Perera, ‘Sereno’ y Huelva, la combinación perfecta

Cómodo de cara salió en jabonero primero. Con movilidad y algo brusco en los primeros tercios, El Juli optó con dejárselo crudito en el caballo. La muleta era el antídoto para hacer que el toro mutase esa brusquedad en entrega. Lo logró el madrileño. Firme la planta y mandonas las muñecas. Perfectos los toques para ir abriendo los caminos al toro. Todo por abajo. Agradecido el de Torrealta a la exigencia de Julián. Dos tandas al natural tuvieron encaje y profundidad. Y una a derechas después un mando tremendo con el toro embistiendo aún con fuerza. Lo exprimió hasta el final. Pero un pinchazo previo a una estocada muy trasera y un golpe de descabello hicieron enfriarse a los tendidos. La petición de oreja no cuajó en mayoritaria y la ovación final premió lo hecho.

Todo se embaló sin embargo al salir “Sereno”, otro toro jabonero de Torrealta al que Miguel Ángel Perera cuajó de capote. Tampoco le dieron mucho en el caballo. Pero el astado fue después una máquina de embestir. De principio a fin. Prontitud, tranco, clase y profundidad. Y enfrente un rotundo Perera, obligando al toro siempre por abajo. Expresión y ligazón. Una tanda en redondo rezumó ajuste y largura. Otra al natural fue perfecta por lo adelante que enganchó y lo lejos que lo despidió. Ni el torero ni el toro bajaban el pistón. Desatada la petición de indulto, Perera lo apuró hasta que asomó el pañuelo naranja desde el palco. La fiesta en Huelva fue total.

El tercero, al que picó de manera magnífica Sergio Molina, tuvo mejores comienzos que finales en todos los tercios. Se esforzó Roca Rey en un trasteo de más a menos en el que no se le terminó de ver cómodo al peruano. Tampoco lo vio claro con la espada y recogió una ovación desde el tercio como recompensa.

La tarde siguió su cuesta abajo con el deslucido cuarto. El Juli quiso justificarse pero no había materia prima ni para hacer el esfuerzo.

Tampoco mejoró el panorama con el mansito y huidizo quinto. Quiso plantear faena Perera en los terrenos de chiqueros. Pero el toro nunca quiso pelea pese a la insistencia machacona del torero pacense.

El sexto derribó al picador y la lidia se convirtió en un correcalles que no supo atajar la cuadrilla de Roca Rey. Éste último de Torrealta fue otro ejemplar bajo de raza al que le costó un mundo embestir. Si lo hizo fue por la actitud del peruano, que se inventó una faena a base de pisar los terrenos del toro. Un final de asfixiantes cercanías terminó de prender la mecha en los tendidos, que se rindieron al valor de Andrés. Unas bernadinas finales fueron la previa a un volapié ejecutado con mucha verdad. Las dos orejas cayeron por aclamación.

Huelva, sábado 4 de agosto de 2018. 3 de Feria. Tres cuartos de plaza.

Toros de 

, bien presentados aunque muy desiguales de hechuras. Extraordinario el segundo, “Sereno” de nombre, indultado. Encastado el primero. El resto, deslucidos por descastados.

Julián López ‘El Juli’, saludos y silencio.

Miguel Ángel Perera, dos orejas y rabo simbólicos y saludos.

Andrés Roca Rey, saludos y dos orejas.