ALBACETE
No hay más cera que la que arde
Sergio Felipe, Cristian Pérez y el debutante Jesús Moreno, cortaron una oreja por coleta ante la novillada de El Freixo.
Madrid - Publicado el - Actualizado
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El bagaje y el oficio son cruciales. Sin ellos, es como intentar aprobar un examen de acceso a la universidad cuando apenas se ha empezado a escribir. Por eso, el poco rodaje de la terna condicionó el devenir de la novillada. Los tres locales, sumando conjuntamente sus actuaciones, no llegan a diez festejos durante la presente campaña, dato que explica lo visto en la arena albaceteña. Por eso, la novillada del Freixo, que tuvo algunos ejemplares aprovechables, con matices, pareció contagiarse en ocasiones de esa falta de concreción y seguridad de la que adoleció toda la terna. Cierto que todos mostraron sus armas, ahora bien, ¿es suficiente de cara al futuro, máxime viendo cómo de oscuro está el futuro? Ahí dejamos la peliaguda pregunta.
Así, Liriquillo, utrero de la ganadería de El Juli, fue el encargado de inaugurar la tarde, empujando con la cara alta en el caballo y haciendo sonar el estribo en un puyazo caído. Felipe lo intentó lucir en un quite de gaoneras, pero el novillo se quedaba cortito, con idéntico guion en banderillas, donde se movió lo justo y necesario para colocar los pares. Tras el brindis al público, Sergio se fue al centro del ruedo en un inicio a pies juntos para proseguir citándolo en la lejanía inicialmente para ir acortando terrenos. No hubo demasiado acople ni comunión entre novillo y novillero, exceptuando, eso sí, una serie al natural encajada con buen trazo. El resto, un trasteo con demasiados toques de muleta y enganchones, lógicos, por otra parte. Mató de pinchazo sin soltar y estocada trasera con desarme, con un golpe de descabello con un aviso. Con el cuarto, Platero de nombre, Sergio se fue a portagayola, ubicándose en el centro del ruedo, lance donde el novillo casi se desentendió al salir a su aire. Ya en pie, hubo poco que rescatar. En la puya, empujó con un pitón y con la cara alta, sin llegar al aprobado. En banderillas, muy mejorable el quehacer de los banderilleros, dejémoslo ahí. En el tercio de muleta, pareció un calco del anterior: frialdad, toques de muleta, y una serie al natural de mejor factura, pero nunca se llegó a un conjunto de elevada factura. Tras unas bernardinas finales, con susto incluido, dejó una estocada muy trasera con desarme y nuevo susto al desarmarle y hacerle hilo, por suerte sin consecuencias, cortando una oreja tras ajustada petición.
Brasuco fue recibido a la verónica con algunos lances de buen son por pausados de Cristian, siendo picado en terreno del cinco sin emplearse, empujando apenas y sin clase después sin precisar la vara en el tendido 2. Ya con los rehiletes, hacía hilo en varias embestidas, poniendo en apuros a la cuadrilla. El de Hellín brindó también al respetable y empezó doblándose con él, lo que pareció afligir al novillo, que se apagó y vino abajo en menos que canta un gallo. Cristian lo probó por ambos pitones, pero no hubo manera por su falta de fuerza y casta. Se fue a por la espada y mató con un pinchazo sin soltar, estocada desprendida con rueda de peones, y seis golpes del puntillero. Ya con el quinto, nombrado como Bullicioso, Cristian se puso en la boca de riego a portagayola, aguantando hasta el final, sumando una larga cambiada en el tercio del tendido 4. En la puya, estuvo lejos de cumplir en una vara testimonial. En banderillas, otro trámite. Con la muleta, Cristian hizo una faena un tanto atropellada, de rodillas arriesgando en sus comienzos, intentando llevarlo largo con ambas manos, con suerte desigual. En distancia más corta, no lució tanto, habiendo un desarme incluso. A su estilo, uno por aquí y otro por allá, Cristian se fajó con él. Se tiró sin muleta en dos ocasiones, tirándose encima, literalmente. Pinchazo en el primer intento, y estocada trasera, contraria y atravesada en el segundo, cortando una oreja con algunas protestas.
Nocivo, lidiado en tercer lugar, tocó el capote de Jesús Moreno en todas las verónicas de recibo, siendo picado delantero y yéndose pronto de la suerte. En banderillas, se pareó con acierto y celeridad, y así hay que decirlo.. El debutante planteó un comienzo con la diestra, citando con la muleta en la cadera, con medios pases aprovechando el viaje, y citando en la pala. Con la zurda, continuó en las cercanías, más cruzado después, pero sin solución de continuidad. Regresó a la derecha y pareció que, con mayor distancia, el novillo hubiera lucido más. Se tiró a matar y dejó media estocada desprendida que el toro se fue clavando al irse desplazando, precisando además dos descabellos y se concedió sorprendentemente una oreja tras minoritaria petición.
Y Taponero, lidiado en sexto lugar, tras desentenderse de todo y de todos, entró al caballo y metió los riñones al principio en un puyazo algo trasero aunque recogiendo bien al novillo, que terminó la pelea a menos y con un único pitón. En el segundo tercio, se dolió en unas banderillas que quedaron en los costados, en su mayoría. Jesús lo intentó a derechas ante una rebrincada embestida, que evidenciaba la mansa condición del utrero. Con la zurda, continuó descompuesto y sin entregarse nunca, no quedando más remedio que tragar y mostrar sus ganas de triunfar en su debut. Moreno se tiró a matar, pinchando sin soltar, pinchazo con desarme y estocada con desarme, poniendo el punto final a una tarde que nunca llegó a remontar el vuelo.
Albacete, lunes 9 de septiembre de 2019. 2ª de Feria. Media plaza.
Novillos de
, justos de presencia y de casta aunque con algunas opciones en la muleta los lidiados en tercer y cuarto lugar. El resto, descastados y venidos a menos.
Sergio Felipe, saludos tras aviso y oreja tras aviso.
Cristian Pérez, silencio y oreja.
Jesús Moreno, que debutaba con picadores, oreja tras aviso y ovación.