El Juli pese a una infame mansada de Zalduendo

Que la ganadería de Zalduendo pasa por un pésimo momento lo sabe todo el mundo. Menos los taurinos. Que la ganadería de Zalduendo es un erial de casta en los últimos tiempos los sabe todo el mundo. Menos los taurinos. Que Zalduendo venía de pegar un petardo importante en Badajoz lo sabía todo el mundo. Pero se ve que los taurinos tampoco lo sabían.

Así que pese a que el coso de Las Palomas se llenó casi en su totalidad para ver un cartel muy apetecible a priori por los toreros anunciados, los propios taurinos cavaron su propia tumba con los toros propiedad de Alberto Bailleres. Los tres toreros buscaron ser comparsa sin argumentos ante el ‘ciclón’ José Tomás que se anuncia mañana.

No quiso embestir el primero de Zalduendo desde que salió por chiqueros. Tomó con mal estilo el capote de Morante de la Puebla y tras el puyazo simulado llegó a la muleta moviéndose sin ritmo ni clase. Tampoco ayudó el molesto viento que soplaba sobre Las Palomas. No se andó con chiquitas el de sevillano, que se fue tras de la espada.   

La tarde rompió después de este toro. El segundo embistió con transmisión al capote de El Juli, que pese al viento, puso mando y expresión en el toreo a la verónica. El toro respondió a la exigencia de Julián, como en inicio por  bajo que firmó. Toreó por ambos pitones con gran firmeza y rotundidad. No le importo el Dios Eolo. Todo por fue abajo. Una tanda al natural arrastrando media muleta fue el cenit. La estocada, trasera, fue mortal. Las dos orejas cayeron por aclamación.

El tercero bajó en trapío. Pobre de cara y feas hechuras. Y fue por dentro como fue por fuera. Roca Rey, a base de no mover los pies, ligó seis pases por alto sin rectificar terrenos. El pase del desprecio, sin espacios casi, desembocó como desahogo del saludo muletero. Después el de Zalduendo fue otro animal sin ritmo, siempre a la defensiva. Lo intentó pasar por ambos pitones el peruano, pero vio que allí había poco donde rascar. Lo avío de una estocada caída.

Tras  largo trámite de la merienda, Morante se las vio con un torete sin presencia ni casta que vino a desmontar una tarde más este año los argumentos de su espantada de la pasada temporada. La cuestión no es el tamaño, es la casta del ganado elegido. Y Zalduendo sigue siendo un erial de ésta. Abrevió entre el enfado y la rechifla general.

Menos opciones dio aún el quinto, otro animal sin raza ni entrega de Zalduendo con el que Julián no quiso darse coba. La Puerta Grande ya estaba asegurada.

Para rematar el infame encierro de Zalduendo, el sexto salió olisqueando el ruedo de Las Palomas y con la bandera blanca de la rendición. No quiso hacer caso a los capotes, hizo pelea de bravucón en el caballo y se aburrió pronto en la muleta de Roca Rey. 

Algeciras (Cádiz), jueves 28 de junio de 2018. 2ª de Feria. Lleno aparente.

Toros de 

, de muy desigual presencia y de juego manso y sin entrega. Solo tuvo nobleza y duración el segundo.

Morante de la Puebla, pitos y pitos.

El Juli, dos orejas y saludos.

Andrés Roca Rey, silencio y silencio.