PAMPLONA

Delirio de orejas en Pamplona ante una excepcional corrida de La Palmosilla

Rafaelillo, Manuel Escribano y Leo Valadez salieron a hombros en una tarde con tintes triunfalistas en la que destacó el encierro de La Palmosilla.

Manuel Escribano, Leo Valadez y Rafaelillo, a hombros este domingo en Pamplona

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

3 min lectura

Hasta siete orejas, con la salida a hombros de los tres matadores, se concedieron este domingo en Pamplona con un delirio triunfalista propiciado por una errática presidenta y apoyado, sobre todo, en el excepcional juego de los seis toros de la divisa de La Palmosilla, auténtica triunfadora de la tarde.

La locura orejera se desató ya cuando la concejala de turno sacó los dos pañuelos a las primeras de cambio para premiar exageradamente una faena de Rafaelillo que en cualquier otra plaza solo hubiera recibido una fuerte ovación.

Y es que el murciano, que volvía a Pamplona tras las gravísimas lesiones sufridas en la corrida de Miura de los últimos sanfermines antes del Covid, apenas si llegó a asentarse con un toro que flojeó de salida pero que recobró bríos para embestir con bravura y emoción.

Quizá fuera porque mató a la primera, lo que aquí ya vale un trofeo por sí solo, y que además la edil se puso tierna, pero el hecho es que Rafaelillo paseó ya esas dos orejas que marcaron el bajo nivel de exigencia de la tarde.

Por eso no tuvo más remedio que dárselas también a Manuel Escribano del segundo, pero en su desconocimiento se olvidó de sacar junto a los blancos el pañuelo azul para premiar con la vuelta al ruedo al que puede ser uno de los toros mas completos de la temporada 2022.

"Remilgado", un precioso colorado ojo de perdiz, fue una auténtica máquina de embestir de principio a fin de su lidia: pronto a todos los cites, incansable en su galope rítmico y con una enclasada profundidad, resumió en su comportamiento tres siglos de genética ganadera en busca de la bravura perfecta.

Escribano le hizo de todo, sin respiro, desde que le saludó a portagayola hasta que se volcó en la estocada, incluyendo un acelerado tercio de banderillas compartido con Valadez y una faena de muleta ligada y limpia, aunque con más oficio que entrega, que, evidentemente, fue premiada con holgura.

Con la tarde, y la corrida, embalada también hubo premio doble para el mexicano Leo Valadez, que estuvo muy animoso en quites y en los adornos muleteros con el fino tercero, que tuvo un soberbio pitón derecho con el que no siempre se templó antes de matarlo, eso sí, de un gran estoconazo.

En la segunda parte cesó ya el saldo orejero, aunque aún hubo otro "cariñoso" trofeo para Rafaelillo, más probablemente por la angustia de la volterera sufrida en un descuido técnico que por su destamplada labor con otro de La Palmosilla que se entregó por el lado diestro.

Y si no se los dieron también a sus compañeros de sus segundos toros fue porque fallaron con las espadas ante otros dos ejemplares que dieron para mucho más: de profunda clase el quinto, siempre fijo en los medios, y más que factible por el izquierdo el salpicado sexto, a pesar de que marcó cierta querencia hacia chiqueros.

Escribano no pasó de técnico con uno, hasta que se vino abajo el animal, y Valadez se fajó con el último antes de que el trasteo cayera en cierto embarullamiento cuando buscó la complicidad de las peñas para igualar el populista "hat-trick" de Rafaelillo.

Pamplona, domingo 10 de julio de 2022. 6ª de Feria. Lleno de 'No hay billetes'.

Toros de La Palmosilla, todos cinqueños, bien armados y muy parejos en sus armónicas y finas hechuras, sin exceso de kilos, y de juego excepcional, pues los seis, aun con distintos matices, lo dieron en su conjunto, con un segundo especialmente destacado, "Remilgado" de nombre, por su infatibagle bravura y clase.

Rafaelillo, dos orejas y oreja con petición de la segunda.

Manuel Escribano, dos orejas y vuelta tras petición y aviso.

Leo Valadez, dos orejas y silencio tras aviso.

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