Atento: hueles a anciano y no lo sabes

El olor que identifica a las personas mayores no es una percepción subjetiva: la ciencia confirma que existe.

Transformación de un joven que será así de anciano

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

4 min lectura

No es una novedad que cada edad tiene su olor. Cuando coges en brazos a un bebé sientes esa esencia especial como a nube, a algodón sin necesidad de que lleve puesta ninguna colonia infantil. A todos se nos escapa la expresión:- ¡Huele a bebé!

La adolescencia también tiene su aroma y no especialmente bueno. El despertar de las hormonas también es a nivel hedor y es el momento de empezar a manejar con productos químicos esa rémora del ser humano. Seguimos cumpliendo años y seguimos avanzando en nuestros olores. Al llegar a la senectud, no solo nos delatan las manos, el cuello o la caída de los pómulos. Los ancianos tienen un olor peculiar. Olor que se debe a la edad como ha confirmado la química. 

El químico 

 del 

 asegura que cada edad tiene su olor especial y lo ha demostrado con un estudio,

 realizado con medio centenar de voluntarios divididos en tres subgrupos: 8 mujeres y 8 hombres de entre 20 y 30 años; 8 hombres y 8 mujeres de entre 45 y 55 años, lo que podríamos llamar edad media y seis parejas de ancianos de  entre  75 y 95 años.

Todos los voluntarios durmieron cinco noches consecutivas con la misma camiseta, una prenda especial que  tenía un absorbente especial en la parte de la axila. Por el día las camisetas se guardaban en bolsas de plástico selladas. Además tuvieron que seguir un régimen estricto de comidas evitando los picantes, el tabaco, el alcohol y debían emplear para asearse un jabón y  champú neutros para evitar la mezcla de fragancias y se respetara el auténtico olor corporal de cada uno.

Los voluntarios durmieron cinco noches consecutivas con la misma camiseta

Los voluntarios durmieron cinco noches consecutivas con la misma camiseta

A la quinta noche el equipo del profesor  Lundström recortó los receptores odoríferos de las camisetas y las colocó en recipientes.  Un grupo de 41 jóvenes, también voluntarios fueron seleccionados para llevar a cabo una cata a ciegas. Debían aspirar el olor que emanaba de cada uno de los recipientes y valorar la intensidad y calificar como agradable o desagradable del aroma percibido. Por último debían indicar si creían que el olor era de una persona joven o anciana.

Resultados sorprendentes

La mayoría de los voluntarios coincidió en que el olor perteneciente al primer grupo de más edad era el menos intenso y a la vez el menos desagradable en comparación con los olores de los grupos de jóvenes y de mediana edad. El de las mujeres de mediana edad era el más agradable y el más intenso y  calificaron como olor desagradable el de los hombres jóvenes (volvemos a las hormonas).

En lo que todos coincidieron fue en identificar la avanzada edad de la muestra olorosa. Los voluntarios reconocieron en casi todos los casos, el olor procedente del grupo de mayor edad, algunos de manera instantánea. Esto no significa que lo identificaran con un olor desagradable.

"El olor del grupo de más edad no era el más intenso ni el más desagradable"

Lundström explica que esto se debe al descenso de la actividad de las personas según se va haciendo mayor. La decrepitud celular se manifiesta también en el terreno olfativo, "en los seres humanos, un único 'olor a persona vieja' es reconocido en todas las culturas Este fenómeno es tan reconocido en Japón que hay una palabra especial para describir este olor, kareishū".

"Las personas mayores tienen un olor perceptible en las axilas que las personas más jóvenes consideran bastante neutral y no muy desagradable", asegura el profesor Lundström,  “esto fue sorprendente, dada la concepción popular del olor de la vejez como desagradable. Sin embargo, es posible que otras fuentes de olores corporales, como la piel o la respiración, puedan tener diferentes cualidades ".

El olor a 'PERSONA VIEJA' comienza a partir de los 30

Estudios recientes también han llegado a la conclusión de que el problema del olor a viejo comienza a partir de los 30-40 años. A partir de la década de los 30 y especial cuando entras en la década de los 40 hay cambios hormonales que traen como consecuencia un aumento en la producción de lípidos en la superficie de la piel, algo que coincide con la reducción también progresiva de la capacidad antioxidante de nuestro organismo.

Cambios que puede que no percibamos a nivel olfativo ya que el ser humano en ese deterioro también va perdiendo capacidad de captar ciertos olores. Según vamos avanzando en edad también vamos perdiendo algunas propiedades que nos adornaban de jóvenes como es la pérdida  significativa de percepción de olores que se agudiza mucho a partir de los 70 años.

Investigadores de la Universidad de Chicago han identificado cinco olores que si una persona anciana los deja de percibir significan que le quedan pocos años de vida: el olor a rosas, naranja, cuero, pescado y menta. El 40% de los ancianos que no pudieron identificar esos sencillos olores murió durante los siguientes cinco años tras realizar el estudio. La Journal of American Geriatrics Society  siguió durante cinco años la evolución de casi 3.000 adultos de entre 57 y 85 años de EE.UU. a los que se sometió a un test para evaluar su capacidad olfativa. De todos ellos, la gran mayoría de los que no habían logrado reconocer ningún olor fueron diagnosticados con demencia. Asimismo, el 80% de los que aportaron hasta dos respuestas correctas también desarrolló la enfermedad, advirtiéndose una relación entre el grado de disminución del sentido del olfato y la incidencia de esta patología.

*FUENTE: Estudio del profesor Johan Lundström del Centro Monell

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