BILBAO

Los negados "miuras" y la tormenta ponen un triste final a la feria de Bilbao

El desrazado y negado juego de los toros del hierro de Miura desluce el último festejo de las Corridas Generales.

Natural de Fortes a su primer toro de Miura en el cierre de la Feria de Bilbao

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

3 min lectura

Una tarde más se quedó en el papel la vieja leyenda de los "miuras", acrecentada hace justo 75 años, cuando uno de los astados de la divisa verde y grana acabó con la vida de Manolete en la plaza de Linares (Jaén). Pero de aquellos barros quedan pocos lodos, solo un generalizado descastamiento y, en algunos casos, el recuerdo del peligro que les hizo famosos, como el que sacó el sexto.

Ninguno de los cinco lidiados hoy en Bilbao quiso tomar los engaños con la mínima entrega, sino que apenas tuvieron recorrido y acudieron a los cites con los pitones por encima de los palillos de la muleta, cuando no soltando secos tornillazos como inequívoca señal de su ausencia de bravura.

Así fueron exactamente los dos que le cupieron en desgracia al salmantino López Chaves, que no pudo hacer más que quitárselos de en medio como pudo con la espada y con solvente oficio con la muleta, sin opción alguna de lucimiento.

El de mejores hechuras, más acordes a los tiempos y a la evolución de toreo, fue el quinto, un toro bajo y con cuello que pareció querer descolgarlo en los primeros tercios, solo que no tuvo fondo alguno de raza para hacerlo en la muleta durante un par de metros seguidos.

Manuel Escribano, con una férula en la mano izquierda por una reciente rotura que le impidió banderillear, no perdió mucho tiempo con él, una vez que había tenido la "fortuna" de enfrentarse al sobrero de La Palmosilla que sustituyó a un segundo muy endeble.

El remiendo de sangre Domecq sí que mostró alguna de las virtudes de la casta evolucionada, entre ellas la clase al emplearse, lo que el diestro sevillano aprovechó en dos tandas de muletazos hasta que el animal no pudo seguir empujando más sus excesivos 600 kilos de peso.

Algo más que oficio para remontar una tarde tan cuesta arriba puso Fortes con el tercero, un voluminoso "miura" colorado al que se aprestó a torear como si fuera bueno, con unos cites y un toreo "por derecho", a pesar de la aspereza defensiva de un toro al que, aun así, robó muletazos cortos pero de largo mérito, con un vertical ajuste, valor natural y un sosiego por encima de las circunstancias.

Se agradeció poco el esfuerzo del malagueño en una tarde en la que el calor bochornoso dio pasó a una tormenta seca, con unos nubarrones y unos relámpagos que, con una tibia luz eléctrica, creaban en la plaza un ambiente espectral.

Para empeorarlo, al salir el sexto comenzó además a soplar un ventarrón que agudizó el patente peligro de un "miura" de menor alzada y de aviesas intenciones al que Fortes buscó un inexistente resquicio de lucimiento antes de dárselo a los percherones que arrastraron también al desolladero una preocupante feria, sin público ni brillantez, que pide un serio y urgente análisis empresarial.

Bilbao, domingo 28 de agosto de 2022. 9ª de Feria. Menos de un cuarto.

Cinco toros de

y un sobrero (3º) de

, sustituto de uno devuelto por flojo. Los titulares, en el tipo de la casa, con mucho volumen y alzada, aunque sueltos de carnes, y de juego negado, sin una sola embestida de mínima entrega a los engaños, a la defensiva y alguno con sentido, como el sexto. El sobrero, noble y con clase pero sin fondo por su excesivo peso.

López Chaves, silencio y ovación.

Manuel Escribano, silencio y silencio.

Fortes, ovación tras aviso y silencio.

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