MADRID

Mbappé se perdió a Roca Rey y Francisco de Manuel, un triunfo con presente y mucho futuro

El diestro peruano y el madrileño salen a hombros en el cierre de la temporada en Las Ventas. Fracaso en forma de tres avisos para Talavante.

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Sixto Naranjo Sanchidrian

Publicado el - Actualizado

6 min lectura

Mayo en octubre. Por el llenazo esperado, por el ambiente de día grande y por un cartel más que apetecible. Con el añadido de la presencia futbolística llegada desde París para darle más glamour si cabe a la última corrida de toros de la temporada en Las Ventas. Mbappé, el deseado, se quedó sin ver una gran tarde de toros. Él se lo perdió.

La corrida del Día de la Fiesta Nacional. Un torero español, uno peruano y un tercero mezcla hispano-venezolana. La Hispanidad, su verdad en el ruedo como crisol de las Españas y un primer viva a la Patria antes de que fuesen las cinco y cuarto de la tarde.

La tarde y la puerta grande fueron para un Roca Rey en estado de gracia, que se sobrepuso a la devolución de dos toros en su primer turno y a un corte en una mano, y de Francisco de Manuel, al que no le pesó la tarde y el cartel y dio una dimensión enorme en sus dos toros. Dos toreros del presente con mucho futuro. Todo el que ellos quieran.

El primero del lote de Andrés Roca Rey, altón y sin remate, recordaba al goterón ‘bayones’ del hierro madrileño. Pero fue tan aparatosa su falta de fortaleza que del palco asomó el moquero verde en mitad del tercio de varas. Menos aguantó el primer sobrero, que salió pidiendo la vuelta a chiqueros desde que asomó por la puerta de toriles. El tercero que paró Roca Rey traía 615 kilos sobre sus lomos. Un tren, de mercancías. Con todo, no hizo las cosas mal de salida. Eso sí, le pegó un susto a Viruta a en el primer par de banderillas por la mala colocación de Talavante a la salida de la suerte. El peruano apostó desde el principio. Rompedor el inicio de faena con varios cambiados casi sin espacio para sacar la muleta. Y una posterior tanda a derechas tirando mucho de la embestida y aguantando un parón a escasos centímetros de la taleguilla. El lío estaba ahí. Tragar en el embroque para llevar hasta muy lejos la embestida del toro. Al natural continúo con las mismas armas. Un muletazo acabó en redondo para terminar de rendir al toro. Después llegaron los alardes en la distancia corta. Los que llegan a la gran masa. Y unas bernadinas finales en las que quemó las naves con unos espacios inverosímiles entre toro y torero. Se tiró tras de la espada con todo para cobrar una estocada en toda la yema. Las dos orejas tardaron en caer, pero cayeron con toda justicia. Después de pasearlas tuvo que acudir a la enfermería para ser atendido de un corte en la mano izquierda.

El que cerró festejo fue un toro altón que tapó su escaso perfil con dos puntas por delante. Hizo el esfuerzo el peruano, sacando muletazos con sacacorchos ante la renuencia del toro a embestir con franqueza. Dos pinchazos antes de la estocada final dejaron todo en silencio.

El tercero, primero del lote de Francisco de Manuel, traía pocos perfiles, pero no se dijo nada desde los tendidos exigentes. No se lo pensó el madrileño, que se hincó de rodillas en el inicio de faena. Tuvo sabor el de pecho y una enorme torería la trincherilla de remate, poniendo a la plaza en pie tras ello. El toro tendía a meterse por dentro tras el segundo muletazo cuando Francisco le presentaba la diestra. Al natural, el toro venía más templado, pero macando ya su querencia a tablas. Algún natural tuvo cadencia y ritmo, pero faltaba continuidad en todo. Un final de cercanías en la que demostró sitio y seguridad en las distancias cortas dio paso a una estocada en la que se encunó sobre la testuz del toro, dejando una estocada trasera y tendida que resultó letal. Se pidió la oreja de forma mayoritaria y el palco no tuvo más remedio que concederla.

Pero donde llegó la mejor versión de lo que puede llegar a ser Francisco de Manuel fue con el hechurado quinto que estaba destinado a cerrar plaza de no haber mediado la lesión de Roca Rey. Con éste, el madrileño sorprendió por su sitio y capacidad. El de Victoriano se metía por dentro, pero el aguante del torero y el pulso que desmostró, obraron el milagro. Los derechazos y los naturales brotaron al ralentí, con la plaza volcada con el joven diestro. La faena a más, y la estocada, un punto desprendida, que fue suficiente para el que toro doblase las manos. Las dos orejas fueron premio a futuro. Ya habrá tiempo de exigir a Francisco de Manuel.

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Máxima expectación a la llegada de Sergio Ramos y Keylor Navas a la Plaza de toros de Las Ventas (VIDEO EFE)

Sergio Ramos y Keylor Navas, futbolistas del PSG, a su llegada a la Plaza de Toros de Las Ventas en la corrida del día de la Hispanidad.

Talavante no se hizo esperar con el abraplaza. A ese primero de Victoriano lo recibió con un saludo a la verónica en dos partes con el toro buscando al ausente Mbappé en el callejón. Verónicas mecidas y a compás. La media a la cadera, a media altura, quedó más tropezada. Después llegó Roca Rey para quitar por chicuelinas. Ajuste asfixiante y una larga a una mano volcando el peso del cuerpo sobre la pierna de salida del lance. Cargar la suerte lo llaman. El toro, después, había perdido fuelle. El inicio de faena al natural, con la pierna semiflexionada, no ayudó. Continuó el extremeño por el mismo lado, pero el animal perdía las manos y aquello se venía abajo irremediablemente. El toro y la faena. Abrevió Talavante, que avió al de Victoriano de una estocada desprendida.

El cuarto, muy descarado de pitones, se salvó por los pelos de la devolución. Tuvo bondad dentro de su contado poder. Una nobleza pajuna no exenta de clase que aprovechó Talavante para firmar varias tandas de trazo suave y templado. Pero sin casta ni emoción, era difícil prender la llama de la pasión en los tendidos. Todo se vivió de forma correcta. En el ruedo y en los tendidos. Así hasta que al toro se le encendió el piloto de la reserva y se paró sin remisión. Después llegó un petardo sonoro con el descabello. Tras sonar el segundo aviso, Talavante dejó descaradamente que pasase el tiempo y sonase el tercer aviso. Las leyendas son cosas de dioses; las sobreactuadas, para las copias baratas. Quinta tarde de Talavante este año en Madrid que acabó de forma patética.

Madrid, miércoles 12 de octubre de 2022. Festejo del Día de la Hispanidad. Lleno de ‘No hay billetes’.

Toros de

, el segundo como sobrero tris. Muy desiguales de presentación y de juego. Destacaron segundo, tercero y quinto.

Alejandro Talavante, silencio y bronca tras tres avisos.

Roca Rey, dos orejas tras aviso y silencio.

Francisco de Manuel, oreja y dos orejas.