1ª FERIA DE LA MAGDALENA
Antonio Ferrera y 'Ruiseñor' de La Quinta, indultado, destacan en la primera de Castellón
El extremeño sale a hombros en un festejo en el que El Fandi y Manuel Escribano cortaron una oreja por coleta.

Antonio Ferrera ante 'Ruiseñor', el toro de La Quinta indultado este domingo en Castellón
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La corrida que abrió Feria en Castellón deambulaba por un sí pero no del todo. Ni siquiera los tercios de banderillas compartidos en los tres primeros toros encendieron de verdad los tendidos. Tampoco fueron para tirar cohetes.
Pero la cosa cambió, y cómo, en el cuarto. Se llama Ruiseñor, y fue indultado merced a su comportamiento, al lucimiento que de él hizo Antonio Ferrera y a una efusividad algo desproporcionada por parte de los tendidos corroborada por el palco.
Es cierto que el toro de la familia Martínez Conradi fue una lámina, y que se arrancó con alegría a la muleta del extremeño, pero le faltó cierta chispa y humillación para el premio máximo. Ferrera lo condujo a media altura al principio, y algo más por abajo en el tramo final, con un toreo más efectista que terminó de encandilar a los tendidos, que pidieron y consiguieron el indulto para el toro, primero en la historia de esta plaza, y cuyos criadores dieron la vuelta al ruedo junto al torero extremeño-mallorquín.
Antes, en el que abrió plaza, un ejemplar noble, soso y poco humillador, Ferrera compuso una faena de escaso relieve aunque premiada con una oreja tras matar a la primera.
El Fandi se enfrentó a un toro de público corrido en segundo lugar. El ejemplar sevillano se movió con emoción para los tendidos aunque sin verdadera entrega y El Fandi le dio fiesta pasándoselo por allí con escasas sutilezas aunque cierto mérito dado el torrente acometedor.
Al final, el toro fue aplaudido en el arrastre y el granadino paseó una oreja tras finiquitarlo a la primera con habilidad. El quinto se desinfló súbitamente después de derrochar acometividad en los dos primeros tercios y el inicio del último. Ni siquiera El Fandi pudo rascar nada.
Manuel Escribano no llegó a exprimir las bondades -que no fueron pocas- de noble y enclasado tercero. El sevillano se justificó, pero tales acometidas requerían de un mayor compromiso que no apareció con la rotundidad debida. Ello no impidió que se le concediera una oreja tras pinchar en el primer intento.
En el sexto tuvo lugar el mejor tercio de banderillas de la tarde, a cargo de Escribano, después de que el de La Quinta apretara en el primer puyazo y no quisiera pelea en el segundo. Tal comportamiento lo repitió en la muleta, con un inicio esperanzador que pronto se vio truncado por la mansa condición que terminó aflorando en el de La Quinta.