4ª FERIA DE ALBACETE

Ureña, torero y triunfo de Albacete

Naufragio ganadero sin paliativos de Juan Pedro. Morante deja destellos y Juan Ortega se estrella con un lote infumable.

Paco Ureña entrando a matar de forma arriesgada este sábado en Albacete

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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El trapío del ganado lidiado en la plaza manchega sigue bajando peldaños. No es de recibo que se lidie un encierro impropio de la categoría que ostenta Albacete porque estas corridas restan prestigio a manos llenas. Naufragio ganadero de Juan Pedro, además sin paliativos. La categoría sigue cuesta abajo a la espera de que alguien le ponga freno. En lo referido a la terna, Ureña cortó un apéndice a cada uno de los de su lote, evidenciándose que Albacete quería el triunfo de su ya torero de adopción a toda costa. Morante dejó destellos de su buen momento mientras que Juan Ortega se las vio con un un lote infranqueable.

Ya en el desarrollo del festejo, Morante se encontró de primeras con el astado Trompeta-220, que mostró su justa presencia y mermada condición en el recibo capotero. Se marcó la vara inicialmente para alargar la suerte sin brillantez ni emoción y mostrar una invalidez manifiesta y mantenida que provocó la lógica y necesaria devolución a corrales. Salió como primero bis Afrancedaso-16 de Conde de Mayalde que sabía la lección por no rematar en burladeros y además carecía de la fuerza necesaria para extraer algo tangible. La vara fue un boceto de castigo para seguir quedándonos con un inicio sin fuerza ni casta por parte del toro y un diestro que propone y la flojedad descompone. Se vieron varios detalles sueltos de orfebrería cuidada en un mar de descaste y vulgaridad por parte del astado de Mayalde. Faena de altibajos con altos muy notables y bajos de cochera en el menos 1. Mató de estocada baja y cinco golpes de puntillero, quedando diluida una actuación sincera de José Antonio.

Al cuarto, Pantonino-99, Morante le dio dos verónicas de un gusto soberbio y otras tantas más de una normalidad casi vulgar. El toro cuñó la suerte en varas porque no tuvo el mínimo atisbo de emplearse para después pasar por allí en las chicuelinas voluntariosas del de La Puebla. Porque en la muleta, el barroco diestro lo siguió intentando por activa y por pasiva, siendo la activa el esfuerzo del torero mientras que la pasiva fue el descaste manifiesto y blando comportamiento del de Domecq. Con la espada, mató de metisaca y media desprendida con descabello. En busca de la bravura perdida podría llamarse la película.

Como segundo, Hablador-194 , que fue picado -es un decir- en terrenos del 6, con la cara alta y sin apretar las cuerdas el piquero. Ureña lo citó con gaoneras a pies juntos, con susto final intermedio para, a continuación, repetir la suerte con evidente mejor fortuna y resultado. Tras el trámite de banderillas, Paco comenzó por estatuarios y tres trincheras de buen aire que centraron al respetable para dejar una serie a derechas bien asentado y firme. Sumó una más en redondo con ligazón que elevó el conjunto. continuando con otra en las cercanías aprovechando el viaje y la inercia para cambiar a la zurda despegado y con toques de muleta. Se fue a por la espada mientras el toro seguía escarbando para, tras un cambio de mano y dos naturales, tirarse encima perdiendo la muleta y cobrando una estocada trasera y caída que le valió una oreja de insistencia y con claro sabor local.

Por su parte, Neurasténico-72, lidiado en quinto lugar, se movió en el acelerado capote de Ureña en las verónicas iniciales. Entró presto al peto y se durmió en un puyazo marcado que duró lo que un miguelito en noche de Feria. Y también se cayó en varias ocasiones antes de escarbar en banderillas y seguir perdiendo manos continuamente debido a su invalidez. Tras un galope mortecino en los palos, Paco se puso y citó de rodillas en los medios pero el derrumbe del toro impidió lograr algo destacable. En pie, Ureña se puso y dispuso, sobre todo al natural, robándole pases por obstinación e insistencia, con alguno notable. Siguió a derechas a media altura, tampoco sin cruce, todo ya venido a menos, retornando al final a la zurda y metiendo riñones para dejar varios naturales de esos que salen a medias y dejar luego un pinchazo sin soltar y volcarse en una estocada trasera y tendida con desarme que le sirvió para sumar una nueva oreja y lograr el triunfo y, hoy sí, la salida a hombros.. Repetimos, toreaba en casa y eso, a la fuerza, se tenía que notar.

En lo referente a Juan, en tercer lugar saltó al ruedo Jergoso-160, al que Ortega lanceó a la verónica con reposo mientras todo el mundo vio pasar sin nada que destacar los tercios de varas y banderillas hasta que el coletudo cogió la muleta con una esperanza casi ingenua que se fue diluyendo entre los gañafones por alto y blandeos con derrumbes por bajo del toro. Pinchó soltando y dejó una estocada desprendida para terminar con el tedio. El que completaba el sextete, de nombre Polvorilla-111, no se empleó en los inicios y dejó la cara muy alta en la montura, siendo picado en subterfugio. Se dolió en banderillas ostensiblemente y se agradeció sobremanera que Ortega abreviase ante el infumable capítulo final.

Albacete, sábado 11 de septiembre de 2021. 4ª de Feria. Lleno aparente sobre el aforo permitido.

Cnco toros de

y uno del

(1º bis). Muy justos y mal presentados, mansos y descastados, varios muy flojos y otros rozando la invalidez.

Morante de la Puebla, saludos y saludos.

Paco Ureña, oreja y oreja.

Juan Ortega, silencio y silencio.

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