1ª FERIA DE LA COMUNIDAD

Alejandro Chicharro y una presentación de Puerta Grande para salir lanzado de Las Ventas

El madrileño sale a hombros tras una notable actuación. Grave cornada para Jesús Moreno y entonada actuación de Juan Herrero.

Alejandro Chicharro en su salida a hombros este miércoles de la plaza de Las Ventas

Sixto Naranjo Sanchidrian

Publicado el - Actualizado

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Había que remontarse a los tiempos de la etapa de los hermanos Lozano al frente de Las Ventas para recordar una novillada de la Feria de la Comunidad con tan alta asistencia de público. Casi tres cuartos de plaza al reclamo de tres novilleros que hacían su presentación en Madrid ante seis ejemplares de distintas ganaderías de la región, astifinos hasta decir basta y con hechuras de toros.

El gato al agua y el triunfo se lo llevó Alejandro Chicharro, ganador el pasado año del Circuito de Novilladas de la Comunidad de Madrid y que llegaba a Las Ventas con el crédito que da el haberse cuajado en las serias novilladas que se dan por los pueblos más exigentes de la provincia madrileña.

Chicharro se las vio en primer lugar con un novillo de Montealto de emotiva condición. Encastado y con movilidad, el novillero de Miraflores de la Sierra tragó mucho en un inicio de faena por estatuarios de firme planta. Corrió la mano con temple pese a la velocidad del ejemplar de Agustín Montes, al que le embiste todo, y bien, últimamente. No bajó el diapasón de la intensidad la faena y tras una estocada desprendida que necesitó de un golpe de descabello, y aunque sonaron dos avisos, fue recompensada con una oreja.

El cuarto de Concha y Sierra no descolgó nunca. Chicharro estuvo tesonero y se lo quitó de en medio con prontitud.

Pero donde llegó lo mejor de la actuación del madrileño fue con el sexto de Ángel Luis Peña, un utrero que manseó en los primeros tercios pero que se templó y enceló cuando llegó al de muleta. Explosivo fue el inicio de faena rodilla en tierra que concluyó, ya incorporado, con un precioso y ajustado pase del desprecio que ligó a uno de pecho echándose al novillo por delante. Crujieron los tendidos, que se metieron de lleno en la faena de Chicharro. Al natural, por donde se firmó casi la totalidad del trasteo, Chicharro lo bordó. Muy comprometido en cites y embroques, las tandas resultaron rotundas por el trazo mostrado. Temple, valor y expresión. No duró mucho el novillo de Peña e hizo bien en irse a por la espada el novillero. La estocada, arriba y la petición que le ponía en bandeja la oreja que le descerrajaba la Puerta Grande de Madrid. Ilusionante presentación la de Alejandro Chicharro.

Antes, mal acabó lo que mal comenzó. Quiso irse a portagayola en el abreplaza Jesús Moreno, pero la puerta de chiqueros ya se había abierto. Dio tiempo a volver a cerrarse y que el novillero que venía a presentarse se fuese hasta más allá de las rayas del tercio a recibirlo. El de Aurelio Hernando salió midiendo y cuando llegó a la jurisdicción del novillero le arrolló para después cornearle de forma certera en el muslo. La gravedad de la cornada se intuyó cuando al alzarle en volandas las cuadrillas dejó un reguero de sangre camino de la enfermería. Se hizo cargo del novillo Juan Herrero que capeó como pudo la mansedumbre del albahío de Aurelio.

En tercer lugar sorteó un ejemplar de los Hermanos Sandoval que tras mostrarse remontado en los primeros tercios, redujo revoluciones cuando el madrileño le sometió en una tanda al natural. A partir de ahí se entregó y dejó al novillero ir cuajando una faena a más con el novillo también respondiendo más y mejor. Tras una estocada habilidosa hubo una petición de oreja que pareció mayoritaria pero que al palco no terminó de convencerle.

El quinto de Cerro Longo, pese a sus buenas hechuras, resultó flojo y bajo de raza. Herrero estuvo muy por encima de la condición del animal e incluso robó algún muletazo de mérito. Saludó una ovación como recompensa.

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