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Un palco errático le abre la puerta grande a un notable Perera
El diestro extremeño salió a hombros este miércoles en la plaza de toros de Las Ventas tras cuajar al mejor toro de una desigual corrida de Fuente Ymbro.
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Al culpable búsquenlo en el palco. A don Gonzalo de Villa Parro se le aflojó la mano y asomó el doble moquero. Las dos orejas con las que premiaba a Miguel Ángel Perera parecieron premio excesivo tras una buena faena al mejor toro de Fuente Ymbro pero a la que le faltaron cosas para redondearse como merecedora de tal premio. Mal iniciamos la feria si bajamos tanto el rigor que debe mantener la plaza de toros de Las Ventas y el valor que debe tener una faena para ser premiada con el doble trofeo.
Y esto que Perera firmó una gran faena y lució lo suyo a ‘Pijotero’, un astifino castaño del hierro propiedad de Ricardo Gallardo que tuvo prontitud, ritmo y calidad en sus embestidas. Sobre todo por el pitón derecho. El pacense fue generoso y, tras ver las cualidades del toro en los primeros tercios, le dio distancia y le citó en largo desde la primera tanda de su faena. El toro respondió y acudió como un tren a la muleta. Templadísimo de principio a fin, sin ningún enganchón. Ligazon y largura en los muletazos en tandas que se sucedían sin respiro y sin perder el pulso entre el ruedo y los tendidos. Al natural bajó la intensidad del trasteo. El toro, como ya hiciera en el capote, tendía a meterse por dentro. Retomó el nivel volviendo a la diestra en una postrera tanda. La estocada viajó trasera y un punto caída. Y en Madrid, eso debe tenerse en cuenta como se tuvo en Sevilla la semana pasada. La oreja hubiese sido premio justo y de peso. Las dos sonaron a premio excesivo.
Perera salió a por todas con el sexto, como queriendo tapar bocas y darle rotundidad a su triunfo y a su sexta puerta grande en Las Ventas. Pero no pudo ser. El toro que cerraba la corrida de Fuente Ymbro se vino muy pronto abajo y acabó cerrado en tablas. No hubo opción.
El otro toro con opciones del encierro del hierro gaditano fue el abreplaza. Un animal encastado y siempre a más con el que no terminó de apostar Finito de Córdoba. Cuando le obligaba por abajo y se quedaba en el sitio para ligar, el toro humillaba y se desplazaba con celo tras el engaño. Pero fueron las menos.
El precioso cuarto le duró un suspiro a Finito. Un taco de toro que no rompío en ningún momento. Y al cordobés no se le vio para meterse en harina con él. Lo macheteó y pasó sus fatigas con la espada con muchas precauciones.
A Diego Urdiales se le esperaba en Las Ventas este día de San Isidro. Tras romper el paseíllo tronó la ovación desde los tendidos. Su triunfo en la última Feria de Otoño seguía en la retina y en la memoria de muchos aficionados. Sin embargo, hoy no hubo de nuevo aquel binomio Urdiales-Fuente Ymbro. Su primero embistió siempre con la cara por encima del palillo. Lo sobó mucho el riojano y al final logró robarle un par de tandas de gran encaje y mando. Quizá demasiado tarde para que la gente respondiese.
Con el quinto se fue hasta terrenos del tendido cinco para plantearle batalla. Muy dispuesto Diego, intentando hacer romper a un toro que no terminaba de rebosarse en sus embestidas. Dejó muletazos de buen trazo, pero la faena nunca terminó de coger vuelo.
Madrid, miércoles 15 de mayo de 2019. 2ª de Feria. Lleno de ‘No hay billetes’
Toros de
, bien presentados aunque de desiguales hechuras y tipos. Destacó el tercero, con nobleza, clase y prontitud en sus embestidas. A más el encastado primero. El resto, faltos de raza y sin romper.
Finito de Córdoba, leves pitos y silencio.
Diego Urdiales, silencio tras aviso y silencio.
Miguel Ángel Perera, dos orejas tras aviso y silencio.
Incidencias: Presenció el festejo el Rey Don Juan Carlos junto a su hija la infanta Elena y su nieta Victoria Federica de Marichalar.