1ª FERIA DE CASTELLÓN
Puerta Grande para Borja Jiménez ante una muy decepcionante corrida de Victorino
La Feria de la Magdalena comenzó este domingo con el triunfo del sevillano. Paco Ramos, silenciado en su lote.
Madrid - Publicado el - Actualizado
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Domingo de Romería de Les Canyes en la capital de La Plana y domingi de victorinos en la Feria de la Magdalena. Llanos Masó, presidenta de Las Cortes Valencianas, “presidió” institucionalmente en el callejón la corrida al lado de José Luis Aguirre, conseller de Agricultura y buen aficionado.
A Borja Jiménez le ha costado diez años debutar en la Magdalena o en la Feria de Fallas. El caso del torero de Espartinas fue un suceso de 2023: bordó el toreo y estuvo soberbio con los victorinos en Las Ventas. Palabras mayores y tres orejas de imperial rotundidad. Bien por Nautalia y por la Casa Matilla en darle su sitio en Magdalena y Fallas.
Los tiempos mutan, los empresarios cambian... Antaño, Enrique Patón, recordado y querido empresario catalán -“y matador de toros”, me matizaba siempre- cerraba la siempre la Magdalena con los victorinos. Hoy, sin embargo, la victorinada ha descorchado el serial castellonense.
Un quinteto cinqueño de “albaserradas” muy en el tipo de la casa, una amalgama de tonalidades cárdenas… La morfología fue victorino puro pero por dentro fue corrida vacía, sin romper, sin empuje, descastada. En la memoria, como Patón, también Victorino Martín Andrés, que solía ver su corrida en una barrera con aquella sonrisa generosa y dorada tras tantas tardes aclamado y venerado. Hoy no hubiera sonreído el mítico ganadero.
Hubo una ovación torera y sentida a los actuantes. Luego se regó la plaza a instancias de Paco Ramos, advirtió la megafonía. Muy deslucido fue el primero, manseó y no se empleó. Acortó el viaje, incierto, medía. Una prenda. Encima Eolo soplaba con fuerza. Todos los enemigos del torero sobre el tapete. Hubo una serie meritoria con la izquierda. Demasiado tiempo anduvo el castellonense con su oponente extremeño.
Bajo y bien hecho el tercero. Clara la capa ceniza. Bien Josele en su última brega. Paco Ramos le brindó el toro en la tarde de la despedida del torero de plata castellonense. Dormidito embistió el de Las Tiesas, muchas veces desentendiéndose. Sin maldad, sin aparente emoción. Fácil muleteó Paco Ramos, quizá demasiado. Lo pasó mal con el verduguillo.
El quinto fue ovacionado de salida. Descarado, veleto, más ofensivo. Pero sin romper. Manejable, que es lo peor que se puede decir de un toro con este hierro. Y aplomado. Unos dirán son, que también; otros podremos decir falta de casta. Más centrado Paco Ramos, más resolutivo. Tiene mucho mérito matar tres toros de Victorino sin apenas torear. Y más hacerlo con una rodilla maltrecha tras una lesión producida recientemente en el campo.
A Borja Jiménez -con buen criterio el presidente Oliver- le echaron el toro del debut al corral. Descoordinado. Salió el sobrero. El de Valdefresno, manseó, con la cara alta, suelto por todos los tercios, hizo sonar el estribo. Borja le enjaretó varias chicuelinas garbosas en el recibo. Trató el sevillano de fijarlo y pulirle defectos por abajo en el prólogo. Y le robó varios derechazos de excelente dibujo. Calamocheaba el atanasio. Faena variada y de buen gusto. De hermosa factura los pases de pecho. Acabó con luquecinas.
El cuarto salió con pies. Y humillando tela. Mucho ímpetu y poco son. Bien lo recogió Borja, que luego brindó al maestro Soro en la meseta de toriles. El Soro cortó cuatro orejas en su debut en Castellón. Aquélla revolución. Se pegó un arrimón tras explorar que hacer el toreo con aquel pozo seco de bravura era una quimera.
El sexto, negro, permitió a Borja estirarse a la verónica. Abrochó con una revolera mirando al tendido que la hubiera podido firmar Espartaco en los 80. Brindó Jiménez a Ramos. Se esforzó el sevillano para arrancar la oreja que valía una puerta grande. Y lo logró. Decepcionante “victorinada”.