Patatas, naranjas o fresas..., esta es la llamativa diferencia entre los precios en origen y de venta
Cientos de agricultores se manifestaban esta semana para denunciar que la situación "límite" que sufren ante la falta de rentabilidad de sus productos
Madrid - Publicado el - Actualizado
2 min lectura
Cientos de agricultores se manifestaban esta semana para denunciar que la situación "límite" que sufren ante la falta de rentabilidad de sus productos. Entre otras peticiones como medidas para luchar contra la despoblación, o un sistema de seguros agrarios "más justo", reclamaban unos precios que les permitieran combatir los elevados costes de producción.
Uno de estos agricultores explicaba que los precios que recibe por la producción de cereales y aceite en su explotación madrileña son de "hace 30 años" mientras que sus costes se han "multiplicado por tres" en los últimos años. De hecho había decidido no recoger la aceituna en esta campaña de aceite para evitar más pérdidas. Calculaba que este 2019 obtuvo una media de 30 euros por hectárea, lo que a su juicio es "insostenible".
Nadie duda de la importancia estratégica de este sector, el problema está en que los consumidores no pagan baratos los productos y ven que cada año llenar la cesta de la compra les cuesta un poco más.
Según señala esta organización "muchos apuntan a los elevados costes de los servicios de los intermediarios entre el agricultor y el consumidor final: transporte, almacenamiento, distribución, comercialización que en productos de uso común como las patatas o las naranjas, la diferencia asciende hasta el 500%", como revelan los datos del IPOD de enero de 2020 publicado por COAG.
En el siguiente cuadro se puede ver que la diferencia entre varios alimentos de uso frencuente. Por ejemplo, el kilo de patatas en origen es de 0,17 centímos mientras que por él llegamos a pagar hasta 1,25 euros. La naranja con un precio de origen de 0,25 céntimos, llega al consumidor con un incremento de más del 500%, 1,60 euros. El plátano pasa de 0,51 a venderse en el mercado por 2,17 el kilo, el tomate de 0,55 a 1,99 o la fresa de 2,49 a 7,57 el kilo.
En su opinión, las soluciones pasarían por un aumento del consumo de productos locales, que se incorpore el origen de los alimentos en las etiquetas o por una mayor transparencia sobre el reparto de costes en toda la cadena alimentaria.
Una reciente encuesta de OCU sobre hábitos de consumo de alimentacion revelaba que: el 82% de encuestados cree necesario apoyar productos locales; el 73% afirma que compra sobre todo frutas y verdura de temporada; el precio de un producto es determinante para el 28% de los usuarios encuestados.