SEVILLA
Un gran Escribano y un “miura” de nota
Manuel Escribano le ha cortado una oreja al mejor toro de la floja corrida de Miura. Antonio Ferrera, sin opciones, fue silenciado.
Madrid - Publicado el - Actualizado
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Enfrentarse a tamaño desafío requiere no sólo valor, sino un gran sentido de la técnica y, sobre todo, un talento capaz de evidenciar las complejas embestidas, además de considerables dosis de ambición. Manuel Escribano posee todas estas virtudes y una enorme calidad en su clásico concepto. Habituado a lidiar este tipo de toros ha vuelto a ganar un nuevo desafío con los “miuras”. Si antes ya lo hizo con un gran “victorino”, hoy lo ha hecho con “Choricero” el mejor de los toros traídos de Zahariche.
Está tan acostumbrado a dominar “miuras” que incluso obtiene la creatividad ante el flujo de las acometidas. No fue una faena al uso, sino la demostración palpable del poder de un torero en una lidia que alcanzó la notoriedad emotiva con lo hecho y dicho. Hay que tener muchas ganas de jugarse la vida para plantarse dos veces delante de la puerta de chiqueros. Banderillear como lo hizo a sus tres toros, jugándose el pellejo en un tercer par por los adentros, citando sentado en el estribo, y quebrando la embestida en el último suspiro. Con sobriedad y sin efectismos mantuvo el tipo, el rigor y el vigor de una faena que ganaba intensidad en cada momento hasta convertirla en toda una obra templada e hilvanada sin juegos de miedo.
Manuel lo consiguió con el cuarto, un toro de embestida humillada y bravura encastada. Su toreo viajó por la intrahistoria del valor, que no por ello dejó de resultar una lidia intensa, de enorme contenido con la diestra y de una inmensa calidad con la izquierda y, por tanto, de una gran emotividad. Una forma de torear que caló en la gente cuando se produjo el natural de mano baja e infinito recorrido. Una vez más. El resultado: una suma de momentos emocionales al límite de provocar la locura colectiva. Tanto fue que le pidieron las dos orejas a pesar de caer la espada demasiado baja. El presidente, correcto, no aceptó la petición de la segunda. La única concedida pesó lo suyo.
El último festejo de esta gran Feria de Abril quedó en un “mano a mano” entre Ferrera y Escribano por la baja de El Fandi provocada por una dolencia lumbar. Los temidos miuras no le plantearon mayores dificultades a estos habituales del hierro ganadero. Fueron toros bravos en los caballos. Acudieron a los petos de lejos y con prometedor galope, pero cambiarían después de forma radical en la muleta, acometiendo a la defensiva, calamocheando, y mostrando la escasez de fuerzas. Sólo el cuarto propició el triunfo.
Porque el segundo de Escribano mostró en el último tercio unas embestidas sin humillar y difíciles de dominar. Y aunque el diestro de Gerena le pudo con su firmeza y valor la faena quedó con poco que destacar. Tampoco el sexto le valió para consumar su gran Feria. Pese a la demostración de bravura en el peto se quedó parado y sin fuerza en la muleta. Manuel lo intento todo. Toreó con el capote de forma excelsa. Clavó banderillas con auténtica verdad. El tercer par fue de órdago, y algún que otro derechazo o natural llevaron la firma del temple. La espada quedó trasera y le ovacionaron lo intentado.
Antonio Ferrera no pudo mostrar ese toreo sui generis que es un ejemplo de cómo ha evolucionado su concepto. La rigidez estructural ha dado paso a unas formas muy singulares en la sensibilidad que desemboca en un toreo de resonancias místicas. No lo pudo hacer con su primero, un toro, como todos, que engañó en el caballo por su prontitud y que después se defendió en la muleta con mal estilo. El extremeño se dobló con oficio para después hundir el acero hasta dejarlo de ver y hacer tumbar al “miura”. Tampoco el tercero se lo puso fácil, de embestida noblona mostró su poca clase en la muleta resultando su lidia muy complicada. No fue trasteo limpio a causa del toro y del viento. Le puso ganas de agradar y todo quedó en la firmeza con la que demostró su actitud. Y el quinto fue un toro sin fuerza que se derrumbaba durante la lidia sin posibilidad alguna de faena. Antonio se lo quitó de encima con prontitud.
La gran Feria, para recordar, ya es historia.
Sevilla, lunes 1 de mayo de 2023. 15ª de abono. Tres cuartos de plaza.
Toros de
, bien presentados, bravos en los caballos, flojos y de escaso juego en el tercio final. El mejor el cuarto, un buen toro por bravura y calidad de sus embestidas. A la defensiva el primero; sin humillar el segundo; complicado el tercero; sin fuerzas quinto y sexto.
Antonio Ferrera, silencio, silencio y silencio.
Manuel Escribano, silencio, oreja con petición de la segunda y ovación.