VILLASECA (TOLEDO)

Diego San Román pone caro el Alfarero con una notable novillada de La Quinta

El novillero mexicano abrió la primera puerta grande del Alfarero de Oro de Villaseca tras cortar dos orejas. Encastada y variada novillada de La Quinta.

Diego San Román a hombros en Villaseca de la Sagra, donde conquistó el 'Alfarero de Oro'

Sixto Naranjo Sanchidrian

Publicado el - Actualizado

3 min lectura

No pudo comenzar mejor la vigésima edición del Alfarero de Oro. Una entipada y encastada novillada de La Quinta propició un interesante festejo en el que Diego San Román salió a hombros tras una actuación de gran verdad y buen toreo. Su candidatura al Alfarero ahí queda.

El mexicano se las vio en primer lugar con un novillo que exigió muchísimo por su desbordante casta y emoción. Un astado que se movió con nervio y con el que San Roman estuvo firme y siempre dispuesto. Nunca perdió el sitio y corrió la mano con mando y largura. A derechas fue un continuo toma y daca. Un espadazo caído y un golpe de descabello desataron una petición de oreja que fue concedida desde el palco.

Al sexto le cuajó un recibo a la verónica para enmarcar. Atornillado al piso y jugando brazos y cintura a compás. El novillo se arrancó de lejos en las dos varas que cobró arriba Tito Sandova. Un tercio que por su emoción puso a la plaza en pie. Después el animal acusó tanto desgaste en estos primeros tercios y, pese a su bondad, le faltó fuelle en la faena de muleta. Lo suplió el novillero con su verdad y su buen concepto. Los de pecho los bordó. Y amarró la oreja y la puerta grande con un volapié arriba. Incontestable el triunfo del azteca.

Embistió mucho y bien el novillo de La Quinta que abrió plaza y Feria. Un animal de buenas hechuras que tuvo temple y buen son, especialmente por el pitón derecho. Rafael González se mostró muy templado con él. Faena de novillero cuajado que remató con unas luquesinas finales. Pero un pinchazo y una estocada baja dejaron todo en una ovación.

El cuarto tuvo también sus dosis de nobleza en el último tercio. El madrileño se espesó en una faena larga y de poco ajuste por ambos pitones. La espada no funcionó tampoco en esta ocasión.

El primer novillo del lote de Ignacio Olmos fue un ejemplar de notable juego. Desde la extraordinaria brega que realizó Rafael González se atisbó la nobleza, clase y profundidad que traía en sus embestidas. El toledano firmó una faena de buen trazo al natural aunque con algunas desiguales en el acoplamiento. Pero el reiterado fallo con los aceros enturbió lo hecho anteriormente.

El quinto fue un utrero exigente que tuvo un comportamiento cambiante durante toda su lidia. Olmos planteó batalla en los medios y a derechas llegó, mediada la faena, la tanda más ligada y conseguida del conjunto. Un espadazo bajo no impidió que se pidiese y concediese la oreja que paseó finalmente el toledano.

Villaseca de la Sagra (Toledo), jueves 5 de septiembre de 2019. 1ª de Feria. Casi tres cuartos.

Novillos de 

, muy bien presentados, en tipo y de buen juego en conjunto. Destacó el encastado tercero y el noble y enclasado segundo. Exigente por cambiante el quinto. El resto, manejables en distinto grado.

Rafael González, saludos y palmas.

Ignacio Olmos, silencio y oreja.

Diego San Román, oreja tras aviso y oreja.

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