MADRID
Tarde de solidaridad y buen toreo con la terna a hombros en Torrejón de Ardoz
El festejo a beneficio de 'La sonrisa de María' dejó la salida a hombros de Alejandro Talavante, Gonzalo Caballero y Pablo Aguado.
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Tarde de emociones, de solidaridad y de buen toreo en Torrejón de Ardoz. La lucha de la pequeña María congrego a buen puñado de aficionados que casi llenaron el coso de la localidad madrileña, que disfrutaron de tres toreros que pusieron todo de su parte pese a la escasa raza de la corrida de Zalduendo.
Abrió plaza un notable ejemplar del hierro extremeño que cantó su buena condición desde que Talavante se abrió de capote. Clase, humillación y repetición en unas embestidas que toreó a placer el diestro. Acompasado, templado, profundo... Talavante se explayó en una faena medida y rotunda que coronó de una buena estocada para cortar las dos orejas.
Con el cuarto, más agarrado al piso, el extremeño puso mucho de su parte para sacar agua de un pozo vacío de casta. Otro espadazo dio paso a la concesión de un nuevo trofeo.
Reaparecía Gonzalo Caballero tras su percance el pasado junio en Alba de Tormes. El madrileño, alma máter de este festejo, cuajó una primera faena entregada ante un astado que echó pronto la persiana. Paseó un trofeo.
Caballero se superó en el quinto, un ejemplar de Zalduendo con más movilidad que entrega, pero que le sirvió para levantar un trasteo de intensidad creciente en la que hubo temple y ligazón. Además, el conjunto estuvo coronado de un soberbio espadazo al segundo intento. Las dos orejas premiaron lo realizado y las paseó con María en una estampa emocionante.
Pablo Aguado vio como su primero era devuelto por su manifiesta endeblez. El sobrero, también de Zalduendo, permitió al sevillano torear con empaque y compás con el capote. Hasta dos quites le sopló Pablo al toro, que llegó medido de gas y poder al tercio de muleta. Aun así, hubo detalles muy toreros y con gran gusto en un conjunto que fue premiado con el doble trofeo.
Con el sexto, muy apagado, Aguado solo pudo lucir en un buen saludo a la verónica. Meciendo los brazos y toreando en un palmo de terreno, los tendidos ovacionaron con fuerza el toreo de capote del sevillano. Después, el toro se vino pronto abajo y solo hubo detalles por parte del torero.