Emilio de Justo corta dos oreja y abre la Puerta Grande en Almería

No tuvo tela para cortar Talavante en su primer turno ante un toro totalmente vacío y muy descastado con el que cualquier atisbo de lucimiento se antojaba imposible.

Mejor, mucho mejor, se mostró Talavante con el quinto, un toro con clase pero cogidito con alfileres con el que anduvo variado de capote y entonado en la muleta, ligando los muletazos por uno y otro pitón e intercalando arrucinas y otros alardes como las manoletinas finales. Cortó una oreja tras denegarle la presidente la segunda.

Emilio de Justo le cortó una oreja al segundo por una faena de gran expresión, hondura y comunicación con los tendidos, que disfrutaron del toreo del extremeño, sobre todo en los torerísmos naturales a pies juntos del epílogo. Le pidieron las dos orejas, pero el palco dejó el premio en singular.

Otro trofeo más paseó De Justo del encastado quinto, con el que firmó una labor vibrante, con un inicio muy poderoso por bajo, un grueso de labor sobre la derecha de notable firmeza y sinceridad y un final también de gran suficiencia.

Pablo Aguado pasó como una sombra por Almería. Con el descastado tercero apenas pasó de los detalles aislados y no quiso ni ver al sexto, al que le quitó las moscas antes de montar la espada, algo que no gustó a la parroquia almeriense.