Los fallos imperdonables que cometes al hacer bizcocho casero y que pueden agriar tu desayuno

Estos son algunos de los errores en los que incurres mientras elaboras este clásico gastronómico

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

3 min lectura

Es una de las recetas por excelencia en nuestro país y más fáciles de llevar a cabo. El primer motivo de esta premisa es por los escasos ingredientes que necesitamos para obtener nuestro bizcocho y después , por los pocos pasos que lleva la receta. ¿Verdad que tienes en tu mente el recuerdo de tu madre o de tu abuela en los fogones, intentando crear el bizcocho perfecto?. Sin embargo, debes estar muy pendiente porque el más mínimo detalle puede estropear tu postre y tener que tirarlo a la basura. Y eso no es lo que queremos.

La palabra bizcocho proviene del latín “bis coctus” que significa cocido dos veces. Se trata de una elaboración con muchísima historia detrás, pues nos encontramos antecedentes en la tumba de Ramsés III de Tebas, que data del siglo X a.C. Son innumerables los tipos: mantecadas, sobaos, soletillas, bizcotelas. Sin embargo, en COPE.es vamos a proporcionarte la receta de un clásico: el bizcocho de limón.

Componentes para hacer un bizcocho casero de limón

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3 huevos

1 yogur de limón

1 vasito pequeño de aceite de oliva

2 vasitos de azúcar blanco

3 vasos de harina de trigo común

1 sobre de levadura química

1 ralladura de limón

3 gramos de sal

Elaboración idónea

Lo perfecto es que mezcles primero los huevos con el azúcar y posteriormente agregues todos los ingredientes con la mayor cautela posible, dada la diferencia de texturas que nos encontramos en los diferentes componentes. El tiempo recomendado una vez lo tengas todo integrado es el siguiente: 180 grados durante cuarenta minutos. No obstante, vigílalo constantemente pues cada horno como sabrás es un mundo.

Es muy importante que lo “saques” del molde que has seleccionado con cuidado pues un mínimo descuido puede hacer que lo desmontes inadecuadamente y no quede presentable ante tus comensales. Y sí, te lo estarás preguntando pero es verdad. Es cierto el dicho que asegura que “se come también por los ojos”

Los fallos en los que puedes incurrir y no te das cuenta de ello

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1. Excederse con la cantidad de harina. Si hay algo en lo que debemos tener precaución es con la medida en la repostería. Tiene una razón muy evidente: si te pasas con la harina el bizcocho puede crecer de manera irregular.

2. Mezclar los ingredientes fríos. NUNCA debes mezclarlos nada más sacarlos del frigorífico. Hazlo a temperatura ambiente, así el sabor permanecerá más intacto

3. No integres rápidamente todos los ingredientes. Sin prisa pero sin pausa. Si mezclas rápido tanto la harina como la levadura… pueden salir grumos y convertirse tu receta en un auténtico desastre que recordarás siempre.

4. El horno, a su temperatura perfecta. Esta es una de las claves para que tu bizcocho se cocine perfectamente tanto en su exterior como en su interior. El calor que desprende el horno debe ser el justo. De lo contrario, podrías obtener un postre irregular, con grietas o demasiado duro en los bordes. Y no queremos eso.

5. Emplea las varillas siempre que puedas. Merece la pena que te gastes un poquito de dinero en este instrumento ya que te ayudará a obtener el mejor resultado posible.

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