1ª COLOMBINAS

Un pletórico Perera triunfa y vuelve a rendir a la plaza de toros de Huelva

Una faena de gran rotundidad del extremeño le hizo cortar las dos únicas orejas de un festejo en el que Cayetano y Aguado se fueron de vacío.

Miguel Ángel Perera durante su actuación el pasado mes de agosto en Huelva

Sixto Naranjo Sanchidrian

Publicado el - Actualizado

3 min lectura

Huelva sin Colombinas en las calles pero sí con toros en La Merced. El coso onubense casi llenó la mitad del aforo que permite la Junta de Andalucía para las plazas de toros durante la llamada 'nueva normalidad'. Una 'nueva normalidad' que para Miguel Ángel Perera supuso el retorno a las viejas costumbres en Huelva. El del triunfo a golpe cantado.

El extremeño realizó la faena de más argumentos en un festejo gris marcado por la falta de raza y la escasa presencia del encierro de Núñez del Cuvillo, con el que Cayetano y Pablo Aguado pasaron de puntillas por la plaza de toros de Huelva.

El primer ‘cuvillo’ marcó su clase desde que Miguel Ángel Perera se abrió de capote. El temple que imprimió el extremeño en las verónicas se desordenó en la media. Igual ocurrió en los dos quites por chicuelinas que dejó. Limpieza en los lances y deslucidos los remates al enganchar el toro el engaño. Tras un inicio de tanteo, la faena creció en intensidad y mandó cuando Perera obligó al animal por abajo. La ligazón surgió y la plaza respondió algo. La frialdad siguió instalada en los tendidos hasta la estocada desprendida final.

Bajó el nivel del trapío con el segundo toro, un animal tirando a gachito y vareado de carnes. Se sostenía con alfileres por su justéza de fuerzas, ante lo que Cayetano pidió paciencia a algún impaciente desde el tendido. Aplicó suavidad con la muleta para ir asentando al toro en sus extremidades. El toro agradeció el trato y regaló varias embestidas potables que aprovechó Cayetano. La estocada viajó algo trasera, lo que hizo ralentizar la muerte del astado y con ello enfrió y aminoró la petición de oreja que no llegó a mayoritaria.

El tercero fue otro astado de liviano trapío y de peor condición que a punto estuvo de llevarse por delante a Pablo Aguado cuando éste perdió pie al ser arrollado con los cuartos traseros durante un quite por chicuelinas. Resolvió el sevillano con una larga cambiada que le salvó del percance. La faena de muleta estuvo salpicada de detalles de buen toreo. El temple y la naturalidad en el toreo en redondo no tuvieron continuidad por el lado izquierdo, por donde el toro fue más protestón. El fallo a espadas dejó todo en una cariñosa ovación final.

La tarde rompió de verdad con el cuarto, un buen toro al que Perera cuajó de principio a fin. Si hubo compás en el toreo de capote, con la muleta hubo toreo de una rotundidad aplastante. Tanto en el toreo fundamental como cuando el diestro se echó de rodillas al inicio y sobre todo en el epílogo de la faena. La confianza de Perera y su sitio en la cara del toro terminaron por rendir al coso de La Merced, que le despidió con palmas por bulerías después de pasear el doble trofeo.

Cayetano se las vio con quinto manejable con el que firmó un trasteo más voluntarioso que lucido. Faltó ajuste y sobró cierto envaramiento en las formas. Una estocada desprendida y un golpe de descabello dieron paso a una nueva ovación.

El abecerrado sexto fue un astado que fue a menos y con el que Pablo Aguado solo pudo dejar de nuevo gotas de su pausado concepto. Poco más permitió el de Cuvillo.

Huelva, domingo 2 de agosto de 2020. 1ª de Feria. Algo menos de la media plaza permitida.

Toros de

, de muy pobre presentación. Bajos de casta pero manejables en conjunto. Destacó el encastado y noble cuarto.

Miguel Ángel Perera, saludos tras aviso y dos orejas.

Cayetano, saludos tras petición y aviso y saludos tras leve petición.

Pablo Aguado, saludos y silencio tras aviso.

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