FESTEJO DE LA PALOMA
Puntúa Francisco de Manuel y Álvaro Lorenzo se reivindica de nuevo en Las Ventas
El diestro madrileño corta una oreja al sexto toro de Fuente Ymbro y el toledano da una vuelta al ruedo tras lidiar al segundo.
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Día de la Virgen de la Paloma. Día de toros y calor en Madrid para aficionados cabales que por esta fecha se asoman a la plaza de Las Ventas. Pocos, bien es verdad. La empresa Plaza 1 buscó una terna de toreros jóvenes que llegaban a Madrid con distintas urgencias.
Álvaro Lorenzo, sin apoderado, pero con el marchamo de haber tocado pelo en Sevilla y haber dado una vuelta en San Isidro; un Amor Rodríguez que por fin confirmaba después de su alternativa en 2019 y Francisco de Manuel, que sin destacar en el ciclo isidril, buscaba crédito tras su puerta grande el pasado otoño en esta plaza.
No se rompió la cabeza la empresa en el plano ganadero. Fuente Ymbro, una más... ya hemos perdido la cuenta de corridas y novilladadas lidiadas en Madrid por Ricardo Gallardo en estos dos últimos años.
La faena de más y mejor sello la firmó Álvaro Lorenzo en el segundo, el toro que mayor clase sacó en el último tercio. Faena de elegantes maneras y gran temple, en la que el toledano toreó de manera despaciosa y ajustada por ambos pitones. Llegó mucho al tendido su quehacer. La espada viajó desprendida y por ahí se entiende que el palco no atendiese la mayoritaria petición de oreja que hubo. La vuelta al ruedo, unánime, aquilató la notable faena de Lorenzo.
No tuvo material en cuarto lugar para haber podido redondear su actuación. El de Fuente Ymbro, de 620 kilos, se movió sin maldad pero también sin mucha entrega. Hubo algún muletazo de buen trazo, pero faltó ligazón y sobró sosería en los viajes de su oponente.
La oreja la paseó Francisco de Manuel en el sexto, un animal de imponente presencia y juego cambiante. De primeras, el toro protestaba y lanzaba hachazos al engaño. Muy firme el madrileño, que aplicó temple para ir haciendo embestir con mejor estilo al toro del hierro gaditano. Lo mejor llegó al natural. Con ese punto de envaramiento que tiene el toreo de Francisco, pero muy comprometido y entregado. Y un final genuflexo que elevó la nota media del trasteo. Una estocada eficaz le puso en bandeja el trofeo que le mantiene en la pelea por meter cabeza en carteles y ferias.
Antes, su primero fue un astado muy deslucido que tiró pronto de freno de mano y con el que Francisco de Manuel poco pudo hacer y decir.
Amor Rodriguez vino a confirmar con un toro de Fuente Ymbro y tuvo que hacerlo con un sobrero de Alcurrucén tan serio como falto de raza y fortaleza. El de Torrejón de Ardoz estuvo dispuesto y firmó algún natural de porte clásico dentro de un conjunto que no llegó a ningún puerto.
Con el quinto, que había herido de gravedad a su subalterno Raúl Mateos, poco pudo hacer Amor. El de Ricardo Gallardo pasó sin humillar y sin ninguna clase. Asentado, robó algún redondo limpio y bien trazado. Pero la faena nunca rompió.
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