los aceros, Ginés Marín está lejos del Marín de la temporada anterior. Sólo los mencionados Pepe Moral y Paco Ureña han rayado a gran nivel. Y esto nos lleva a una reflexión: ¿qué hubiese sucedido si las figuras se hubiesen anunciado con Miura, La Quinta, donde han salido toros más que aprovechables? Estamos perdiéndonos un montón de oportunidades para engrandecer la Fiesta. Esperemos no tener que lamentarnos en un futuro a medio plazo…Por cierto, la nueva presidente Genoveva Armero parece haber aterrizado con buen pie en el palco presidencial al no conceder algunas orejas de poca valía. Ese es el camino.

Y el nombre propio es el de Paco Ureña, herido de gravedad en su ojo izquierdo el pasado 14 de septiembre mientras toreaba de capote a un astado de Alcurrucén. Aunque las noticias son esperanzadoras, el riesgo de perder la visión sigue ahí y por desgracia hasta dentro de un tiempo no se sabrá lo que sucederá finalmente. Mucho ánimo a un héroe como es Paco Ureña y así lo demostró en el albero del coso de la calle Feria. ¡Torero!

Porque hablar de plazos lleva, inevitablemente, a mencionar lo que puede suceder con el destino de la plaza de toros de Albacete. Aunque todavía queda la posibilidad de un año más de contrato por ampliación de prórroga, el concejal de asuntos taurinos del Consistorio, Alberto Reina, manifestó a COPE que “estamos a la espera de, si piden la prórroga, valorarlo. Y si no la solicitan, valorar el elaborar un nuevo pliego de adjudicación.” Por lo que, en resumen, la pelota está en el tejado de los Lozano y Manuel Amador y Manuel Caballero. Y siguiendo este hilo, el nuevo pliego deberá fundamentarse en varios pilares: primero, el mantenimiento de una política de precios beneficiosa para la afición, es decir, volver a los precios de 2016 pero con el IVA reducido actual. Recordaremos que el canon pasó de 180.000 euros anuales a 50.000, por lo que habría margen suficiente de mejora de esos precios. Segundo, el valorar y darle una vuelta a las circunstancias especiales de los toreros locales ya que el establecer la obligatoriedad de que se anuncien tres matadores de toros y cuatro novilleros debe ponderarse en la medida de que empezar la temporada en septiembre no resuelve y ayuda a mejorar la trayectoria profesional de nadie. Habría que plantearse ese apoyo de otra manera, dando proyección, aunque dada la situación actual de la Fiesta y de su dinámica de contrataciones basada en los intercambios más que en los méritos contraídos en el ruedo no invita al optimismo, precisamente. Y, tercero, el mantener la categoría de toreros y ganaderías anunciadas, siendo obligatorio el exigir un trapío y mayor garantía de juego por momento actual. Mantener lo que funciona y cambiar lo que no ha ido bien para apuntalar un abono, tan simple como eso.

Albacete se encuentra en un momento crucial, con unas elecciones municipales en el horizonte y con la Feria taurina como obligación de mantenerse y crecer de cara al futuro. Que los problemas internos de la propia Fiesta, sumados a los de algunos políticos enemigos declarados de la tauromaquia, no impidan el feliz desarrollo de una de las ferias más importantes de la temporada y que se ha hecho hueco en el panorama nacional por méritos propios. El ir contra los toros como mayor exponente cultural de un pueblo, es ir contra el propio pueblo. Y pobre de aquel gobernante que vaya en contra de lo que quiere su pueblo. La riada de público en Albacete ha sido más que positiva. Mantengamos y cuidemos a esta afición porque de lo contrario sucederá como en ferias de similar categoría, es decir, que el efecto cemento en los tendidos llegará, y eso sería imperdonable.

Las cifras del abono

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