2ª FERIA DEL CORPUS
El Fandi repite triunfo en Granada con "Casero" al que no le pagó ni una mensualidad
El granadino vuelve a salir a hombros en este Corpus. Roca Rey y Pablo Aguado cortaron cada uno una oreja.
Madrid - Publicado el - Actualizado
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Después del Jueves de Corpus llegó el Viernes de la Marmota. Volvió el Fandi a Granada, cogiendo la sustitución de Manzanares aquejado de una neumonía, y la plaza volvió a rugir con él. Así lleva ocurriendo 24 años y en cincuenta y una ocasiones se ha ido a hombros de este coso. El de Victoriano del Río que abrió la tarde hizo las cosas muy bien de salida. Apuntó la calidad que mostró en la muleta. Hizo el avión prácticamente desde que tocó la franela aunque iba justo de fuerzas. El Fandi quiso cuidarlo y medirlo en exceso y no llegó el toreo. No hubo acople en ningún momento y lo pinchó en dos ocasiones. Sin embargo, la peor versión del granadino estaba por llegar. El sexto ejemplar de Victoriano que saltó al ruedo tenía una presentación acorde a la plaza. Cumplió en los primeros tercios pero donde de verdad fue superlativo fue en la muleta. Al inicio del trasteo el ídolo local le dio distancia y el resultado fue inmejorable. Se arrancó con enorme transmisión. Fandila quiso lucirlo pero se vio desbordado ante un toro que era para coronarse. Tenía repetición, recorrido y sobre todo buen ritmo. Pedía suavidad y recibió una dosis de vulgaridad. El nombre del animal era "Casero" pero el Fandi no le ingresó ni una mensualidad. Lo mató de una estocada muy defectuosa tras pincharlo anteriormente.
En esta segunda de abono los tendidos lucían un aspecto inmejorable sobre todo estaban poblados de gente joven. Estaba claro el motivo. La gente quería ver a Roca Rey y por ello y con tantas entradas vendidas no se entiende la repetición del Fandi. En taquilla las cuentas no se hubieran resentido si hubiesen apostado por otro espada "emergente".
Después, en el ruedo, el lote del peruano tuvo muy pocas opciones. El segundo de este viernes marcó siempre la querencia y la falta de empuje. Andres no dejó lugar al efectismo y quiso torearlo como los cánones explican pero el toro no se prestó. Acabó la faena con arrimón en chiqueros y lo pinchó.
Con su otro ejemplar Roca estuvo muy lúcido con el capote a la espalda. El toro parecía que iba a tener mejor fondo al derribar al caballo pero se apagó pronto. Le faltaba el tranco necesario y acorde para el toreo de Roca Rey. En la muleta mostró mucha sosería pero el público generoso tras una buena estocada le dio al actuante una oreja.
Artísticamente hablando, Pablo Aguado puso lo mejor. Nada más salir el tercero le dio tres verónicas y una media de mucho sabor. El animal se fue sin picar y en la muleta desarrolló mucho genio, ese que da la falta de bravura. Era para Aguado lo que la permanencia para Sandoval, misión imposible. Su toreo requiere otra cosa. No tenía recorrido y embestía muy bruscamente. El sevillano no lo vio claro en ningún momento. Lo pasaportó con una estocada caída y le dieron una generosa oreja. El que cerró plaza fue otro toro con muy poco poder con el que estuvo bien sobre todo en su inicio de faena. Tiró de recursos e incluso hubo momentos buenos al natural. Después la espada se le atragantó y llegó a escuchar pitos tras errar seis veces con el descabello.