VALENCIA

Daniel Luque borda el toreo y entra en el cuadro de honor de una gran feria

Descastada corrida de Victorino y oreja de mucho peso para Luque en el epílogo de una excelente Feria de Fallas.

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Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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Se acabaron las Fallas 2023. Concluyó la feria, excelente en la arena y en los tendidos. Valencia ha vuelto a recuperar una imagen notable de salud taurina. Malas noticias para “influencers”, amargados y agoreros. Satisfechos, como mínimo, deben estar Rafael García Garrido, director general de Nautalia, y Víctor Zabala de la Serna, gerente de la Plaza de toros de Valencia. Al César, lo que es del César. El camino está trazado para seguir la senda. Y mejorarlo.

Concluyó el serial fallero y a punto está de expirar la legislatura. Por la Plaza de Toros de Valencia han desfilado gentes de la sociedad, el deporte, la cultura y la economía de esta ciudad y de este país. Los toros son una metáfora perfecta del cosmos. Por el coso de Monleón se ha visto a Juan Roig, presidente de Mercadona, Vicente Boluda, presidente de los empresarios valencianos, Toni Gaspar, presidente de la Diputación, que va más a los toros en una feria que todos sus predecesores juntos, y, entre otros, a Quico Catalán, muy taurino y presidente del Levante UD. Lástima -debe ser cuestión de agenda- que Ximo Puig, presidente de la Generalitat Valenciana, no haya pisado una plaza de toros en dos legislaturas. Ni Valencia en Fallas, ni Castellón en Magdalena, ni Alicante en Hogueras. Ay, la agenda.

En clave taurina, el primer victorino tuvo una nobleza dulce. Endeble, el poder contado. Hasta se dejó torear de capa. Paco Ureña se lo llevó a los medios por mandiles. En la media perdió las manos. Lo trató perfecto el torero de Lorca. Sutil, delicado, los toques suaves. Faena de enfermero, que dirían los talibanes si el toro hubiera sido de Juan Pedro, que echó tres toros de categoría esta feria y ni se enteraron algunos.

El tercero salió con muchos pies. Las manos por delante en la capa de Ureña. Frenado, deslucido, descastado. Desbravado. Ureña se puso para intentarlo pero naufragó en el intento. El quinto fue otro toro alto. En la línea morfológica del primero. Casi 600 kilos de nobleza. Poco brío. Frágil. Al paso el toro, que soltaba la cara en los finales. “Jaqueca”, sin gracia, fue un dolor de cabeza por descastado.

El segundo, que planeó de salida y humilló tela, se apagó en el peto. Dormidito, se quedaba, miraba y medía. Muy dispuesto Daniel Luque. E inteligente. Aprovechó el escaso recorrido con medios muletazos. Alguno le robó Daniel de mucho mérito.

El cuarto fue otro toro con poder contado pero con mucha clase. Ritmo mexicano, un son para interpretar el arte del toreo. Que es lo que hizo Daniel Luque. Bordado. Cumbres dos pares de Curro Javier en la tierra de Honrubia, Montoliu y El Soro. Después de escuchar a algún “listo” desde el tendido, con el que se molestó el torero, Daniel Luque bordó el toreo en redondo. Deletreado. No se puede torear más despacio. Ofrecido el pecho, exprimido el corazón. Sentimiento en el trazo, belleza en la expresión. La cadencia, el empaque con toques del maestro Manzanares, la despaciosidad: los derechazos fueron monumentos al toreo bien hecho y mejor expresado. Palabras mayores. Qué manera de torear. Qué puta gozada para el alma de los aficionados. Qué deleite. Luego hubo un fajo de naturales de una rotundidad espléndida. Los olés nacían y morían roncos. Gritos de placer. En México le hubieran tirado sombreros. Sensacional Daniel Luque. Faena cumbre. La estocada, además, fue soberbia. El conjunto, sin lugar a dudas, fue de dos orejas. El presidente tardó demasiado en sacar el pañuelo.

“Verdadero”, que cerró plaza y feria, fue toro serio, descarado, ofensivo. Un señor. Soberbio el picador, Borja Lorente, con dos varas medidas. El espectáculo y la emoción del tercio de varas. “Verdadero” se arrancó con la verdad que embiste el toro bravo. Al galope. Iván García banderileó como suele. Exposición, ajuste y facilidad. Brindo Daniel a su padre en el Día del padre. La puerta grande, que debió estar abierta de par en par, estaba entreabierta… A regañadientes pasaba el toro. Muy torero y muy de verdad Luque, dando tiempos y tragando. El victorino echó el freno de mano. A menos, como el tono general del sexteto de la A coronada. El que se coronó de verdad en este final de feria fue Daniel Luque, que entró por derecho propio en el cuadro de honor de una gran feria. Fin.

Valencia, domingo 19 de marzo de 2023. 10ª de Feria. Dos tercios de plaza.

Toros de

, desigualmente presentados, de pobre juego. Soso y noble el primero, manejable el segundo, descastado el tercero, de gran son el cuarto, sin gracia el quinto, a menos el sexto.

Paco Ureña, ovación, silencio y ovación.

Daniel Luque, silencio, oreja con petición de la segunda y silencio.

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