SANTANDER

Cayetano, un nuevo triunfo entre sustituciones

Cayetano Rivera Ordóñez salió a hombros este sábado tras cortar dos orejas al único toro potable de la corrida de Juan Pedro Domecq.

Cayetano Rivera en su salida a hombros este viernes en Santander

Sixto Naranjo Sanchidrian

Publicado el - Actualizado

4 min lectura

Diez minutos de retraso trajo el sexto festejo de la Feria de Santiago. El agua caída sobre Santander durante toda la mañana había dejado embarrado buena parte del ruedo del coso de Cuatro Caminos. La lona colocada no había terminado de ser eficaz y el serrín tuvo que hacer acto de presencia para recomponer las partes encharcadas.

En días de sustituciones del convaleciente Roca Rey hay un nombre que se repite casi constantemente en los mails de la empresas que tienen que parechear sus carteles por la baja del peruano. Cayetano está copando estos puestos. Tras su triunfo en Pamplona, el menor de los hermanos Rivera Ordóñez está aprovechando su buen momento de forma. Este viernes lo demostró en Santander. 

Cayetano tuvo la suerte de encontrarse con “Requiebro”, un buen tercero de Juan Pedro. Un animal noble y enclasado con el que el diestro mostró este buen momento. Templado y estético, gustó mucho una tanda a derechas que comenzó con un circular, continuó con un derechazo mirando al tendido y abrochó con un pase de pecho a la hombrera contraria. La conexión con los tendidos estaba establecida pese al escaso ajuste que gastó Cayetano durante la faena.No importó. Una estocada en el rincón del abuelo tiró sin puntilla al toro. El doble trofeo cayó por abrumadora petición.

Cuando salió el sexto se abrieron los cielos santanderinos. La lluvia comenzó a caer en tromba mientras Cayetano intentó sujetar al toro rodilla en tierra con el capote. La plaza seguía empujando a favor de obra, pero el castaño de Juan Pedro no quiso colaborar. Pronto se vino abajo, sin raza ni empuje. Quiso Cayetano, pero no el toro. Una nueva estocada entera necesitó de un golpe de verduguillo. La ovación la saludó antes de la salida a hombros.

El primer toro del envío de Juan Pedro Domecq tuvo más kilos que seriedad por delante. Derribó y casi no fue picado. Diego Urdiales, que no aparecía por Santander desde su debut allá por 2008, se mostró muy firme durante toda su actuación. Desde un quite por chicuelinas en el quien voló con gracia el capote, al mando que siempre intentó imprimir en el uso de la muleta. El toro tenían alegría en el cite pero se frenaba y violentaba en el embroque. Ese defecto se acrecentaba por el pitón izquierdo, por dónde se movía sin clase ni ritmo. Aún así, el trazo de algún muletazo de Urdiales prevaleció sobre la bruta condición de su oponente. Una estocada casi entera caída y tendida fueron suficientes. No así la petición, que no llegó a mayoritaria.

Urdiales se llevó el lote más cargado de tonelaje que completó un cuarto de 612 kilos. Un astado al que se dejó crudo en varas y que llegó parándote al tercio de muleta. El arnedano firmó en este toro los muletazos más acompasados y ajustados de la tarde. Tirando mucho de la embestida de su oponente. Acompañando con tersura en redondo y tragando al natural cuando el de Juan Pedro se metía por dentro. Un final por trincherazos a media altura rezumaron torería. Un pinchazo hondo pareció suficiente. Pero el toro tardó en caer, Diego quiso volver a estoquearlo y llegaron los pinchazos y dos avisos. Finalmente una estocada baja tumbó al toro. Aún así, el público de Santander le sacó a saludar una ovación.

José María Manzanares enlotó como primer ‘juampedro’ a un ejemplar bajo de raza al que se sacó a los medios para iniciar faena. El astado se movió sin clase ni ritmo por el lado izquierdo y por el derecho tendía a quedarse corto. Solo al final apretó más el acelerador el alicantino. Una tanda en redondo más ligada. Se empeñó en matar en la suerte de recibir pese a la renuencia del toro. Dos pinchazos precedieron al estoconazo final.

El quinto fue un animal moribundo con el nada pudo hacer Manzanares. Sin fuelle ni resuello, el de Juan Pedro pidió que lo pasaran a estoque desde los primeros compases de la faena. Un pinchazo y una estocada baja fue suficiente.

Santander, viernes 26 de julio de 2019. 6ª de Feria. Más de cuartos de plaza.

Toros de 

, de amable presentación, con más kilos que seriedad de cabezas. Conjunto muy bajo de raza y venidos a menos en el último tercio. El más potable, el noble y enclasado tercero, ovacionado en el arrastre.

Diego Urdiales, saludos y saludos tras aviso.

José María Manzanares, silencio tras aviso y silencio.

Cayetano, dos orejas y saludos.

Herrera en COPE

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Con Carlos Herrera

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