ENFERMERÍA

Julián Garibay: "Cuanto más pienso en la cornada, más quiero volver a torear"

El novillero azteca se recupera de la cornada sufrida en Moralzarzal (Madrid), que sumaba cuatro trayectorias de 80 cms en total.

Julián Garibay junto a varios de sus compañeros del CITAR en la Clínica Asepeyo

Sixto Naranjo Sanchidrian

Publicado el - Actualizado

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"Hoy amanecí con menos dolor. Estas horas tras la cogida me han servido para pensar en el percance y asimilarlo. Cuanto más pienso en él más quiero volver a los ruedos para torear". Así se expresa Julián Garibay este martes tras haber sido trasladado hasta la Clínica Asepeyo de Coslada tras las gravísima cornada sufrida este pasado domingo en la plaza de toros de la localidad madrileña de Moralzarzal.

El novillero azteca, que este miércoles protagonizará la sección 'Las Historias de El Albero', reconoce a COPE que recuerda "perfectamente el momento del percance, cómo me cogió. Creo que fue error mío y se podría haber evitado. Cuando llegué a las tablas noté un dolor tremendo del abdomen hacia la rodilla, pero no imaginaba que el percance era tan fuerte. Incluso cuando vi la herida, no parecía tan grande y me enfadé porque pensé en que otros toreros con mucho más se quedaban en la plaza. Pero ya el doctor me explicó lo que tenía y me sedaron".

Garibay sufrió una gravísima cornada, de cuatro trayectorias de 80 centímetros en total, de la que fue operado por el doctor Enrique Crespo, que también explicará en El Albero las características de esta cornada y cómo se intervino en el quirófano.

El mexicano fue prendido por el sexto novillo del encierro, de la divisa de Los Lastrones, que le corneó en el triángulo de Scarpa y le llevó así, en un constante zarandeo, durante un recorrido de varios metros por toda la plaza.

Según el parte médico, Garibay sufrió una cornada "de cuatro trayectorias; una, hacia arriba y adentro, por encima del ligamento inguinal, de unos 20 cms, que desgarra el músculo oblícuo mayor del abdomen, sin aparente lesión intraperitoneal; y otra, hacia arriba y afuera de unos 15 cms. que llega a la espina ilíaca antero-superior".

Las otras dos trayectorias descubiertas eran "una hacia afuera de unos 20 cms, que transversalmente alcanza la cara externa del muslo, lesionando el músculo vasto interno y el tensor de la fascia lata; y una última de unos 25 cms, que secciona el músculo sartorio y desgarra el músculo crural.

Además, el novillero, que da sus primeros pasos en ruedos españoles, presentaba una "hemorragia venosa por arrancamiento de múltiple colaterales musculares y contusión torácica".

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