Ismael Martín y Borja Jiménez triunfan en Salamanca junto al hierro de Capea

Abrió la corrida concurso un Capea de preciosas hechuras que se arrancó con tranco y fijeza en el peto en los dos viajes, muy eficaz Óscar Bernal con la vara.

En la muleta tuvo una clase extraordinario “Botijero”, galopó, descolgó en su embestida de gran recorrido por ambos pitones, aunque justo de fuerza. Pulcro e intermitente Manzanares en una faena con altibajos.

De imponente cuajo y hondura el segundo de Puerto de San Lorenzo, también se arrancó con todo en sus encuentros con el caballo. Borja Jiménez apretó el acelerador desde el inicio de rodillas, faena con encaje y resolución sobre la diestra, muy reunido a un toro de buena condición y gran fondo, se fue a los blandos la espada.

Discreto en varas el de Garcigrande, rajado en los primeros tercios, sin embargo se centró en la muleta, tuvo movilidad. Ismael Martín salió a por todas, con dos largas cambiadas, la segunda accidentada, lanceó con cadencia y despaciosidad a la verónica.

Banderilleó el matador con desigual fortuna. Con cambiados por la espalda en los medios el de Cantalpino abrió fuego en el último tercio. Valor a prueba de bombas, aguantó parones, corrió bien la mano sobre la diestra, y con recursos suficientes para salir airoso cuando se vio comprometido. Unas bernadinas de infarto antes de atacar con la espada como un cañón.

Cariñoso resultó el segundo trofeo en una faena de entrega total, sin ninguna renuncia.

Tuvo un son extraordinario el astifino cuarto de García Jiménez, en la muleta muy noble, pinceladas al natural de Manzanares firmando buenos pasaje, pero supieron a poco.

Se dolió del hierro el quinto de Olga Jiménez, que esperó en banderillas. Le bajó los humos Borja Jiménez en la apertura por bajo. Le exigió por bajo el de Espartinas y el de Olga Jiménez respondió con encastada embestida. Tuvo todo mucha importancia e intensidad. Al natural tuvo altibajos momentos de reunión y otros en que se quedó por fuera. Volvió sobre la diestra para subir el tono e un vibrante trasteo.

El sexto de Lorenzo Espioja de buenas hechuras y acapachado de cuerna, hizo sonar el estribo en sus dos encuentros con el caballo. Capaz y poderoso Ismael Martín dominando los diferentes terrenos a la hora de clavar las banderillas, gran tercio puso la plaza en pie.

Con un farol de rodillas inició la faena “Torerito” de Espioja que llegó fundido a la muleta, sobraba ese cuarto par de banderillas. Voluntarioso Ismael Martín intentó aprovechar esas medias arrancadas que tuvieron nobleza.