MAR MENOR

Oceanografía sigue alertando de inestabilidad y desequilibrio en el Mar Menor

El Instituto Español de Oceanografía (IEO) sigue alertando en su último informe, cuyas mediciones más recientes son del 24 de abril pasado, de que el Mar Menor sigue manteniendo un estado significativamente alterado e inestable y que todavía no ha alcanzado un equilibrio mínimamente resiliente que le permita amortiguar fenómenos adversos.

Agencia EFE

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El Instituto Español de Oceanografía (IEO) sigue alertando en su último informe, cuyas mediciones más recientes son del 24 de abril pasado, de que el Mar Menor sigue manteniendo un estado significativamente alterado e inestable y que todavía no ha alcanzado un equilibrio mínimamente resiliente que le permita amortiguar fenómenos adversos.

Así se afirma literalmente en el documento del organismo del Consejo Superior de Investigaciones Científicas que ha sido presentado este viernes en la reunión por videoconferencia entre el secretario de Estado de Medio Ambiente, Hugo Morán, y el consejero murciano del ramo, Juan María Vázquez.

Ambos han acordado seguir dando pasos en la coordinación interadministrativa en distintos asuntos, entre ellos, la investigación y los órganos de seguimiento conjunto de las medidas que se están aplicando para revertir la crisis medioambiental de la albufera.

Según el IEO de la Región de Murcia, el estado del agua muestra en general una situación muy similar a la del anterior informe, de febrero de 2023, que constata que la temperatura media de la laguna se incrementa 2 grados centígrados en los últimos 30 años debido al aumento de olas de calor marinas, en especial desde 2014.

Su estado vulnerable y el exceso de nutrientes incrementa la probabilidad de superar umbrales de tolerancia en ciertas especies y desencadenar nuevos episodios disruptivos a corto y medio plazo, advierte.

Aún no se han recuperado los valores de salinidad medios considerados normales, lo que mantiene al Mar Menor susceptible a la aparición de algas oportunistas cuando hay entrada de agua dulce y dificulta el desarrollo de las especies nativas.

Se observan períodos de aguas muy transparentes en los últimos meses combinados con otros de turbidez que impiden la recuperación de las praderas del fondo, que no son capaces por ahora de colonizar las zonas de una profundidad superior a los 3 metros.

Como dato positivo, no se han apreciado síntomas de déficit de oxígeno críticos para el ecosistema lagunar.

Los crecientes valores de la acidez del agua (pH 8-8.6) entre 2016 y 2023 afectan la actividad fotosintética de la seba (Cymodocea Nodosa), dificultan la recuperación de la pradera extinta y sugieren la aparición de procesos de precipitación de carbonatos y cambios significativos del ecosistema lagunar aún por definir, concluyen los científicos.