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Dos orejas para Diego Ventura en la fría matinal de Olivenza

El rejoneador hispano-luso fue el triunfador del festejo matinal de Olivenza en el que puntuaron Ferrera y Valadez.

Diego Ventura con una de las dos orejas cortadas este domingo en la matinal de Olivenza

Sixto Naranjo Sanchidrian

Publicado el - Actualizado

4 min lectura

Con casi media hora de retraso comenzó el festejo matinal de Olivenza. La lluvia caída a primeras horas del día hizo que peligrase la celebración del festejo mixto programado. Finalmente la lona hizo su labor y se pudo trenzar el paseíllo pese al frío ambiental que lo impregnó todo.

Diego Ventura, que apareció en el coso oliventino con muletas tras la fractura de peroné sufrida en Mexico, puso pronto a los tendidos bocabajo montando a Nazarí. Toreó templado a dos pistas primero y clavando de frente después. A lomos de Lío dejó banderillas clavando al quiebro con exposición y pureza. Y las cortas con Guadiana, colocadas con ligazón al violín y en un palmo de terreno. La rosa como colofón antes de dejar un rejón muy perpendicular que tuvo poca muerte. El descabello, a la segunda, lo dejó montando desde la cabalgadura. La oreja también la paseó a caballo.

Tuvo kilos el segundo de Cortés de Moura, que sacó nobleza y ritmo en sus primeras embestidas. Con Nómada lo templó a dos pistas por la zona de tablas con el toro más paradote. Tuvo que recurrir Ventura a Lío para dejar varias banderillas al quiebro ejecutados con ajuste y milimétrica precisión. Un final con Guadiana a base de cortas al violín y rosas dieron paso a un metisaca previo a medio tejón se muere. La oreja se concedió sin mucha pasión.

Salió decidido Antonio Ferrera a recibir a su primero, al que colocó de punta a punta del ruedo para recibir el primer puyazo. Se arrancó el toro, que recibió un puyazo trasero y caído. El segundo también viajó a los blandos y de ambos se resintió después el cárdeno. Tuvo fijeza y nunca abrió la boca, pero esos dos trancazos no le dejaron desarrollar lo que se le intuía al animal. Templó Ferrera por los dos pitones, pero al guiso le faltó la sal necesaria para calar más. Un espadazo certero y un oportuno capotazo de Ángel Otero hicieron derrumbarse al toro. La oreja supo a cariño local.

Se devolvió al flojo cuarto por su manifiesta falta de fortaleza en las manos delanteras. Ferrera lo tiró en varias ocasiones hasta que del palco asomó el moquero verde. En el pecado llevó la penitencia, porque el sobrero de Bohórquez estuvo tan falto, o más, de fuerzas que el titular. El del hierro jerezano llegó muerto en vida al tercio de muleta. Se lo sacó a los medios Ferrera, pero el astado acabó derrengado en la segunda tanda. Se fue a por la espada el torero entre las lógicas protestas de los tendidos. Protestas que tornaron en palmas cuando el extremeño se lo quitó de en medio de un certero espadas.

Largo y zancudo fue el segundo ‘victorino’,

que recibió un puyazo trasero tras arrancarse con buen son. Banderilleó con desigual acierto Leo Valadez, al que le costó encontrarle el punto a la humillada y encastada embestida del toro. Al natural, ya mediada la faena, hubo una tanda mejor resuelta aunque al mexicano le costaba tragar para ligar. En el ambiente flotó la sensación de que aquello no terminó de cuajarse ni el toro de aprovecharse. Tampoco estuvo el torero habilidoso con el acero.

No banderilleó Leo Valadez al precioso sexto, un toro complicado y exigente con el que el azteca pasó un mal rato. El toro era tobillero si no se le mandaba y llevaba largo. Al natural a punto estuvo de sorprenderle en un par de ocasiones. Tuvo que tirar de raza y amor propio para superar la apuesta que le planteaba el toro de Victorino. Dejó una estocada atravesasa que ralentizó la muerte del animal. Se le concedió la oreja por las ganas derrochadas.

, domingo 5 de marzo de 2023. 3ª de Feria. Matinal. Dos tercio largos de plaza.

Dos toros para rejones de María Guiomar Cortés de Moura, despuntados reglamentariamente y de juego colaborador. Tres toros de Victorino Martín, bien presentados. Lastimado el primero; un segundo encastado y humillador; el sexto, complicado por exitente y tobillero. Un sobrero de Fermín Bohórquez (5º bis), bien presentado y flojo.

El rejoneador Diego Ventura, oreja y oreja.

Antonio Ferrera, oreja y silencio.

Leo Valadez, silencio tras aviso y oreja tras aviso.

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