¿Quieres ser más feliz? Prueba a repetir esta frase cada día
La psicóloga Miriam Llantada explica las claves para conseguir ser guapos por dentro y felices por fuera
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Encontrar el estado deseable que nos permita ser guapos por dentro y felices por fuera, no parece a priori muy sencillo. En la búsqueda de este bienestar entran en juego demasiadas variables, cuerpo, mente, emociones y también las relaciones personales.
“Durante mis años de facultad, de especialización, y también como divulgadora a través de mi canal de Youtube, vi con claridad, que muchas personas, estaban en un proceso de búsqueda del bienestar", explica la psicóloga Miriam Llantada autora del libro 'Guapa por dentro, feliz por fuera' (Ediciones Grijalbo). "A veces lo buscaban a través de la psicología y otras tratando de sentirse más bellas".
Sabemos cómo vivir la vida desde un lugar más auténtico, pero lo difícil resulta ponerlo en práctica. Quizás la clave esté precisamente en eso, en saber 'ponerse guapa por dentro para estar feliz por fuera'. "Es una aventura interior que nos permite descubrir los secretos del bienestar. Sentirse guapa por dentro es un término muy amplio, que implica sentirse bien con lo que una es. Feliz por fuera hace referencia a la alegría, la expansión y la plenitud que es palpable desde fuera cuando alguien vive la vida desde un estado de bienestar", aclara a COPE Miriam Llantada.
Para conseguir este estado deberíamos conjugar varios factores "trabajar nuestros traumas, respirar de manera consciente, bailar, alimentarnos y dormir bien, meditar, hacer yoga y estar en contacto con nuestros seres queridos".
LAS COMPRAS, ¿AYUDAN?
¿Quién no ha recurrido a las compras en un momento bajo? "Comprar cosas que necesitamos y nos gustan, puede formar parte del 'autoamor', autocuidado y del disfrute, de esta forma podemos cuidar a nuestra 'niña interior' mimándonos y dándonos cosas que nos faltaron o que hoy en día nos gustan".
Pero la parte "sana" de las compras, tiene otra cara que no lo es tanto. "Podemos caer en las compras compulsivas o adictivas, que la persona usa para sentirse bien. Es algo automático, no hecho desde el placer, sino para evitar un malestar, como ocurre con cualquier adición". En este caso, señala la especialista "hay que trabajar lo que hay detrás de esta compulsión, qué necesidades no cumplidas existen para poder satisfacerla de la manera adecuada a la vez que cambiar los circuitos mentales que fijan ese automatismo".
CUIDAR NUESTRO EXTERIOR
Cualquier pequeño cambio, ya sea interno o externo tiene en nosotros "una gran potencia transformadora". "Muchas veces lo importante no es el cambio en sí sino la simbología que pongamos en él". Es decir, si por ejemplo, aplicarnos una barra de labios roja, podría ser el principio de un cambio mucho mayor. Puede hacer que nos demos cuenta de necesidades que teníamos, descartemos prejuicios y exploremos partes de nuestra personalidad que tenemos olvidadas".
Para la psicóloga, la principal barrera mental que encontramos para no sentirnos bien con nosotros mismos son los "traumas del pasado no resueltos que han creado una serie de circuitos cerebrales automáticos que nos llevan a la insatisfacción".
¿Hay algún pensamiento que debamos desterrar para conseguir sentirnos mejor? "Cuando nos centramos en desterrar o eliminar algo, estamos en lucha y lo que hacemos es que prevalezca. Para que un pensamiento deje de molestarnos debemos aceptarlo, integrarlo. Si algo nos molesta es porque no lo aceptamos, hacerlo con alegría y humor, hará que lo integremos y no nos haga daño", explica Llantada.
"TODO ESTÁ BIEN"
Una pequeña ayuda en este recorrido serían los pensamientos positivos que pueden aportar su granito a la hora de mejorar nuestro día a día o hacernos sentir mejor ante un bache. ¿Cómo? Incluye esta frase en tu vocabulario: "todo está bien".
CONEXIÓN INTESTINO-MENTE
Las últimas investigaciones demuestran que la conexión entre ambos "es evidente". "Comer alimentos saludables llenos de vitaminas, minerales, fibra, nutrientes esenciales crean bienestar, nos hace sentir bien, mientras que las harinas refinadas que el cuerpo interpreta como azúcares, el azúcar en sí, etc, nos pueden llevar a sufrir o potenciar la ansiedad". Por otro lado frutas como las fresas, los arándanos, el kiwi, el tomate o verduras como el brócoli o la coliflor, nos ayudan a regular los niveles de cortisol", considerada como la hormona del estrés.