BILBAO
Luis David, otras dos orejas en Vista Alegre
El mexicano aprovechó la nueva oportunidad que le brindó Bilbao para cortar dos nuevas orejas con dos buenos toros de Domingo Hernández. Oreja para El Juli
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Mucho se había debatido en las redes sociales en las últimas horas a cuenta del puesto libre que dejaba la lesión de Pablo Aguado este jueves en Bilbao. Justicias e injusticias. Gustos y padrinos. El caso es que Luis David, que era a la postre el sustituto del sevillano, aprovechó su nueva oportunidad en Vista Alegre para cortar de nuevo dos orejas. Una a cada una de sus toros de una buena corrida de Domingo Hernández-Garcigrande.
Su primer toro fue un ejemplar de escasa cara que sin embargo, rompió a embestir con nobleza y clase. El azteca inició la faena con su ya clásico cambiado por la espalda antes de ligar varias tandas en redondo donde prevaleció la cantidad sobre la cantidad. Se asentó más en el toreo en redondo, por donde llevó más toreado al de Domingo Hernández. Aún así, la faena explotó con un final de cercanías y circulares varios. Se aseguró un trofeo de escaso poso con media estocada desprendida que cobró en la suerte de recibir.
El sexto no mostró demasiada fortaleza en los primeros tercios. Fue paciente Luis David y también el palco, que apostaron por el toro. Y el animal respondió a ello sacando una embestida enclasada y ralentizada. El azteca firmó su faena más reposada de cuantas ha realizado en esta Semana Grande. Sobre todo gustó su toreo al natural, más reposado y templado. Siento más todo lo que hacía. Una nueva estocada recibiendo, esta vez en toda la yema, tiró al toro sin puntilla en cuestión de segundos. Se concedió la oreja, que esta vez sí fue de ley. Se pidió la segunda pero el palco, con buen criterio, no concedió.
Abrió plaza un astado marcado con el hierro de Garcigrade. Un toro algo bastito de hechuras que manseó en varas pero que se vino arriba en banderillas y llegó con celo y movilidad encastada al último tercio. Enrique Ponce se mostró a gusto con él en el primer tramo de la faena manejando la mano derecha. Hubo ligazón pero escaso compromiso en los embroques. Al natural el toro exigía un punto más y el valenciano no terminó de cuajarlo por este lado. Todo demasiado ligero con un toro que pedía mando y gobierno. El final por roblesinas tampoco terminó de calar en los tendidos. Lo avió de una estocada desprendida que necesitó de un golpe de descabello.
El cuarto, por su parte, sacó más templanza y bondad en sus embestidas. Ponce lo entendió a su altura y le planteó una faena de larguísimo metraje. Se le veía disfrutar al de Chiva en la cara del toro en series bien compuestas y tranzadas aunque de escasa conexión con los tendidos. Tan abandonado estaba Ponce, que sonó un aviso sin haber hecho amago de cambiar la espada de verdad. Dejó media estocada y llegó a sonar un segundo aviso mientras intentaba descabellar. Sobre la bocina llegó el golpe definitivo. Una nueva ovación saludó como reconocimiento a lo realizado.
El primero del lote de El Juli volvió pronto por donde salió. Su escasa fortaleza se evidenció tras salir del peto y el palco no tuvo más remedio que asomar el moquero verde. El sobrero del hierro de Garcigrande fue un toro al que Julián lo dejó crudo en varas. Sin embargo, ni con esas el toro rompió en la muleta. El madrileño puso empeño, pero el pupilo de Justo Hernández salía suelto y sin celo del engaño. La faena no cogió vuelo nunca. Fue silenciado.
El quinto trajo buenas hechuras y derribó al picador Salvador Núñez. El de Domingo Hernández se movió mucho pero forma muy desigual. Lo consintió mucho El Juli en el inicio de faena. Todo por abajo, sometiendo la temperamental embestida del toro. Al natural, muy encajado, alargó las embestidas a base de toques precisos y mando en el engaño. Una estocada trasera ralentizó la muerte del toro. La oreja premió al conjunto.
Bilbao, jueves 22 de agosto de 2019. 6ª de Feria. Tres cuartos de plaza.
Cuatro toros de
y dos de
(1º y 2º bis), de desigual presentación. Encastado el primero; sin fondo el segundo; noble y con clase el tercero; un cuarto noble y con duración; exigente y desigual en sus embestidas el quinto; y un sexto noble y con gran clase.
Enrique Ponce, saludos tras aviso y saludos tras dos avisos.
El Juli, silencio y oreja.
Luis David Adame, que sustituía a Pablo Aguado, oreja y oreja con petición de la segunda y dos vueltas.