Por qué debes aburrirte en vacaciones
Luchamos contra esta sensación cuando deberíamos cultivarla y saber gestionarla
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Por mucho que querramos disfrutar y exprimir al máximo las horas de cada día de vacaciones, siempre hay tiempo en el que invitablemente nos puede vencer el aburrimiento.
Sin embargo aunque pensemos que aburrirse es algo tedioso y negativo, no es así. Muchos especialistas consideran que precisamente este estado de inactividad es el caldo de cultivo perfecto para dar rienda suelta a la imaginación y sembrar la semilla de la creatividad.
La razón es sencilla, cuando no tenemos nada satisfactorio y que nos entretrenga entre manos, nuestra mente hace que soñemos despiertos y que busquemos algún recurso. Es entonces cuando pueden surgir nuestras mejores ideas y proyectos. Es más, algunas de las grandes invenciones de nuestro tiempo se han gestado en esos momentos relajación.
EL LADO POSITIVO
La psicóloga, Sandi Mann sostiene en su libro 'El arte de saber aburrirse' (editorial Plataforma) que "existe un lado positivo del aburrimiento, y que este puede ser un catalizador para el humor, la diversión, la reflexión, la creatividad y la inspiración". Es más, afirma que la solución al “problema del aburrimiento es potenciarlo en lugar de evitarlo".
Por eso tiene claro que "deberíamos abrazar este estado de ánimo y valorar positivamente el tiempo de inactividad". Para ello debemos concedernos "periodos de tiempo alejados de la constante estimulación", de forma que podamos "enriquecer nuestra vida".
Sentir esta emoción nos permitirá además pasar un tiempo con nosotros mismos y conocernos mejor, lo que nos puede preparar para mejorar o cambiar nuestro rumbo vital y ayudarnos a tomar decisiones.
"MAMÁ, ME ABURRO"
Qué padre no está cansado de escuchar, sobre todo en verano, el mantra de nuestros hijos; 'me aburro'. En parte la culpa es nuestra. Por sistema bombardeamos su día a día con multitud de actividades programadas, con lo que cuando paramos en seco, sembramos el desconcierto ya que no tienen las herramientas necesarias para saber gestionar esas horas muertas. Controlar su entretenimiento en cada momento hará que se acostumbren a que se lo demos todo hecho y a que normalicen la idea de que deben de estar entretenidos para sentirse bien.
Hay que tener claro que aburrirse es bueno y normal, especialmente cuanto más joven se es. Es la forma de dejar que los más pequeños dispongan de un tiempo para que investiguen e inventen. Ademas, salir del aburrimiento implica un esfuerzo por su parte, con lo que también asumirán la idea de que si algo quieren, tienen que molestarse y poner de su parte para conseguirlo.
No hay que olvidar que los niños también necesitan tiempo para sí mismos ya que contribuirá a su bienestar emocional y a conocerse mejor.
Eso sí, para fomentar este aburrimiento 'productivo' resulta perfecto pasar tiempo al aire libre, en la naturaleza sin tener cerca la tentación de videoconsolas, móviles u otros aparatos que ofrecen un entretenimiento sin esfuerzo.
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LA IMPORTANCIA DEL BOSTEZO
Muchos expertos coinciden en que con el aburrimiento ayudamos a oxigenar el cerebro. De esta manera le ayudaremos a pasar un buen rato sin consumir tanta energía.
Y muy ligado al aburrimiento está el bostezo, un gesto que nos ayuda a relajar los músculos de la cara, a facilitar la concentración, a rebajar la ansiedad y a mejorar nuestra memoria.
Pero el aburrimiento puede tener también su lado oscuro, es lo que se conoce como aburrimiento negativo, aquel que se prolonga en el tiempo lo que puede favorecer una situación de estrés o ansiedad. En estos casos lo mejor es consultar con un especialista.