VALENCIA
Impacta Isaac Fonseca ante una novillada de lujo del Conde de Mayalde
El mexicano abrió la Puerta Grande tras cortar tres orejas. Un trofeo cortaron Manuel Diosleguarde y Miguelito.
Madrid - Publicado el - Actualizado
4 min lectura
Justo hacía 100 años. Un siglo. Una centuria de la trágica muerte de Manuel Granero Valls el 7 de mayo de 1922 en Madrid. Antes de la novillada se colocó una corona de flores en la fachada de la plaza que rinde tributo a la figura que ocupó el trono vacante que dejó Joselito en Talavera. Las fuerzas vivas de la Valencia taurina avivaron el recuerdo de Granero. El presidente de la Diputación de Valencia, Toni Gaspar, no se quiso perder el emotivo acto. Se guardó un minuto de silencio. Y el maestro Soro tocó el Ave María de Schubert con su trompeta en honor al violinista precoz que fue Manuel Granero.
Otro Manuel, Diosleguarde, dejó un recibo capotero a la verónica de buen dibujo. Galleó por chicuelinas. Buen aire el del Conde de Mayalde. Corretón, sueltecito pero franco. De rodillas en el inicio, prologó con trazo firme y exigente. Soberbio el pase de pecho. Desde fuera, pareció fácil -si es que estar delante de un animal de casi media tonelada puede ser fácil- el utrero. Dejó estar y hacer. Buen trazo y buen concepto: el de enganchar, conducir, vaciar, soltar y ligar. Faltó más conjugar el verbo apretar. Mató de buena estocada.
Academicismo y escuela salmantina fueron dos de los rasgos de su segunda faena. Recio y sobrio el muletazo. Más temole y sosiego. El novillo embestía con un incómodo calamocheo. Un puntito rebrincado. El tacto de Diosleguarde corrigió en ocasiones el defecto. Otras no tanto.
Miguelito anduvo suelto con la capa toda la tarde. Y variado. No perdonó un quite. Isaac Fonseca tampoco perdonó el suyo. El burraquito segundo tomaba los engaños dormidito. De rodillas comenzó el valenciano, antes de torear en redondo con asiento, aplomo y encaje. Firmeza de plantas, muy abierto el compás. Notable una serie con la izquierda. Duró más el novillo, que se dejó, de lo que le pareció a quien suscribe. Resolvió Miguelito con recursos y frescura. Con el descabello perdió posiblemente la oreja.
A porta gayola se fue con el quinto. Con muchos pies el novillo. Quitó Miguelito con un surtido: caleserina, saltillera… Replicó Fonseca y volvió Miguelito. No hubo lucidez pero sí intención, que a veces cuenta o más que el lucimiento. Brindó al público el valenciano y sonó la diana floreada. Hubo pasajes estimables pero la faena no prendió. El utrero dejó hacer antes de aplomarse. Tras una buena estocada, paseó una oreja.
Isaac Fonseca es torero de sangre caliente. Las largas de rodillas en el recibo, el pase cambiado de rodillas en el inicio de la faena. Las plantas firmes, la ambición, la raza, la disposición. El ánimo que se le presupone a quien quiere comer del toro. En redondo, corrió la mano con mando. El novillo tuvo buen tranco y nobleza a raudales. Tres de tres del Conde de Mayalde. Aún firmó Fonseca tres bernadinas en los mismísimos medios. Por sus mismísimos bemoles. La estocada, con una verdad en la ejecución impresionante, mereció una oreja.
Fonseca quedó prendido dramáticamente. Momentos angustiosos. Se salvó de milagro. Ni se miró. Si la estocada valía una oreja y media, la tremenda e impactante actitud mereció otra. Muy mal el presidente, pésima la decisión, de no conceder la segunda oreja. Dudoso, como mínimo, el criterio de la autoridad. No es cuestión de sensibilidad, es cuestión de criterio. Fonseca dio dos vueltas clamorosas al ruedo. Hacía tiempo que un servidor no veía a un novillero jugarse la vida a carta cabal de esa manera. Chapeau. ¡Viva México y los toreros valientes!
El sexto se hizo daño en un encontronazo de salida. Pañuelo verde; bien el presidente. Soberbio y torerísimo fue el inicio de faena del mexicano. Dio tiempos y distancia Fonseca. Listo, le funciona el coco y las pilas del vestido de luces están a tope de batería. El epílogo llevó la firma de una estocada que dejó al novillo sin puntilla. Cortó dos orejas y salió por la Puerta Grande. Con todos los honores, dio la vuelta al ruedo e invitó al mayoral de la ganadería. Una señora novillada. Un espectáculo. Un lujo.
Valencia, sábado 7 de mayo de 2022. Novillada de la Virgen de los Desamparados. Cerca de 3000 personas.
Novillos del Conde de Mayalde, muy bien presentados, de extraordinario juego. De gran son el primero, noble el segundo, encastado el tercero, boyante el cuarto, bravo el quinto, aplaudido en el arrastre, bueno el sexto.
Manuel Diosleguarde, oreja y palmas tras aviso.
Miguel Senent 'Miguelito', ovación y oreja.
Isaac Fonseca, orejas tras fuerte petición y dos vueltas al ruedo y dos orejas.