¿Sabes que con 25ºC disminuyen las ganas de comida italiana? Así influye el tiempo en lo que comes
El tiempo afecta no solo a nuestro apetito, también en cómo comemos y en la elección del tipo de cocina
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Es difícil que con 40 grados nos apetezca comer una fabada o que cuando el termómetro está tiritando a nosotros nos apetezca tomar un granizado. La meteorología afecta inevitablemente a nuestro apetito y a lo que comemos, pero esta simbiosis va más allá del simple hecho de comer para entrar en calor o para quitarnos unos grados de encima.
De entrada, el tiempo "afecta a la agricultura y los cultivos, algo que tiene un impacto directo en la disponibilidad de alimentos que nos llevamos a la boca", explica a cope.es Mar Gómez, meteoróloga y doctora en Físicas de eltiempo.es. "Cuando factores de crecimiento como la lluvia y las temperaturas no ocurren como se esperaba, los cultivos no crecerán de manera óptima".
En este sentido, señala "sequías, olas de calor o ciclones tropicales pueden tener efectos negativos en nuestro sistema agrícola". "Las tormentas severas pueden causar erosión del suelo, las olas de calor pueden matar cultivos y los cambios de temperatura pueden aumentar la prevalencia de enfermedades de las plantas, plagas e incluso malas hierbas destructivas". ¿Y cómo se traduce en nuestra alimentación? "Puede afectar a que ciertos alimentos se den y, en última instancia, que lleguen hasta nuestro estómago".
ESTACIONALIDAD
Pero la estacionalidad también influye en lo que comemos. "Cuando hace calor, una alimentación saludable y una buena hidratación nos ayuda a termorregular nuestro organismo", algo especialemente importante en personas enfermas, ancianos y niños "ya que son más vulnerables al poder tener estos mecanismos de termorregulación alterados".
Los meses más cálidos nuestro organismo nos demanda más agua, por ello está presente en muchos platos frescos y ligeros como las ensaladas, sopas frías, gazpachos, salmorejos o en refrescantes frutas de temporada. De no proporcionarle este aporte extra, "podemos llegar a una deshidratación, con problemas de estreñimiento y gastrointestinales asociados. "El agua mantiene nuestro sistema en buen estado, lo que permite una digestión y un intestino saludable, que pueda estimular nuestro sistema inmunitario".
Por el contrario, en invierno apetecen platos calientes y contundentes y no solo para entrar en calor, también porque la sensación de hambre con el frío, "puede ser superior, al disminuir nuestra temperatura", señala la meteoróloga.
TIEMPO Y TIPO DE COMIDA
Con el buen tiempo el cuerpo nos pide terraza, es lógico, al igual que "con lluvia y altas temperaturas" seguramente prefiramos comer el interior de los restaurantes.
Pero esta influencia va más alla, afecta también al tipo de comida. Por ejemplo, según un estudio realizado en 2017 por El Tenedor "la elección de comida italiana parece disminuir drásticamente a partir de los 25ºC, no se consume tanto con calor excesivo".
Las características climáticas de cada región influyen también en los alimentos y bebidas que se consumen. "La Europa mediterránea es buena productora de vino, en la más atlántica se potencia la sidra y en la Europa central la cerveza".
En China, por ejemplo "se distinguen dos zonas básicas: al sur, el cultivo del arroz, y al norte, el del trigo, básicamente por sus características climáticas que ayudan a su producción", concluye Mar Gómez.