#SANISIDROCOPE

Y Jandilla juntó a sus seis peores toros

Mansa y deslucida corrida de Jandilla que dejó sin opciones a una voluntariosa terna. Confirmación sin suerte de Ángel Téllez.

Ángel Téllez en el inicio de faena al sexto toro de Jandilla, que a punto estuvo de arrollarle

Sixto Naranjo Sanchidrian

Publicado el - Actualizado

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En la semana Domecq, tras Parladé y antes de Juan Pedro, Jandilla lidió una pésima corrida de toros en Las Ventas. No pudo Borja Domecq rendir tributo a su hermano Fernando más allá del homenaje con la divisa negra sobre los morrillos de sus toros. El envío del hierro de estrella de seis puntas fue un muestrario de falta de casta y nula entrega. Toros que no hacían caso a los ‘chismes’ ni querían coger con humillación los engaños. Seis de seis. Pero para mal.

'Gallego' se llamó el toro de la confirmación de alternativa de Ángel Téllez. Mansito desde salida, sin fijeza alguna en los capotes. Arrollaba en la distancia corta cuando veía el objetivo a tiro. Tras la ceremonia, el de Jandilla pareció centrarse algo más. Un espejismo. Pese a la voluntad y la firmeza del joven madrileño, no había ganas por parte del toro de embestir por derecho. El estoconazo al segundo intento fue letal.

Tampoco se centró mucho el segundo en el inicio de su lidia. Sin fijeza ni entrega. Despertó tras el tercio de banderillas. Claro a derechas. Sebastián Castella lo vio rápido. Dos tandas tuvieron un temple cristalino. Mejor la segunda seria, con un redondo enroscado a la cintura que hizo centrar la atención de los tendidos. Pero no le sentó bien el cambio de mano al toro. Se vino abajo cuando el francés le presentó la zurda. Cuando volvió al derecho, ya nada fue igual. Las palmas que recibió Sebastián fueron las únicas que escuchó un torero durante toda la tarde.

El toro mejor hecho de la primera mitad del festejo fue el tercero. Fue otro 'jandilla' sin entrega alguna en las telas. Cuando Emilio de Justo le apretaba por abajo, el astado tendía a derrotar y deslucir el trazo del muletazo. Al natural basó su faena el cacereño, pero el conjunto no pudo romper en ningún momento. Dos pinchazos precedieron a la estocada definitiva.

Brindó Castella la faena del cuarto. El cite en largo con el toro a la distancia y éste arrancándose como una locomotora. Salvó con una suficiencia tremenda el cambiado por la espalda el torero galo. Otro más antes de un inoportuno desarme. Volvió a intentarlo y lo que consiguió fue un redondo que terminó en circular. Como en su primer trasteo, el toro pareció que iba a romper. Falsa alarma de nuevo. Tras una tanda esperanzadora, echó el freno de mano. Todo a menos. Toro y faena.

El más deslucido del encierro de Borja Domecq, y ya era difícil empeorar la nota media de la corrida, saltó en quinto lugar uno de Vegahermosa. Cambio el hierro pero no la casa ganadera. Desagradecido al trato que le ofreció Emilio de Justo. No valía para nada la disposición del cacereño. Siempre se venía recto, sin hacer caso a los toques y con la cara a la altura del corbatín. Complicado el lucimiento así. Ni por el lado derecho ni por el izquierdo. La nada del descastamiento. Lo mejor, de largo, el perfecto volapié con el que tiró patas arriba al toro.

Con la tarde ya despeñada por la mansedumbre llegada desde Don Tello, el colorado sexto no dio opción a Téllez. Se puso de rodillas en el centro del platillo para iniciar la faena. Cuerpo a tierra porque el de Jandilla se le vino encima. Después sumó muchos pases sin terminar de decir nada entre la indiferencia del público.

Madrid, jueves 23 de mayo de 2019. 10ª de Feria. Tres cuartos de plaza.

Cinco toros de 

 y uno de 

 (5º), bien presentados aunque de desiguales hechuras. Mansos, descastados y de nulo juego. Manejable el segundo, que duró dos tandas pero que acabó desfondado.

Sebastián Castella, palmas tras aviso y silencio

Emilio de Justo, silencio y silencio.

Ángel Téllez, que confirmaba alternativa, silencio y silencio.

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