25ª SAN ISIDRO

A Borja Jiménez no le frena ni un palco desnortado y abre la Puerta Grande de Las Ventas

El sevillano, pese al palco, abre su segunda Puerta Grande en Las Ventas. También negó la vuelta al ruedo a un bravo ejemplar de Victoriano del Río.

Borja Jiménez en su salida a hombros este viernes de la plaza de toros de Las Ventas

Sixto Naranjo Sanchidrian

Publicado el - Actualizado

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Llegaba tocado pero no hundido a su tercer compromiso isidril. Borja Jiménez, que alcanzó la gloria en pasada Feria de Otoño, cumplía este viernes su último paseíllo tras cortar una oreja a un toro de dos de Santiago Domecq y vérsele superado por momentos en la dura corrida de Victorino Martín el pasado miércoles.

De Victorino a Victoriano. Porque el sevillano se encontró con el toro que puede llevarse los premios de esta feria. “Dulce”, un ejemplar de perfectas hechuras y bravo juego en todos los tercios. Se empleó en las dos varas que tomó y después, embistió con clase, profundidad, ritmo y duración. Borja se fue a portagayola para recibirlo y soplarle después un vistoso recibo capotero en el que alternó lances a pies juntos, chicuelinas y una revolera para rematarlo.

El astado del hierro madrileño seguía esparciendo por el ruedo su aquilatada clase. Se dobló el torero en el inicio de faena, provocando que la entrega del toro se convirtiese en una vuelta de campana tras hincar los pitones en el ruedo. Pero ni con esas aflojó en su condición en toro. A derechas todo fue rotundo. Acinturado, ligado y profundo estuvo Borja Jiménez. Al natural molestó el viento, lo que provocó que el gobierno fuese más complicado. Pero la intensidad se retomó en un cierre por bajo que terminaron de caldear a los tendidos, rendidos en ese momento a la faena del torero de Espartinas. La estocada, arriba, en toda la yema. El toro tuvo muerte de toro bravo, vibrante y emocionante.. Y fue ahí cuando llegó el escándalo. El presidente hurtó al torero el doble trofeo pedido unánimemente por los tendidos ante una actuación completa de principio a fin, y la vuelta al ruedo a uno de los toros importantes de esta feria. 'Dulce' la mereció.

Con los ánimos aún encrespados con el palco, Borja se fue de nuevo a la puerta de chiqueros antes de ver cómo se devolvía al quinto, que también apuntaba un notable comportamiento. En su lugar saltó un sobrero de Torrealta de gran seriedad pero de buenas hechuras al que también saludó delante de toriles. Tuvo buen tranco el del hierro gaditano, al que sopló el sevillano un inicio de faena emotivo con varios trincherazos de almibarado trazo. En redondo llegó lo más logrado, alargando una embestida a la que cada vez le iba faltando unos centímetros de más. Lo empujó hacia adelante el torero hasta que el toro dijo basta. Pinchó antes de agarrar una estocada desprendida. Se preveía la petición para compensar el robo anterior. Así llegó esa oreja tan ansiada que le abría su segunda Puerta Grande de Las Ventas en menos de un año.

Emilio de Justo, que también se despedía de esta Feria de San Isidro, lidió como primero un toro altón que sacó movilidad y exigencia que no siempre pudo dominar el torero cacereño por culpa del fuerte vendaval que azotaba el coso madrileño en el inicio de festejo. Sobresalió un extraordinario prólogo muleteril por bajo, aprovechando el movimiento del toro para dejar unos muletazos muy poderosos. El toro acusó después ese desgaste y fue a menos.

El cuarto traía hechuras 'atanasias' y un comportamiento como tal. Fue a más el toro, embistiendo a su altura con nobleza y claridad. Emilio cuajó varias tandas muy templadas por el lado derecho. Pero el fondo andaba muy medido y toro y faena fueron decayendo.

Andrés Roca Rey vio como le protestaban a su primero, un toraco de 620 kilos que sin embargo contaba con una encornadura cerrada que le restaba seriedad. Tuvo bondad el de Victoriano aunque le costaba siempre iniciar sus embestidas en los inicios de cada tanda. El peruano estuvo muy firme con él, con un comienzo de faena explosivo de rodillas que fue lo más ovacionado. Después le costó repetir sus viajes y algunos sectores trataron con excesiva dureza a Andrés.

El sexto fue un animal manso de libro que cuando le propuso batalla Roca Rey acabó rajado, dejando al diestro peruano sin posibilidad de remontar un paso mediocre por esta Feria de San Isidro.

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