MEDIO AMBIENTE

Denuncian vertido de miles de litros de aguas fecales a playas de Melilla

La asociación Guelaya-Ecologistas en Acción, ha denunciado públicamente el vertido de miles de litros de aguas fecales en la playa de Melilla este sábado, después de que la ciudad registrara importantes lluvias que provocaron inundaciones en algunos barrios.

Agencia EFE

Publicado el - Actualizado

2 min lectura

La asociación Guelaya-Ecologistas en Acción, ha denunciado públicamente el vertido de miles de litros de aguas fecales en la playa de Melilla este sábado, después de que la ciudad registrara importantes lluvias que provocaron inundaciones en algunos barrios.

En una nota de prensa, Guelaya ha informado de que este vertido de aguas fecales en las playas de Melilla procede de la estación de bombeo de la desembocadura del río de Oro y se repite cada vez que llueve, si bien lamenta que nadie parece capaz de solucionarlo a pesar de sus graves consecuencias.

El anterior vertido, el que tuvo lugar en febrero, fue denunciado por Guelaya a la Dirección General de Costas y aún está sin respuesta, critica la entidad ecologista, que asegura que este nuevo incidente es especialmente grave porque inunda y contamina la totalidad de la zona de baño de las tres playas más importantes de Melilla.

Además, el vertido de fecales ha extendido su rastro por la arena de todas las playas en forma de lagunas de agua oscura y maloliente que dejan una capa negra en la arena conforme se van secando.

Guelaya sostiene que se puede saber si estos vertidos son tóxicos con solo observar la desembocadura en los próximos días, ya que mientras persisten las aguas oscuras en el estuario desaparece todo rastro de vida y lo único que sobrevive son las larvas de mosquitos, que se desarrollan en su particular paraíso tóxico sin ningún enemigo que pueda acabar con ellas.

Asimismo, considera un despropósito que se pierdan por una alcantarilla previa a la desembocadura las aguas claras provenientes del río, que son las únicas que van purificando poco a poco el estuario y hacen que vuelvan las aves y anfibios que devoran estos mosquitos.

Ello, a juicio de Guelaya, ejemplifica el desastre de gestión del tramo urbano del río que han realizado todas las administraciones hasta ahora.