La profundidad de Lorenzo y la naturalidad de Ortega alumbran la noche de Linares

No duró mucho el primero de Luis Algarra con el que se abrió el festejo de Linares. Un toro que embistió al ralentí al capote de Juan Ortega y con el que el sevillano se acompasó en el toreo a la verónica. Por el pitón izquierdo firmó dos lances sensacionales. Pero después el animal no terminó de romper, el torero estuvo muy precavido y aquello fue diluyéndose.

La tarde subió en interés y argumentos con la salida del hechurado segundo de Algarra. Un animal pronto, fijo y con una clase y una profundidad excelsas. Álvaro Lorenzo lo aprovechó de principio a fin. Tuvieron compás las verónicas de saludo y exposición el inicio de faena de rodillas. Después donde brilló de verdad el toledano, fue en el toreo fundamental. Hubo toreo templado, de mano baja y profundo por ambos pitones. Como largos fueron los pases de pecho. Se explayó Lorenzo en un final que tuvo bernadinas y luquesinas. Coronó su obra de una estocada casi entera que dio paso a la concesión de las dos orejas para el torero y la vuelta al ruedo para ‘Matagallo’. Merecido todo.

El tercero fue un astado con ciertas dosis de nobleza, pero al le faltaron mayores dosis de transmisión en sus viajes. Daniel Crespo dejó retazos de su buen concepto, pero también evidenció su escaso rodaje. Ni el toro ni la faena rompieron de verdad.

El cuarto, con el hierro de Parladé, fue devuelto al partirse la funda del pitón derecho en el saludo de capote de Juan Ortega. El sobrero, del mismo hierro, tuvo un comportamiento almibarado en la muleta. El sevillano, que voló con gracia el capote en un quite por chicuelinas, fue construyendo una faena de menos a más que tuvo como cénit dos tandas finales plenas de temple, armonía y naturalidad en las formas. La primera al natural, la segunda al natural con la derecha. Pasándose al toro por la faja, llevándolo cosido a la muleta y toreando al ralentí. Puso a la plaza de Linares en pie. Un final por ayudados torerísimos y una estocada corta que necesitó de un golpe de descabello fueron el preludio del corte del doble trofeo.

Lorenzo pechó en quinto lugar con un ejemplar manso y huidizo al que tuvo que ir haciendo romper hacia adelante a base de mando y conocimiento de los terrenos. Se lo sacó al tercio el toledano, donde a favor de querencia le sopló un par de tandas de mérito por el pitón izquierdo. Una estocada habilidosa le hizo sumar una oreja más.

Los apuntes que dejó Crespo en su primero, los mostró con mayor continuidad con el sexto de Juan Pedro Domecq. Toreó con temple y seguridad por ambas manos. Hubo una tanda a derechas ligada y bien expresada y dos más al natural donde llevó muy cosido a la muleta al toro del hierro ducal. Cuando el astado fue a menos, las series perdieron en ligazón pero ganaron en profundidad. Media estocada arriba tumbó al toro. La oreja cayó por mayoría de pañuelos.

Linares (Jaén), domingo 30 de agosto de 2020. 1ª de Feria. Un cuarto de plaza sobre el aforo permitido.

Tres toros de

(1º, 2º y 3º), bien presentados y de buenas hechuras. Destacó el notable 2º, ‘Matagallo’ Nº 58, de 487 kilos, premiado con la vuelta al ruedo; dos de

(4º bis y 5º), de buena presencia. De almibarada nobleza el sobrero y manso el quinto ; y uno de

(6º), bien presentado y noble.

Juan Ortega, silencio y dos orejas.

Álvaro Lorenzo, dos orejas y oreja.

Daniel Crespo, silencio tras aviso y oreja.