Primo hermano del ébola y causante de uno de los mayores brotes: lo que tienes que saber del virus de Marburgo

En 1988, la URSS experimentaba con este virus para utilizarlo como arma biológica. El Marburgo fue descubierto en 1967 por un brote que surgió en Alemania y Serbia

Raquel Pérez Polo

Madrid - Publicado el - Actualizado

8 min lectura

No hay tregua. No la hay ahora ni la ha habido a lo largo de la historia. Los virus no descansan. Se reproducen sin darnos tiempo a recuperarnos. Cuando estamos en el cuarto año de la pandemia por el COVID-19, que no ha terminado, como insiste la Organización Mundial de la Salud, sino que va a seguir evolucionando y tendremos que aprender a convivir con él, porque de momento el virus del SARS-CoV-2 no tiene un patrón de evolución estable, nos surgen nuevas preocupaciones.

El covid quizá sea, en este momento, el virus más "famoso" a nivel mundial, pero no es el único que circula por la Tierra y complica la vida humana. Si echamos un ojo a la página de la OMS sobre brotes de enfermedades nos encontramos que acaba de resurgir el sarampión en Paraguay; hay gripe aviar en Ecuador; viruela símica -ahora denominada mpox-, en 30 países repartidos por los cinco continentes; ébolavirus en Sudán y Uganda y fiebre amarilla en 13 países de África - sin pasar por alto el cólera, la escarlatina o el dengue que siguen activos por distintas partes del planeta-. Y si todo esto fuera poco, la OMS se acaba de reunir de urgencia para valorar el brote de Marburgo en Guinea Ecuatorial, en la provincia de Kié-Ntem, al oeste de la parte continental del país africano, fronteriza con Camerún y Gabón.

Las cifras no parecen alarmantes: 9 muertos y 16 casos sospechosos. Pero si el organismo internacional lo trata con urgencia es porque no hay vacuna ni tratamiento específico para esta enfermedad, un virus gemelo al del ébola, que en África ha causado la muerte de más de 3.500 personas en otros brotes que se han producido anteriormente en Ghana, Guinea, Angola, la República Democrática del Congo, Kenia, Sudáfrica y Uganda.

¿Qué es el virus de Marburgo?

El virus de Marburgo es un organismo prácticamente "gemelo", pero a la vez distinto, al virus del Ébola; ambos ocasionan enfermedades con características clínicas similares porque pertenecen a la familia Filoviridae, es decir, son filovirus productores de hemorragias e insuficiencia multiorgánica y su mortalidad es elevada.

El Marburgo empieza bruscamente, "con fiebre elevada, cefalea intensa, gran malestar y dolores musculares. Al tercer día pueden aparecer diarrea acuosa intensa, dolor y cólicos abdominales, náuseas y vómitos. La diarrea puede persistir una semana. En esta fase, los pacientes presentan «aspecto de fantasma» debido al hundimiento de los ojos, la inexpresividad facial y el letargo extremo, describe la Organización Mundial de la Salud.

La OMS estudia facilitar a Guinea Ecuatorial tratamientos experimentales contra el virus de Marburgo

Virus de Marburgo

La mayoría de los enfermos tienen manifestaciones hemorrágicas graves al quinto día del contagio y en los casos mortales "suelen presentar alguna forma de hemorragia, a menudo, en varios órganos. La presencia de sangre fresca en vómitos y heces, suele acompañarse de sangrado por la nariz, las encías y la vagina. La afectación del sistema nervioso central puede producir confusión, irritabilidad y agresividad. En los casos mortales, el óbito suele producirse a los 8 o 9 días del inicio de los síntomas y se suele preceder de grandes pérdidas de sangre".

La letalidad de la enfermedad por virus de Marburgo es de hasta el 88 %, subraya la OMS, pero podría ser mucho menor si se atendiera debidamente a los pacientes. Se identificó por vez primera en 1967 tras registrarse simultáneamente brotes en las localidades alemanas de Marburgo y Frankfurt y en Belgrado (Serbia).

Origen animal: murciélagos Rousettus y los monos verdes africanos

El Marburgo se transmite al hombre a través de los murciélagos rousettus que pertenecen a la familia de los pteropodidae que, además de grandes, son frugívoros porque se alimentan de frutas, pero también hay casos de transmisión a través de monos verdes africanos, los ercopithecus aethiops, que viven en amplias zonas de África.

Los murciélagos Rousettus son considerados origen del virus Marburgo

Los grandes brotes que ocurrieron simultáneamente en Marburgo, Frankfurt y Belgrado en 1967 -que permitieron identificar la enfermedad por vez primera-, se asociaron a experimentos en laboratorios con monos verdes africanos importados de Uganda. En 2008, se identificaron dos casos, independientes, en viajeros que habían visitado una cueva habitada por colonias de murciélagos Rousettus en Uganda.

Los brotes de Marburgo, Frankfurt y Belgrado en 1967 surgieron en experimentos con monos verdes

Transmisión entre personas

Los brotes y distintos casos surgidos en Angola, Kenya, la República Democrática del Congo, Sudáfrica y Uganda en los últimos años se deben, dice la OMS, "a la estancia prolongada en minas o cuevas habitadas por colonias de murciélagos Rousettus".

Una vez infectado, la transmisión entre personas ocurre por contacto directo de la piel lesionada o las mucosas con sangre, secreciones, órganos u otros líquidos corporales de personas infectadas, así como con superficies y materiales contaminados con dichos líquidos, como ropa personal o de cama.

El mantener contacto con un infectado sin las debidas precauciones de protección lleva al contagio. El manejo de muestras de los enfermos expone a un riesgo muy alto y las pruebas analíticas de muestras no inactivadas deben realizarse en condiciones de máxima biocontención; por ello, el personal sanitario debe tener mucha precaución con los materiales como agujas contaminadas, ya que un pinchazo "se asocia a una mayor gravedad de la enfermedad, a un agravamiento más rápido y, posiblemente, a una mayor tasa de letalidad".

Se puede dar esta transmisión en las ceremonias funerarias en que los dolientes tienen contacto directo con el cuerpo del difunto. Precisamente, una de las medidas para contener los brotes consiste en "la inhumación rápida, digna y sin riesgos de los cadáveres"; además, identificar a las personas que hayan estado en contacto con algún infectado y hacer un seguimiento de ellas durante 21 días; aislar a los enfermos para no aumentar la propagación, atenderles y mantener una buena higiene y limpieza del entorno.

Aislar a los enfermos para no aumentar la propagación, atenderles y mantener una buena higiene

Diagnóstico, tratamientos y vacunas

El Ministerio de Salud de Guinea Ecuatorial, país en el que ha surgido este nuevo brote, está poniendo en marcha con la suprervisión de la OMS, posibles tratamientos experimentales contra el virus de Marburgo.

Por ahora, no hay tratamientos ni vacunas contra esta enfermedad, pero hay investigaciones de productos candidatos, según el director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, con los que Guinea va a poder "iniciar ensayos". De momento, en la reunión de urgencia de esta semana, la Organización Mundial de la Salud analizó las vacunas candidatas contra la enfermedad, ahora, un comité estará a cargo de identificar cuáles de ellas tendrán prioridad en futuras investigaciones y posibles ensayos clínicos.

Distinguir la Enfermedad del Virus de Marburgo de otras enfermedades infecciosas como el paludismo, la fiebre tifoidea, la shigelosis, la meningitis y otras fiebres hemorrágicas víricas, "puede ser difícil". Por ello, para confirmar que la causa de los síntomas es el virus de Marburgo se deben hacer: la prueba de inmunoadsorción enzimática (ELISA); pruebas de detección de antígenos; prueba de seroneutralización; reacción en cadena de la polimerasa con transcriptasa inversa (RT-PCR); microscopía electrónica; y aislamiento del virus en un cultivo celular.

Distinguir la Enfermedad del Virus de Marburgo de otras enfermedades infecciosas es difícil

El virus que la URSS convirtió en arma biológica

La Unión Soviética fabricó la variante U del virus de Marburgo -extremadamente letal en su forma aérea-, en 1988. ¿Por qué lo sabemos? Porque Ken Alibek, en realidad Anatjan Alivekov, científico ruso que dirigió la agencia de guerra biológica de la URSS fundada en la década de 1970, relató todos los detalles del programa soviético en un documento muy interesante: 'Biohazard: The Chilling True Story of the Largest Covert Biological Weapons Program in the World'.

La variante U, debe su nombre al virólogo soviético Nikolai Ustinov que falleció después de pincharse en un pulgar con una aguja que contenía el virus de Marburgo con el iba a inyectar a una cobaya para comprobar las cepas con las que estaba experimentando en aquel terrible proyecto llamado Biohazard. La mala suerte y el tropiezo de un ayudante, hizo que se pinchara, que el virus entrara en su cuerpo y la reacción fue inmediata: fiebre elevada, cefalea intensa, diarrea sin control, dolor y cólicos abdominales, náuseas y vómitos, y hemorragias de múltiples órganos. Cuatro días despues, Ustinov - que había sido aislado inmediatamente- tenía fuertes dolores de cabeza y los ojos rojos más pequeñas hemorragias.

Sabiendo que iba a morir, porque no había tratamiento y lo único que podría contrarrestar al virus era gamma globulina que tenía que haberse administrado en las primeras 24 horas y no tenían, Nikolai Ustinov decidió escribir todo lo que le iba ocurriendo. En las últimas páginas de ese diario, breve (el virólogo vivió 14 días desde que se infectó), había sangre coagulada, tuvo hemorragias a través de su piel en forma de estrella y llegó a sudar sangre directamente a través de los poros, algo jamás visto hasta ese momento.

Como contó después Ken Alibek (Anatjan Alivekov) y, ante la intención de hacer del virus de Marburgo un arma biológica, conservaron muestras de sangre, del hígado y del bazo de Ustinov (de ahí el nombre de la variante U). Comprobaron que la cepa resultante tras ser incubada por Ustinov durante 14 días había mutado siendo especialmente letal en su forma aérea, por lo que la mantuvieron viva.

Lo que no está tan claro es si la URSS la ha utilizado en algún momento. Según un informe del año 2000 del Centro Superior de Estudios de la Defensa Nacional español (Ceseden), la Unión Soviética podía fabricarlo en masa, pero nunca llegó a formar parte de su arsenal biológico, que sí estaba compuesto por viruela seca y antrax -creado precisamente por Ken Alibek o Anatjan Alibekov-, y que era más potente y letal.

Ken Alibek reconocía, años después, ya desde Estados Unidos, su responsabilidad: "Lamento decir que yo sugerí el virus de Marburgo como parte de la lista de armas biológicas que podrían ser utilizadas en guerras futuras".

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