48020, segundo cuarto premio vendido en el Centro Comercial Bonaire en Aldaia, epicentro de la tragedia de la DANA
El primero de los cuartos ha caído en el número que se ha vendido la mayoría en Madrid, con más de 50 series, y Guía de Isora (Tenerife) y Benidorm (Alicante), entre otras localidades.
Madrid - Publicado el - Actualizado
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Los números 77768 y 48020, han sido agraciado con los dos cuartos premios del sorteo de la Lotería de Navidad, dotado con 200.000 euros a la serie (20.000 euros al décimo).
El primero 77768 ha salido a las 9:58 horas y se ha vendido la mayoría en Madrid, con más de 50 series, y Guía de Isora (Tenerife) y Benidorm (Alicante), entre otras localidades.
El segundo cuarto, el 48.020, se ha vendido una serie, 200.000 euros, en la administración número 3 de Aldaia, en el Centro Comercial Bonaire, muy afectado por las inundaciones del 29 de octubre.
El segundo cuarto, un poco más perezoso ha salido alrededor de las 11:00 horas ha sido vendido entre otros lugares en el Centro Comercial Bonaire en Aldaia, epicentro de la tragedia de la DANA
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Un año más, la ilusión se reparte por distintos puntos de España y los agraciados que tengan en sus manos el 77768 podrán cobrar un buen pellizco por cada décimo. Este año, el sorteo se sigue con especial ilusión en aquellas zonas afectadas por la DANA, como Albacete y la Comunidad Valenciana.
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LAS TERMINACIONES MÁS Y MENOS PREMIADAS DE LA LOTERÍA DE NAVIDAD
El 5 es la terminación en la que más veces ha caído el Gordo de la Lotería de Navidad a lo largo de la historia del sorteo, un total de 32 veces.
Le siguen el 4 y el 6.
El 1 es la terminación en la que menos ocasiones ha tocado el Gordo. Le siguen el 2 y el 9 como las terminaciones menos afortunadas.
Las terminaciones de dos cifras más premiadas han sido: 85 (7en 7 ocasiones), el 56 (en 6 ocasiones), el 64 (en 5 ocasiones) y el 95, 58 y 40, que han sido premiados en cuatro ocasiones.
Y las terminaciones que nunca han tenido premio son: 09, 10, 21, 25, 31, 34, 41, 42, 43, 51, 54, 59, 67, 78 y 82.
La terminación 297 ha sido premiada en tres años diferentes.
La ciencia explica la razón por la que compras Lotería de Navidad todos los años: no es la esperanza de que te toque
Enric Soler, psicólogo experto de la Universitat Oberta de Catalunya, ofrece una respuesta a este enigma, basando su reflexión en varios factores psicológicos clave. Uno de los más relevantes es la presión social. Aunque el sorteo de la Lotería de Navidad tiene un componente de azar y emoción, muchos compran décimos no tanto por la esperanza de ganar, sino por las expectativas sociales de su entorno.
Familiares, amigos y compañeros de trabajo a menudo participan, y no hacerlo puede generar un malestar considerable, especialmente si alguno de ellos resulta afortunado. Esta presión sutil, pero persistente crea un impulso a sumarse al evento, no por el premio, sino por evitar sentirse excluido.
Además, el experto apunta a la "falacia del coste perdido", un sesgo cognitivo que lleva a las personas a seguir invirtiendo dinero, esperando recuperar lo perdido en intentos anteriores. Este tipo de mentalidad irracional, donde las personas insisten en seguir jugando aunque las probabilidades de éxito sigan siendo bajísimas, también explica en parte por qué tanta gente sigue comprando lotería año tras año, a pesar de que la experiencia pasada no garantice nada.
la razón por la que compras Lotería de Navidad
Esta falacia no solo afecta a aquellos que juegan regularmente, sino que también se refleja en situaciones donde la compra de lotería se ve como un acto solidario, como cuando se compran décimos para apoyar a comunidades afectadas por desastres o tragedias. Aquí también juega un rol la creencia de que existe una recompensa por esta buena acción, una idea alimentada por la esperanza de que un "poder superior" podría beneficiar a estas personas.
El análisis de Soler también señala un aspecto preocupante: la lotería puede tener efectos particularmente perjudiciales para aquellas personas que atraviesan dificultades económicas. En lugar de ser una oportunidad de mejora, se convierte en una falsa esperanza que puede perpetuar la pobreza, pues aquellos que más necesitan ganar son los que más gastan, alimentando un ciclo vicioso que empeora su situación financiera.