MADRID
Emilio de Justo, cogida y fractura cervical que frustra su encerrona en Las Ventas
Sufre la fractura de las vértebras C1 y C2 tras una fuerte voltereta. El sobresaliente Álvaro de la Calle da una vuelta al ruedo con un gran toro de Victoriano del Río.
Publicado el - Actualizado
5 min lectura
El primer éxito se consiguió nada más romper el paseíllo. El casi lleno que aparentaba la plaza de toros de Las Ventas demostraba que la encerrona de Emilio de Justo tenía su interés entre los aficionados y un gran tirón en taquilla.
Pronto se destapó el toro de Pallarés que abrió plaza y encerrona. Con sus hechuras santacolomeñas inconfundibles. Un dije de toro. Se arrancó con alegría y prontitud al caballo. Y pronto lo vio Emilio de Justo. La izquierda por delante para abrir faena y el animal de la familia Benítez Cubero-Buendía respondiendo con movilidad y nobleza. Dos tandas ligadas, aunque desiguales en mando. Y el engaño a la derecha. Dos muletazos reduciendo la embestida y obligando de verdad por abajo. Y Madrid crujiendo. El toro comenzó a desentenderse y Emilio tragando en otra tanda al natural con emoción. El final por trincherillas que llegaron mucho al tendido. A la hora de matar, se volcó sobre el morrillo. Tremendo el porrazo. Se presentía la gravedad del percance, aunque el pitón no parecía haber calado. Emilio se echaba la mano a la cabeza y tuvo que ser conducido en volandas a la enfermería. La oreja se concedió, después se anunciaba que el diestro no podía continuar la lidia. Un sabor agridulce recorrió la plaza ante la encerrona rota por el infortunio del percance.
Tras el chasco y las noticias que llegaban desde la enfermería, se hizo cargo de la lidia el sobresaliente Álvaro de la Calle. El salmantino estuvo digno, la papeleta era tremenda con cinco toros por delante. Las dudas y las tradiciones de anunciar sobresalientes sin oficio esperando que la desgracia no asome. Sin embargo, asomó. Estuvo correcto sin más con el manejable toro de Domingo Hernández. Le costó cogerle el pulso a la embestida del toro del hierro charro. Quiso alargar el trasteo pero el público le conminó a desistir en el empeño.
El tercero lució el hierro de Victorino Martín. Pintaba a la rama Santa Coloma del hierro cacereño por hechuras. Tuvo temple y humillación el toro, pero tampoco le acabó de coger el aire a la embestida Álvaro, que insitió sin éxito. Lo cazó al segundo intento de media estocada tendida y un golpe de verduguillo.
De Victoriano del Río fue el cuarto toro anunciado. Un toro bravo de principio a fin. Con movilidad, fijeza, transmisión y desbordante casta. Se arrancó con alegría y entrega en las tres ocasiones que le puso Álvaro de la Calle al caballo. Le picó perfectamente Óscar Bernal en un gran tercio de varas, lo lidió con ejemplar eficacia José Chacón y lo banderillearon con brillantez Andrés Revuelta y Jesús Arruga. Y en la muleta, derrochó nobleza, ritmo, clase y profundidad. El salmantino dejó dos buenas tandas, una por cada pitón, entre un conjunto con desigualdades. Se pidió la oreja sin mucho convencimiento mientras en el palco asomaba, con justicia, el pañuelo azul que premiaba con una justísima vuelta al ruedo al gran ejemplar del hierro madrileño.
El quinto llevó el hierro portugués de Palha, que llegó a última hora este sábado para sustituir a los rechazados en el primer reconocimiento. Un toro altón que nunca humilló, deslucido en sus embestidas y con el que De la Calle nunca se sintió a gusto. Tras un pinchazo, dejó una estocada entera quedando prendido sin consecuencias.
De Parladé fue el toro que cerró el festejo y al que saludó con una larga cambiada el torero en el tercio. Embistió con ritmo el colorado de Juan Pedro aunque con escaso motor y fuelle. Con la tarde y la suerte ya echada, Álvaro de la Calle se justificó en su tarde más dura y exigente. Algún natural tuvo buen trazo, pero aquello no terminó de remontar.
Una tarde que prometía acontecimiento y acabó con el sabor agridulce de un percance a destiempo que frustró la apuesta de Emilio de Justo. Le quedan tres tardes en la próxima Feria de San Isidro. En su mano está conquistar esa cuarta Puerta Grande en Las Ventas que hoy no ha podido alcanzar.
Madrid, domingo 10 de abril de 2022. Casi lleno, 20.139 espectadores según la empresa.
Toros, por este orden, de Pallarés, bien presentado, en tipo, con movilidad y casta. Domingo Hernández, serio y de juego manejable; Victorino Martín, humillador y enclasado; Victoriano del Río, 'Duplicado' de nombre, nº145, 03/17, bien presentado y bravo en todos los tercios, premiado con la vuelta al ruedo; Palha, bien presentado y de juego deslucido; Parladé, de correcta presencia y manejable juego.
Emilio de Justo, como único espada, oreja en el único que mató.
Álvaro de la Calle, como sobresaliente, silencio tras dos avisos, silencio tras aviso, vuelta, saludos y ovación de despedida.
Parte médico de Emilio de Justo: "Traumatismo cervical pendiente de estudio radiológico. Pronóstico grave que le impide continuar la lidia". Tras su traslado a la Clínica La Fraternidad y se produce un estudio radiológico que deja el siguiente diagnóstico: "Dolor cervical intenso y limitación funcional severa de la columna cervical, pero sin ninguna afectación neurológica sensitiva ni motora. Se realiza RX en la que no se objetivan desplazamientos ni luxaciones. TAC de columna cervical con fractura estallido de masa lateral izquierda de atlas (C1) y fractura estallido de masa lateral derecha de Axis (C2), sin desplazamientos apreciables. Se realiza también Resonancia Magnética Urgente sin que se aprecie afectación medular ni lesiones ucupantes de canal, con lesión ligamentosa atlantoodontoidea. El paciente queda ingresado a la espera de inmovilización defintiva. Pronóstico muy grave"