BADAJOZ

Emilio de Justo y Ginés Marín, rivalidad y triunfo en la matinal de Olivenza

Los dos diestros salieron a hombros en el tercer festejo de feria tras repartirse un total de ocho orejas ante una buena corrida de Victoriano del Río.

Emilio de Justo y Ginés Marín a hombros junto al mayoral de Victoriano del Río

Sixto Naranjo Sanchidrian

Publicado el - Actualizado

4 min lectura

Se intuía cierta rivalidad Cáceres-Badajoz en el cartel. Emilio de Justo y Ginés Marín se veían en la matinal de Olivenza con la necesidad de reivindicar el orgullo de su tierra y de una temporada vital para ellos que comenzaba en este festejo. Al final, ganó la Fiesta en Extramadura en una matinal plena de emoción y buen toreo. A ello ayudó y puso su granito de arena una notable corrida de Victoriano del Río con los hierros de la casa.

Abrió plaza un encastado y noble ejemplar de Victoriano del Río al que Emilio le endilgó un saludo a la verónica que rezumó empaque y armonía. También un posterior quite por chicuelinas tuvo el mismo aroma. La faena de muleta fue medida de principio a fin. El inicio por ayudados fue el prólogo de la parte fundamental que la sustentó en el toreo en redondo. Ligazón y temple en series de cuatro y el de pecho, que fueron superiores. Al natural una sola tanda, pero embarcando y pasándoselo por la faja. El final con sabor con la pierna de salida semiflexionada. La pena es que pinchase antes de agarrar un estoconazo delantero en el rincón. La oreja fue premio justo y hasta supo a poco.

No se amilanó Ginés Marín con el segundo. Hasta la puerta de chiqueros de fue el torero criado en Olivenza para salvar la portagayola con algún apuro al venirle el de Toros de Cortés haciendo regates. Por chicuelinas el quite con un astado que rompió a embestir con noble dulzura. Ginés basó su trasteo por el pitón derecho. Todo con mimo y limpieza en el trazo. Se intuía que el toro estaba justo de gasolina, por lo que el final de faena quedó algo más desdibujado. Los circulares finales engarzando los muletazos tuvo continuidad y llegó a los tendidos. Un estoconazo letal y fulminante desató la petición de un doble trofeo que el palco se resistió a conceder. La oreja fue de peso.

El tercero hizo honor a su nombre. “Cojito”. Volvió a los corrales tras perder las manos en repetidas ocasiones. El sobrero llevó por nombre “Cóndor”, de una de las reatas importantes de Victoriano del Río. Pero no las recordó por su comportamiento bruto. Emilio de Justo firmó una faena muy técnica en la que fue desengañando a su oponente a base de sitio y firmeza en los toques. Dos tantas, una por cada pitón, en el final de faena resultaron las más compactas. Lo mejor, el perfecto volapié con el que tumbó al de Victoriano.

Se protestó el colorado que hizo cuarto. Un toro engatillado de muy buenas hechuras que cantó su gran pitón izquierdo desde que tomó los vuelos del capote. Lo repitió en el inicio de faena de Ginés. Puro almíbar la clase del de Toros de Cortés. Una primera tanda por este lado tuvo gusto, relajo y un notable trazo. Pero después, se cambió la muleta de mano, y hubo mucho fuego de artificio en forma de arrucinas, pases de las flores y circulares. Pero al conjunto le faltó toreo fundamental y rotundidad. Quedó flotando en el aire la forma de embestir del toro del hierro madrileño por un pitón izquierdo que no terminó de verse. Tras media estocada, el palco le recompensó con un dadivoso doble trofeo.

Sabedor de que su compañero de matinal tenía amarrada la puerta grande, Emilio de Justo se fue a la puerta de chiqueros. El toro salió distraído y le arrolló de mala manera. Del trance salió con el párpado hinchado y la ceja ensangrentada. El de Victoriano tuvo muchos pies, pero no así entrega en sus embestidas. La emoción la ponían la movilidad del toro y la apuesta del torero. Por la derecha no aflojó nunca el animal, como tampoco flojeó la disposición y el mando de Emilio por ese pitón. Todo muy de verdad. Como la estocada que cobró volcándose sobre el morillo de la que salió trompicado y aparentemente con un puntazo. Las dos orejas fueron incontestables.

Con el triunfo ya conquistado, Ginés se las vio en sexto lugar con un ejemplar noble de Toros de Cortés. Se le vio muy centrado al joven diestro, corriendo la mano con gusto y empaque por ambos pitones en una faena que siempre mantuvo el nivel. Las bernadinas finales y un pase de pecho rodilla en tierra elevaron el diapasón de la intensidad. La estocada, de nuevo contundente. Y la oreja final como premio.

Olivenza (Badajoz), domingo 8 de marzo de 2019. 3ª de Feria. Mas de tres cuartos.

Tres toros de 

 (1º, 3º bis y 5º) y tres de Toros de Cortés (2º, 4º y 6º), de muy desiguales hechuras. De buen juego en líneas generales. Encastado y noble el primero, de excelsa clase el cuarto, con movilidad el quinto y noble el sexto.

Emilio de Justo, oreja, saludos y dos orejas.

Ginés Marín, oreja, dos orejas y dos orejas.

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