MADRID

La Beneficencia, para Fernando Adrián

El torero madrileño logra su segunda Puerta Grande en Las Ventas consecutiva tras desorejas a un buen toro de Juan Pedro Domecq.

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Sixto Naranjo Sanchidrian

Publicado el - Actualizado

4 min lectura

Ecos de batallas pasadas en forma de pancartas y una plaza de Las Ventas que no se llenaba al reclamo de una Corrida de Beneficencia que anunciaba a los tres triunfadores de la Feria de San Isidro. Dos hierros sobre el papel y uno de ellos sin corrida para Madrid. Daniel Ruiz, divisa negra en recuerdo de su propietario, no tenía toros para lo que Las Ventas demanda. Al final un batiburrillo de hierros con tres ganaderías y muchas desigualdades de hechuras. Luego, que si la abuela fuma, que dirían en mi pueblo….

Y sobre la bocina, que también cuenta, un triunfador. Fernando Adrián. El madrileño sale lanzado de Madrid tras dos puertas grandes consecutivas. Con todos los peros y todas las esperanzas a cuestas. La Beneficencia de Las Ventas, en todos los sentidos, fue para él.

Hubo que esperar al sexto, un toro estrecho pero serio de cabeza de Juan Pedro Domecq que rompió a bueno en el último tercio. Muy decidido, se fue hasta los medios para iniciar la faena al natural. Pronto y en la mano como máxima ‘chenelista’. Firmeza de plantas y flexibilidad de cintura fueron las armas del de Torres de la Alameda para meter al público en su quehacer. Fresco de ideas y con mucha conexión con los tendidos, Adrián supo voltear el ambiente de la tarde y terminar firmando varios naturales muy redondeados en el tramo final de faena mientras el toro de Juan Pedro espolvoreaba al ruedo venteño con su clase y entrega. Se fue tras de la espada con rectitud y, tras caer el astado, se pidieron y concedieron dos orejas que le abrían a Fernando Adrián de par en par la Puerta de Madrid.

Antes, su primero, llevó el hierro de Daniel Ruiz. Quizá el animal de más pobre presencia de lo que llevamos de temporada en Las Ventas. Faltó trapío exterior e interior. Inválido y descastado. A pesar de echarse de rodillas Adrián en el prólogo muleteril y salir trastabillado, más trastabillado salió el toro del hierro albaceteño, incapaz de sostenerse sobre las cuatro patas. Lo realizado por el madrileño careció de interés y relieve por la feble y descastada condición de su oponente.

Rápido se atisbó la calidad del primero de Daniel Ruiz. Reducida anatomía, amplia y astifina testa y contado su poder y casta. Castella, tras el brindis a Don Felipe, se fue al centro del ruedo. Explosivo inicio. Cambiados y una trincherilla de pellizco y mano baja. La primera tanda tuvo ligazón, buen enganche adelante y remate profundo. Pero el toro no estaba sobrado de revoluciones. Lo administró el torero francés y con ello el nivel de la faena decayó. No se recobró ese listón de intensidad pese a que hubo temple y buen trazo. Pinchó antes de una estocada arriba marcando los tiempos.

Engaño el comportamiento del cuarto de Juan Pedro. Con movilidad y chispa en el inicio de Castella, que se salió hasta el tercio con mando rodilla en tierra y una trincherilla final con aires sureños que ligó a uno de pecho sin enmendarse. No terminó de apostar el francés sacándoselo a los medios ni rompió el toro del hierro ducal. Todo quedó en un “ten con ten” dentro de una faena tan larga que llegó a sonar el aviso antes de que el torero de Beziers tumbase al toro de una certera estocada. El “neoaficionado” venteño se descolgó con una sorprendente petición de oreja que el palco no consideró mayoritaria. Castella se pegó una vuelta que sonó a las ganas del público por ovacionar algo a esas alturas de tarde.

Se movió mucho el primero de Juan Pedro que entró en el lote de Emilio de Justo. Pronto al cite del caballo y después en un inicio de faena más estético que mandón. No terminó de abrirle los camino un Emilio de Justo que de nuevo dio la sensación de más querer que poder. Se hizo larga la faena sin terminar de rematarse y al final hubo alguna protesta en su afán de alargar el trasteo. Lo cazó de una estocada baja.

No remontó esas sensaciones Emilio de Justo ante el encastado quinto de Victoriano del Río, al que no terminó de someter pese a sus evidentes esfuerzos por mostrarse asentado y capaz. Madrid no hizo sangre con él pero sale tocado tras sus últimas tres tardes en esta plaza.

Madrid, sábado 17 de junio de 2023. Corrida de Beneficencia. Dos tercios largos de plaza.

Dos toros de

(1º y 3º), de escaso remate y trapío. A menos el primero e inválido el tercero. Tres toros de

(2º, 4º y 6º), bien presentados y de buenas hechuras. Encastado el segundo, a menos el cuarto y bravo e importante el sexto. Un toro de

(5º), bien presentado, de bastas hechuras y juego encastado.

Sebastián Castella, ovación tras aviso y vuelta tras aviso y petición.

Emilio de Justo, palmas y silencio tras aviso.

, silencio y dos orejas.

Incidencias: El Rey Felipe VI presidió la corrida desde el Palco Real, acompañado de la Presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, y del diestro Luis Francisco Esplá. Después del paseíllo se guardó un minuto de silencio en memoria de Iván Fandiño en el sexto aniversario de su muerte.

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